12/11/09

Medidas del alma XIII


-Anda, si lo hago gustoso.-se pegó a mí bailando conmigo y yo terminé bailando, pero no quitaba ojo a Olivier... ni un poco.

Ese chico era bastante fácil, si le hubiera dicho de ir al baño seguro que hubiera terminado con una noche por todo lo alto. Yo seguía mirando a Oly, él no se percataba de nada y ni me echaba en falta. Así que terminé por hacer caso omiso a todo lo que hiciera él y dedicarme al chico con el cual bailaba.

-¿Cómo te llamas?-pregunté con una media sonrisa.

-Alfons.-respondió agarrándome de la solapa de mi traje.- ¿Y tú?

Cuando iba a contestar nos interrumpió él, parecía bastante molesto y no sabía porqué.

-¿Y mi bebida?-no entendía de qué bebida hablaba.-Hiza...-inclinó hacia un lado la cabeza observándome fijamente.-Dijiste ibas a la barra.

-Ya te la di.-dije asombrado.

-No vengas a pedir lo que dejas tirado guapo.-soltó aquello recargándose en mí, pellizcándome entonces el trasero y lo empujé.

-Uno he intentado no ser grosero, dos no me ha dejado tirado y tres no me metas mano.-el chico había caído al suelo al dar un traspiés. Me quedé callado mirando a Olivier.-Iré a por tu bebida, no me enteré.-dije haciendo como si nada para ir a por un vaso.

-Sólo hielo por favor.-dijo aquello con una sonrisa en sus labios y cara de niño decente.- y vodka.-añadió con una risotada.

Pedí su bebida y él se apartó caminando hacia la pista. Estaba embobado observando el movimiento de su trasero. Me preguntaba una y otra vez si el sexo con él era tan bueno como en mis sueños, si lo era yo me pedía estar todo el día en la cama con él.

-¿No dijiste que bailarías conmigo?-dijo girándose mientras el ruido hacía difícil escuchar lo que decía.- ¿O no te gusta como bailo?-se movió de forma sinuosa.

-Me gusta demasiado.-comenté dándole el vaso.-Pero vas de un lado a otro, yo creía que tendría al menos un poco de tiempo para bailar los dos.-no sé porqué lo hice pero no me aguanté las ganas, el tipo de antes nos miraba y yo lo besé. No me interesaba nadie más, sólo él. Su boca tenía un tacto agradable, al igual que su cintura bajo los dedos de mis manos. Sabía a vodka y piña colada, era una mezcla extraña y demasiado atrayente. Cuando me separé esperaba su reacción y vuelta a empezar, pero hizo algo muy distinto a lo esperado.

-No hagas eso.-dijo algo sonrojado mientras dejaba una de sus frágiles manos en mi pecho.-Recuerda que somos amigos.-después de darme esa sentencia se movió de forma provocativa frente a mí, deseaba tanto tenerlo bajo mi cuerpo con el rostro cargado de satisfacción.

Lo tomé por la muñeca y lo observé fijamente. No quería perderlo. Era mi oportunidad de pedirle una vez más que saliera conmigo, que me tomara en serio.

-Somos amigos porque tú así lo deseas, pero a mi me gustaría otra cosa bien distinta.-mis ojos se volvieron demandantes, posesivos y a la vez recelosos de que me apartara.-Si quieres otra copa dímelo, yo te la conseguiré.-aparté mi mano de él y bebí lo que quedaba de la mía.

Su única reacción fue apartarse y huir al servicio. No sabía si se había vuelto a marear o qué. Esta vez no estaba cerrado y me quedé en el marco de la puerta con los brazos cruzados.

-¿Vuelves a estar mareado? No deberías de beber más.-me preocupaba que le pasara algo.-Lamento lo que dije antes, creo que yo también tomé más de la cuenta.-era falso, pero serviría de excusa.

-No.-dijo abriendo el grifo de uno de los lavabos.-Bueno sí, tal vez por la bebida y el calor.-comentó con una leve sonrisa.-Tengo mucho calor.-dijo sentándose en el lavabazo para mirarse bien en el espejo. Comenzó a poner se el gloss en sus labios y buscando la forma de hacerse un pequeño moño bien alto, aunque lo de pequeño es prácticamente una ironía. Tenía el cabello largo, liso y bastante bonito. Seguramente muchas modelos le odiarían por tener mejor pelo que ellas, era evidente el cuidado que le daba a su aspecto al completo.-Deberemos tomar un taxi de regreso...o le digo a Claude que nos preste la limo.

-He conducido aún más borracho, créeme.-fui hasta él y lo abracé tomándolo por las caderas, esas caderas que en movimiento me excitaban más que cualquier play boy.-Lamento comportarme como me comporto.-susurré en su oído.-A veces me doy asco a mi mismo.-añadí apartándome para mirarme al espejo y colocarme mejor el sombrero.- Anda, vamos fuera.

No hay comentarios: