9/10/09

La hora de la verdad II



Se quedó en silencio, en absoluto silencio, con la taza próxima a sus labios y sus ojos fríos clavados en mí. Intentaba mantenerse serena, aquello era el segundo golpe de ese tipo en su vida. El segundo de alguien que amaba. Podía notar como se crispaba por dentro y como por fuera seguía siendo una dama de clase alta.

-Te diría.-dijo con un tono de voz tenso, tal vez recordando a mi padre y todo lo que había ocurrido en unos meses.-diría que fueras honesto con tu pareja, con tu familia y sobretodo conmigo.-eso último me dejó claro todo. A ella no le importaba mis planes, por descabellados que fueran, pero quería saberlos. Deseaba conocerme realmente, ver que iba tomando el camino correcto y que contaba con ella. Me di cuenta en ese instante que podría ser mi mano guía, al igual que mi padre.

-Pareja ya no tengo, lo dejé ayer.-susurré.-Por eso después de ver a Oly di vueltas como un loco, tenía que decirle a mi pareja que todo se acabó.-cerré los ojos y tomé aire dejándolo ir lentamente, mi aliento aún apestaba a nicotina pero se mezclaba con el café.-Era Yue, el hijo de tu mejor amiga... esa con la que llevas la ONG. El mismo Yue que es mi bajo en la banda...-lo conocía, pero no a fondo y quizás no había visto sus maneras.-Fue consejo de Oly y de Miho, una amiga.

-¿Yue?-balbuceó el principio del nombre, pero luego lo dijo firme. Había fruncido el ceño y relajado a la vez su rostro, intentaba tomar calma respirando el aroma del café. Tomó entonces una de mis manos, por encima de la mesa, acariciándola y apretándola de forma firme. Su tacto era suave, sus manos eran hermosas y envidiables. Eran las manos que siempre amé cuando niño, que siempre esperé que me acariciara y llevara de la mano eternamente. Pero poco a poco las diferencias me apartaron de ella, ahogaron los recuerdos formando un caos en mi mente.-Sólo no lastimes a las personas Hiazki.-ese consejo llegaba tarde, ya había lastimado al que fue mi pareja.-Eres un buen ser humano.-dijo aquello con una leve sonrisa en su mirada, una sonrisa cálida, pero sus labios seguían siendo los de siempre.-Nunca se los he dicho, ni a ti ni a tu hermano, pero creo que ustedes representan la mejor parte que tenemos ambos.-se refería a mi padre y a ella, a ellos dos. Siempre dijeron que tenía rasgos de mi madre, además de una templanza que mi padre jamás pudo poseer. Eso último salieron de labios de Clara, a la cual la consideraba prácticamente mi abuela.-Quiero que seas feliz Hizaki.-dejó de apretar mi mano para colocarla junto a la otra, en su taza.-Aunque a veces parezca que te empujo a muchas cosas, todo lo he hecho pensando en ti.-no sólo en mí, también en Hero. Por ello siempre estaba lejos de nosotros, quería que nos sintiéramos orgullosos de ella y que siguiéramos su ejemplo. Ella deseaba que fuéramos grandes líderes, como mi padre y como ella misma.-Pero no puedo tolerar que seas feliz a costa del dolor de alguien más.

-Yo soy feliz, ¿no me ves? además soy un joven que no lastima a nadie.-ya lo había hecho, pero en el amor siempre se salía dañado.-Además cuando la princesa bajó de mi vehículo y se lastimó la pierna fui yo quien... mierda.-ya hablé de más.-Olvida lo que dije de Oly ¿vale? Le prometí que no te diría que es un maldito patoso.-sonreí al decir aquello, pero nada más. No quería que supiera que me había acostado a dormir con él.-Por cierto ya te dije hace mucho tiempo que eches a Lexter, te lo dije y pensaste que fue por lo que te contó de papá... pero no es eso, es mi ex y me hace la vida imposible.-seguramente vio que no nos llevábamos en absoluto cuando el ponche lo bañó aquella noche.-Échalo.

Jamás le dije claramente qué sucedía, así que aquello fue una daga directa a su corazón. Debía decirle todo a partir de ahora, decirlo con más tacto quizás. Cerró con fuerza los ojos, quizás deseando que el dolor pasara y no montar un espectáculo en un lugar público como aquel.

