3/11/09

Marimacho a la vista XX


-Claro que vine temprano.-dije sintiendo aún el beso en la mejilla.-Eres un encanto.-murmuré tomando el llavero.-Pero de verdad me has sorprendido, no pensé que lo hicieras.-clavé mis ojos en él y sonreí abiertamente.-He llegado temprano porque deseaba hacerlo, antes de que todas esas viejas cluecas te acosen.-Y he llegado por los pelos, ella aún está maquillándose y la traerá mi cuñado.-hablaba de mi hermana por supuesto. Seguí con mis manos en su cintura sin pensar que ese comentario podía hacerle dudar, desquiciarse y borrar su sonrisa.-Tenía ganas de verte, no sabes cuantas.-deseaba besarle, besarle de forma que no le quedara dudas que había venido a marcar mi territorio.-Echaba de menos poder hacerte enojar y que me pisotearas con una sola mirada, debo de ser sadomasoquista.-reí bajo acariciando su cintura con disimulo, porque algunos impulsos no pueden controlarse.

Comenzó a morderse el labio con la cabeza gacha y se revolvió alejándome de él.

-Oly.-oí un grito infantil y se giró. Era una modelo que tenía un problema con un cierre del vestido que le tocaba llevar.

-Estare ocupado en esto un rato Hizaki.-dijo mientras le subía la cremallera casi sin ningún problema.-¿Por qué no vas a por algo de tomar?

-De acuerdo, iré a por algo de tomar y te traeré un zumo.-besé su mejilla.-Suerte.-susurré bien pegado a él.-Seguro que todo sale perfecto, tan sólo tienes que sonreír un poco más.-me aparté de él y comenzó a sonar el móvil.

-¿Sí? Hola Mr Músculos.-dije comenzando a molestar a mi cuñado.

-Me llamo Josep.-murmuró molesto.

-Me da igual que te llames Josep para mí eres Mr Músculos y se acabó.-dije algo serio y él comenzó a tartamudear.

-De… de acuerdo.-balbuceó.-¿Dónde es la… la fiesta?

-Es en el teatro.-respondí casi de inmediato alejándome hacia la zona de las bebidas para conseguir un par.

-¿Hay parking?-interrogó inquieto.

-Sí, hay un enorme aparcamiento para que puedas dejarla.-comenté tomando uno de los botes de zumo.-Dile que estaré en la sala.

-De acuerdo.-colgó y yo miré al camarero con una sonrisa.

-¿En qué puedo ayudarle?-interrogó con suma amabilidad.

-Quiero un zumo de naranja.-primero se lo llevaría a Oly, después me quedaría en el salón bebiendo.

Cuando subía las escaleras vi a un estúpido rubio intentando cazar mi presa, era mío y no iba a permitir que ningún niñato engreído me quitara lo que estaba consiguiendo. Le había llevado una bebida, típica excusa para acercarse, y también “oí que estarías aquí”. No había truco que yo desconociera, así que casi mato a ese imbécil. Entonces se aproximó a mí y yo hice como si tropezara, echándole el zumo encima.

-¡Dios que patoso soy!-exclamé con los ojos abiertos.-Ya lo dice mi madre. No te pongas los zapatos de tu padre que son una talla más.-comenté mientras me fusilaba con la mirada.-Lo siento de verdad.-no lo sentía, me divertía verlo enfadado.

-¿Sabes cuanto cuesta esto pedazo de capullo?-dijo prácticamente engulléndome con aquel grito y asentí con una sonrisa.

-Sí, tengo cinco como ese en mi armario.-me miró extrañado.-Disculpe, no nos han presentado... soy amigo íntimo de Oly. Me llamo Hizaki Sakurai de La Rosa.-el joven me miró casi petrificado.- ¿puedo ayudarlo en algo?

-No... pa...para nada.-mi fama de rebelde y la de mi fortuna era bastante ¿conocida? Tal vez demasiado, pero eso me hacía sentirme con todo controlado.

-Oly lo siento he tirado tu zumo, pero ya veo que el idiota de antes te trajo una copa. No te molestaré, sigue conversando cuanto gustes con él.-dije girándome.

-Sólo ten cuidado...-murmuró mientras le daba un trago largo a la bebida.-las demostraciones de testosterona nunca acaban bien

Me giré al escuchar eso y tan sólo lo miré.

-Tan sólo he sido descuidado.-me rasqué cabeza sonriendo y entonces noté los tacones distintos en la sala. Era ella.- ¡Dios!-¿era mi hermana? ¿mi hermana era ella? Bajé aquellos pocos peldaños y me quedé frente a ella observándola fijamente.-Podrías modelar y demostrar quién eres.-dije aún dubitativo. Era demasiado perfecta, sin duda era la abuela.-Estás preciosa.-hice que subiera conmigo hasta donde estaba Oly.

-Tienes suerte de tenerme de acompañante.-comentó mientras sonreía de forma altiva.

Vestía una falda corta que dejaba ver sus piernas, la ropa seguramente era de Megumi porque se notaba que tenía un gusto informal pero serio. No tenía que decírmelo ella, sabía que esa ropa no era suya. Ella era punk y rock en su forma de vestir, estaba orgullosa de ello.

-Hizaki me tengo que ir.-murmuró intentando marcharse.

Fui hasta él antes que se marchara, no entendía porque hacía esa pequeña huida. Le agarré del brazo para llevarlo hasta mi hermana, ella observaba toda la escena con una leve sonrisa.

-Este es Olivier, mi amigo.-sonreí observando de forma bastante inusual a Oly, inusual para mí. Ella seguro que no conocía esa mirada en mí.-¿Puedes quedarte con ella un minuto? Le traeré un poco de zumo y para mí otra bebida porque se la eché encima al inútil de antes.-me aproximé a mi hermana y besé su frente.-Estás preciosa, vengo ahora.

-Yo…-masculló antes de que marchara.-Tengo cosas que hacer… -le dejé quejándose mientras mi hermana se presentaba.

Bajé donde las bebidas y pedí un whisky para mí y un zumo para él. Para Miho se conseguiría después de que se presentaran, la llevaría donde los aperitivos para que pudiera tomar algunos.

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