29/10/09

Medidas del alma V



-Genial entonces, sé de una cafetería donde hacen zumo natural.-iba a llevarle a la próxima al estudio de grabación. Mi padre estaría por allí quizás, rogaba porque no nos viera o comenzaría interrogatorio en plena cafetería.-Anda, vamos.-dije tomándolo de la muñeca, pero sin hacerle daño, de forma que no se lo hiciera.-Tienen aire acondicionado, macedonia especial de frutas y zumos. Además de helados de zumo naturales.

Retiró su mano nada más notar el leve tirón. Se quedó mirándome, meditando un segundo, para luego soltar un suspiro.

-Dame un minuto.-dijo mientras volteaba hacia las mujeres, ellas seguían observando todo al detalle.-Vengo en una hora.-comentó mirándolas fijamente.-Espero que el dossier esté listo, necesito que revisen que halla llegado a Elle los diseños de la portada.-ambas asentían levemente.-Cualquier cosa imprevista me marcan.-se marchó hacia el otro lado de la habitación tomando sus lentes de sol, un palestino enorme de color azul que colocó sobre su camiseta sin mangas.-Sólo una hora ¿ok?

-Deja de tener preocupaciones o te saldrán unas arrugas enormes y muy feas.-le dije golpeándole la frente con un dedo. Una de las chicas rió bajo, pero no me volteé a ver quién de ellas fue.-Anda, vamos traje el descapotable.-le volví a tomar de la muñeca y le hice salir de su casa plantándonos en el ascensor, prácticamente a trompicones.-Tranquilo abajo tengo la camiseta.

Se separó de mí nada más entrar en el ascensor y se giró para mirarse al espejo. Comenzó a acomodar sus cabellos con una leve sonrisa, se observaba más que una chica. Pero era normal, un hombre como él debía cuidar la imagen que daba. Aunque esa coleta alta desmerecía, a mi parecer, su cabello largo. En sus delgados brazos llevaba un montón de pulseritas en distintos tonos azules y grisáceos, como su ropa.

-Aún tengo antojo de ese te chai.-murmuró sin mirarme, observándose una vez más.- ¿Crees que vendan?-preguntó girándose hacia mí mientras me miraba con sus gafas oscuras. Se recargó en la pared del elevador y yo deseé parar el ascensor, para hacer como si nos quedáramos atrapados. Sin embargo sabía que si lo hacía me mataría.

-Allí van modelos y cantantes, supongo que habrá. Hay mucho que son vegetarianos como tú, mi pequeña zanahoria.-dije palmeando su cabeza para cuando salimos del ascensor sostuve la puerta para que saliera y después la de salida.-Oh... mi hermoso y glamoroso carruaje para mi princesa zanahoria.-hice reverencia esperando que subiera abriendo la puerta.

-Gracias.-murmuró avergonzado de entrar de esa forma al automóvil.-Debí haberme puesto más bloqueador quedare quemado y horrible si me expongo al sol así.-dijo frunciendo sus labios, labios que daban ganas de besarlos pero me controlaba de la mejor forma posible.

-Tú siempre estás atractivo.-susurré bastante serio para luego saltar al asiento del conductor y ponerme la camiseta.-Pondré la capota, tranquilo.-pulsé al botón y se fue subiendo mientras sonreía.- ¿Ves? así no serás zanahoria a la plancha.-arranqué y puse música, sonaba mi padre como no. Ahora la radio no dejaba de pasar música suya.

Él se puso el cinturón de seguridad, al igual que yo, y colocó sus gafas sobre sus cabellos. Yo disfrutaba de la voz de mi padre, hacía días que no lo veía y extrañaba una conversación decente. Necesitaba decirle cosas que no podía hablar por teléfono.

-Espera.-sacó de su pantalón una memoria USB y la colocó en la ranura.-Es que no me gusta lo que no entiendo de música, es decir el idioma.-dijo con una leve sonrisa. Manipulaba aquel trasto hasta que consiguió poner Androgyny de Garbage.-Dice Trevor que esta es mi canción.-dijo comenzando a moverse bailando en el asiento, se movía de forma sinuosa a mi lado y notaba su cadera por el movimiento de su tela.