-Considera.-su voz estaba ronca, como si hubiera pegado el mayor de los gritos de desesperación.-Considera arreglado ese asunto y si vuelve a intentar contactar contigo.-susurró mirando fijamente su café, ocultando su mirada de la mía.-Dímelo y yo arreglare todo...

-Sé que has estado con él, no soy idiota.-dije mirándola fijamente.-Por ello lo dejé, pero parece que quería seguir jugando doble. Papá me consiguió otro guardaespaldas, no fui yo.-sonreí levemente.-Lo sabe todo, sabe que te dije que lo despidieras y supuse los motivos... pero ahora lo sabes, sabes porqué le tiré la fuente el otro día.

-Si me hubieras dicho antes esto... la fuente habría sido la menor de sus preocupaciones.-esbozó una sonrisa algo sádica, la cual me dejó extrañado. Jamás vi algo igual en ella. -No creo que necesite asegurarte que recibirá justamente lo que ha buscado.-entrecerró los ojos intentando meditar en algo, buscar planear la venganza. Esos ojos fueron parecidos a los de mi padre cuando se lo conté.-Y sobre todo, te agradeceré que no comentes con tu padre de mis asuntos personales... así como yo no te pregunto de los de él.-en eso tenía razón.-Prefiero que él no sepa nada de mi, ¿te parece?

-Te pediría que no quiero que le hagas nada, ya bastante tiene.-dije serio.-Papá lo quería matar con sus propias manos, no le he dejado. Tan sólo lo quiero lejos de mi vista, que se vaya con el chico ese que vino a molestarme porque según él lo estaba pasando mal.-sonreí de forma leve.-Mal lo pasará si se acerca otra vez a mí.-era esa la sonrisa de mi padre, la sádica y cruel, pero con leves toques parecidos a los de mi madre.

-Bueno.-dijo tras una sonrisa.-cambiemos de tema, no puedo dejar que alguien como él arruine mi salida con mi hijo.-comentó intentando serenarse.-Sobretodo ahora que creció tan rápido y no sé donde ha sacado la mitad de lo que es.-sonrió entonces de forma plácida, algo orgullosa por mis pocos méritos.

-Sí.-sonreí y entonces recordé.-Daré un concierto, el CD saldrá esta semana. No te lo dije porque quería que fuera sorpresa y para el videoclip, además que para el concierto, necesito ropa. ¿Crees que si le pido a Oly me hará ropa? No quiero pedírselo por si tiene demasiado trabajo con todo lo que estáis haciendo, no quiero que se esfuerce si no puede.-suspiré recordando algo, recordando a mi hermana.-Quiero decirte algo antes de que te enteres por la prensa, lo necesito.-tenía que hacerlo.-Papá antes de venir de Japón sufrió un desliz. Sí, en su etapa de greñudo violento.-le dije para que hiciera memoria.-La cosa es que ese desliz tuvo consecuencias, una niña. Mamá tengo una hermana y me llevo bien con ella, Hero la conoce y le hice callarse... La cosa es que sé que saldrá en todos los periódicos porque a papá le investigan todo y bueno... no quiero que pongas el grito en el cielo. Si la vieras... es un yo con tetas

Noté como apretaba la taza con fuerza, como intentaba calmar un grito de desesperación.

-Una hija.-musitó.-ok.-fue todo lo que dijo antes de terminarse el café. Entonces miró hacia la camarera y la llamó.-Un té, de azahar, por favor.-siempre pedía eso para relajarse y tomar decisiones.-Hizaki... te lo repito de nuevo, no creo que sea conveniente que me platiques de tu padre. Si él no me ha dicho nada, es por que tiene sus razones, y a pesar de todo se le deben de respetar.-era algo muy inteligente por su parte decir todo aquello, pero lo hice por su bien. Soltó un suspiro cansado y me miró a los ojos.-intenta comprenderme.-cerró los ojos unos segundos, y como de costumbre, se recompuso dando la imagen de una dama.-Me gustaría estar en tu presentación de disco, creo que hasta ahora, lo único que te conozco cantando son los berridos que pegas al meterte a bañar.-aquello hizo que sonriera leve, puesto que desconocía que me espiara en el baño.-Claro, si no hay algún problema

-Mamá si papá no te ha dicho nada es porque te teme.-dije quedándome serio.-Está enfermo y no quiere que te alteres tú, lo alteres a él y salte la bomba.-observé a la camarera otra vez.-Oye cuando puedas me traes uno de esos dulces de crema.-dije cuando la camarera regresó con la orden de mi madre.

-Claro que sí, encantada de traértelo.-respondió con una sonrisa.

Todo lo que le contaba la dañaba. Los secretos de mi padre nunca fueron tan intensos, evitando los de sus coqueteos con otros hombres o mujeres. Ella no había tenido que hacer frente a todo lo que era mi padre, a la sombra que caminaba alrededor de él.

-Mamá mis berridos los ha escuchado Oly y no creo que piense que son berridos.-claro que no, pensaba que eran aún peor que eso...sobretodo a las ocho de la mañana.

-¿Oly? vaya que tuviste tiempo para inclusive cantarle.-comentó.- ¿Por qué creo que me estas ocultando algo Hizaki?-me taladró por completo con esa mirada, esa mirada de madre de me lo cuentas o te lo saco.-Si me estás contado todo lo que tenías guardado ya me estás contando todo, sé sincero por completo Hizaki-kun. Porque no me gustan que mis hijos me oculten cosas. Creo que soy bastante flexible con todo lo que me decís.

-¿Yo? Nada, tan sólo es que.-no sabía como explicarlo todo, pero intenté hacer un esquema.-Amo joderle, es decir molestarle. No sé porqué, pero me encanta ver como se crispa y como casi me muerde, como si fuera un perrito, para después decirle algo y ver como se olvida. Molestarle se ha hecho mi pequeño vicio.-sonreía de forma estúpida mientras contaba aquello, pero no me percaté.-Aunque me gusta Valentino, ese perro es genial, pero no se atreve a dejarlo mucho rato.-sonreí y la observé.- ¿Qué crees que oculto?-dios esa mirada me mataba, me estaba haciendo rayos X.-Vale, lo diré pero Oly me mata.-no era toda la verdad, pero era parte de lo que me reservaba.-La cosa es que tuve que subir a la Princesa Zanahoria en brazos al apartamento, ponerle cremas y vendas para después como si fuera un niño chico observarlo dormir. Porque el muy tenía miedo de quedarse solo y desvalido. ¿Sabes esa mirada que hacen los cachorros perdidos? lo mismo. Y yo soy un hombre de corazón mamá, de corazón.-omitiría el baile desnudo, también la ducha, por supuesto que dormí con él y el beso.

-¿De verdad creías que no iba a saber que mi socio, y amigo, se había torcido el pie ese día? ¿Realmente creías eso Hizaki?-sonrió levemente pensando en sabe dios qué.-Creo que no conoces a tu madre si suponías eso...-su sonrisa se volvió aún más misteriosa.-Me da gusto que le hayas cuidado Hiza.-fue un alivio.-Usualmente es Trevor quien tiene siempre un ojo sobre él.-ese nombre me crispaba, ni lo conocía y tan sólo lo había observado unos segundos en la fiesta, pero lo odiaba.-Pero como estuvo ocupado con nuestros tramites para la galería, no se si hubiera tenido la oportunidad de prestarle el mismo servicio que tu tuviste la gentileza de darle.-tomó un poco de té ocultando su sonrisa, pero podía adivinarla por su mirada.-Aunque debo decir.-murmuró dejando la taza en la mesa aún con sus manos en ella.-Mira, yo de chisme aquí contigo.-revoloteó los ojos un instante.-que clase de madre me creerás.-sonrió como si nada palpando levemente su colgante.-Siempre he creído que esos dos una excelente pareja.-alcé una ceja inconscientemente.-de negocios claro…-esas suposiciones me estaban carcomiendo por dentro.

Un tic en el ojo apareció sin más y la cucharilla que tenía en la mano la doblé. ¡Ese miserable! ¡Otra vez no! dios lo quería muerto ya de una puñetera vez.

-¿Trevor?-murmuré y la observé.-Es un idiota, no lo compares conmigo por dios él no hubiera tomado en brazos a Olivier... por no arrugarse la chaqueta.-solté la cucharilla y me levanté.- ¿Me disculpas un segundo?-

Me fui al servicio cerrándolo con pestillo, di golpes en el aire. Estaba furioso, echaba fuego por los ojos. Comencé a golpear los azulejos intentando no gritar, mi madre me escucharía tal vez y las preguntas serían como en una rueda de reconocimiento. Sin embargo terminé gritando “Jodido hijo de puta, me cago en tu perra madre”. Me acomodé entonces la ropa, me miré al espejo unos segundos y recé porque no me hubiera escuchado ella. Me lavé la cara y me miré al espejo.