-Era mi padre cantando, pero no importa.-cuando dijo lo de Trevor quería matar a alguien, mis ojos se pegaron a la carretera. Tenía que controlarme. Haría cualquier cosa porque ese tipo no pasara ni un minuto a solas con él. Yo no sabía como, pero lo lograría.-Sí, no está mal.-comenté intentando no pensar. Necesitaba un cigarrillo, pero con él no lo fumaría porque no sabía si le molestaría.

-Boys.. Behind closed doors and under stars...Girls… It doesn't matter where you are.-iba canturreando sin dejar de moverse. Sin duda el destino se estaba burlando de mí. Así, tan sólo así, me hacía desearle un poco más.-Hubieras visto cuando les vi en vivo... fue genial, estaba en un club en Paris, el Lexus.-iba hablando y yo únicamente me decía que mirara a la maldita carretera o nos la daríamos.-Con Joseph, y cuando estuvo esa canción ¡Dios! ¡Todo se descontroló!-dijo alzando los brazos.-Parecía…-murmuró para luego quedarse en silencio.-Bueno, olvídalo.-añadió después con una sonrisa leve.-Fue demasiado.-dijo con un leve sonrojo.-A parte, ella, la cantante es hermosa.-comentó como si nada.-Creo que ha sido la única mujer capaz de gustarme... me gustan de pelo rojo creo.-lo último lo dijo en una leve risita que me descontroló del todo, di gracias que llegábamos.

Gruñí aferrándome al volante, se pudo ver mi canino y mis ojos de fiera. Al aparcar di gracias de salir, entre que se contoneaba, su platica y demás era capaz de violarlo y dejarle buenas marcas para que otro no lo tocara.

-¿Tú aquí?-esa voz aterciopelada.-¡Mi pequeño!-era mi tio Uta, se tiró a mis brazos y comenzó a revolver mis cabellos.-Gracias por cuidar de Miho, te lo agradecemos mucho Megumi y yo.-Estaba literalmente subido sobre mí, enganchado como si fuera un colgador de puerta de hotel. Entonces se percató de Oly.-Hola Olivier.-eso me hizo quedarme helado.

-¿Os conocéis?-interrogué sin saber cómo esos dos se podían conocer.

-Sí, hablamos hace unos días...-respondió.

-Hola, que gusto verle de nuevo.-comentó algo sorprendido, pero el sorprendido era yo.

-¡Uta! ¡No te salgas así del maldito ensayo! ¡Mueve tu puto culo ukeril hasta el recinto de una maldita vez!-ese era Imai, ya lo había sacado de sus casillas.-¡Vamos idiota! ¡Baka!

-Anda, déjalo que está su sobrino.-dijo Hidehiko metiéndolo hacia dentro, o más bien intentándolo meter hacia dentro del estudio.

Entonces salió mi padre, apartándose de ambos que obstaculizaban la salida.

-¿Sí? Sí, quiero que compres acciones de esa empresa.-estaba sin camiseta, ya vería que era típico de nosotros. Pasó por delante nuestra y chocó mi mano.-Sí, así es...-

-Vámonos de aquí antes de que salga cualquier otro conocido.-tiré de Olivier y suspiré.-Tenía que saber que esos ensayaban hoy, dios... menos mal que no te vio mi padre o te hace chequeo completo.-realmente estaba ocupado con sus negocios, así que ni se fijó si venía acompañado.

-Me va a dar dolor de cabeza.-dijo acomodándose las gafas mientras me seguía dócilmente.

Se dirigió hacia el mostrador nada más entrar, mientras pedía no paraba de mover las caderas al ritmo de la música anterior. Estaba con los codos recargados en el mostrador y yo simplemente me repetía “autocontrol”. Madre de dios que imagen que me estaba dando, y dando a todo aquel que le miraba, y me pegué a él mirando a todos, no quería que nadie pensara que venía solo porque los mordía enrabietado.

-Esos que viste era mi tío Uta, mi padre era el del móvil y luego eran dos de los holgazanes que tiene por amigos.-lo observaba y Junior comenzó a volver en sí, a despertar. Me pegué bien al mostrador intentando no pensar en sus caderas, menudo movimiento ¿en la cama como sería? peor, era peor no pensar porque me venía más y más a la mente.

-Hola Hizaki, tu padre estuvo aquí hace un rato ¿qué vas a tomar?-interrogó.

-Yo creo que un batido de fresa.-comenté y ella asintió.

-¿Y tu nuevo novio?-preguntó mirando a Olivier con una leve sonrisa.

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