-Está bien, sólo hay que preguntar si tiene pareja y ya... no le hagas caso, ya sabes cómo es... ya lo sabes.-sabía que intentaba joderme, pero si intentaba hacerlo es porque lo sabía. Eso me dejó pálido una vez más. Tal vez Olivier se había ido de la lengua y le había dicho que intenté propasarme.

Salí del baño y me senté delante de ella. Mis manos estaban sobre la mesa jugueteando con una servilleta. Estaba alterado pero intentaba que no se notara en absoluto.


-Sólo te voy a decir un par de cosas Hizaki-dijo en tono frío con una de sus cejas alzadas.-En primera, Trevor Reznik es un respetado fotógrafo, un artista que ahora es mi socio en la galería.-eso parecía una sentencia.-Así que más te vale que le muestres respeto y mas importante aún.-hizo un inciso mientras me hablaba, clavó sus ojos en mí crucificándome.-Olivier, es mi amigo, no sólo el diseñador que traje a la ciudad.-eso lo sabía de sobras.-y es un hombre de sentimientos muy delicados.-no me importaba, yo tan sólo quería tenerlo para mí.-No te metas en eso Hizaki, aún eres muy joven y no me gustaría que ninguno saliera dañado. Entiende eso por favor y toma espacio.

¿Me estaba diciendo que me alejara de él? perfecto. No lo iba hacer, por mucho que ella dijera no lo haría.

-¿Piensas que es un juego lo que llevo?-dije mirándola directamente.-Puede que otras veces, pero no ahora. Me alegra que me hayas descubierto, sin embargo lo último que quiero es que él salga mal parado. ¿A caso no me conoces ya?

-Hizaki.-dijo de forma firme, casi autoritaria.-No lo conoces.-intentaba estar calmada.-Te conozco y sé que tienes buen corazón, pero también le conozco a él.-algo de razón no le faltaba. Pero yo quería conocerlo, quería salir al menos una vez con él y poder robar otro mísero beso. Ese que le di me pareció escaso, me quedé con ganas de mucho más.-y estoy segura que no tienes la menor idea de lo que él ha pasado o porqué siquiera es como es ahora.-me miró de forma dulce unos segundos.-Hiza quiero lo mejor para ti, no creo que él lo sea por mucho que le quiera también.

-Pero a ver cuando te enteras mamá de que no es lo que tú o papá quiera, sino lo que yo quiera. Lo que me haga feliz a mí, lo que me importe y no lo que os importe a vosotros. Sé que lo hacéis con buena intención, pero de buenas intenciones no se vive.-había madurado más de lo que ella pensaba, sobretodo con lo del embarazo de esa chica pero... no se lo diría, había quedado con Miho que los dos a la vez o nada.

-Cuida tu tono de voz.-susurró como advertencia.-Sé que es lo que te haga feliz a ti.-dijo tras tomar aire.-Pero, eres aun muy joven y si tu padre, o yo, te decimos algo es por tu bien.-yo sabía que era por mi bien, pero a veces había que intentar las cosas para saber si eran posibles o no.-No olvides que cuando tú apenas empiezas tu camino, nosotros ya hemos ido y venido.-no paraba de mirarme.

-Pues déjame hacerlo a mí, si me doy contra un muro aprenderé mejor que si me estáis con "cuidado que..."-me puse un cigarrillo en los labios, necesitaba fumar.

-Apaga ese cigarro.-ordenó sin la menor duda en su voz.-Te repito, soy tu madre y mientras estés frente a mí más te vale que no se te olvide.

-Tranquila dejaré pronto de fumar.-dije dejando la colilla apagada y trajeron mi segundo pedido. Al observarla no sabía si explotar o no.-Pronto sabrás todo, pero no pienso hacerlo sin apoyo de mi hermana al lado. Si muero quiero hacerlo acompañado, no solo.

-¿Sin el apoyo de tu hermana? ¿En qué te has metido Hizaki?-su tono era de preocupación, no me gustó preocuparla.

-Es un lío distinto mamá.-dije recargándome en la silla.-Uno bien distinto a los que me ves usualmente.-suspiré de forma profunda y la miré.-No sé como le sentará a papá, pero sé que no le va gustar.

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