30/11/09

Medidas del alma XX


Pronto dejó de llorar y yo comencé a cantar suave, casi pegado a su oído, una pequeña nana. Era la única que me sabía y comprendí que debería aprender más para cuando fuera padre. Tan sólo las primeras estrofas y quedó dormido de nuevo.

-Dulces sueños.-susurré besando su frente y él se encogió.

Al regresar Olivier se encontraba subido en la encimera de la barra americana, jugueteaba moviendo sus pies mientras daba leves sorbos a su zumo. Realmente tenía ante mí una imagen que me atraía demasiado.

-¿Todo bien?-preguntó girándose levemente.-¿Se ha enfermado? ¿Se ha puesto malo? ¿Tenemos que ir al doctor?-tantas preguntas me hicieron reír bajo.

-Relaja, sólo tuvo una pesadilla.-dije observándolo.-Oh, Cenicienta ¿ya puedo probar mi zapato de cristal en tu pie? ¿eres tú la princesa que yo soñé?-di un giro desde la puerta hasta él y levanté el pie.-Lo tienes como nuevo.-sonreí y me senté en la encimera junto a él.-¿Qué te pareció la moda nipona?

-Visualmente interesante.-dijo tras reír bajo por mi estúpida interpretación del príncipe de Cenicienta.-pero estéticamente la considero recargada para mis gustos, aunque expresa un simbolismo que me gustó mucho.-me miró directamente a los ojos y luego soltó un leve soplido.-No es mi estilo, soy más clásico de gustos.-sonrió de nuevo mirándome y yo quedándome como un idiota babeando por él.-No me dijiste que te pareció mi colección, bueno más bien el conjunto de cosas que llevé. Verás, fue una mezcla de todo lo que he hecho.

-Pienso encargarte algo para la madre de Miho, ambos estamos de acuerdo que tu estilo le hubiera gustado bastante.-sonreía de forma franca.-Pero lo que me gusto más es ver una zanahoria de color tomate por la pasarela.-susurré y besé su mejilla.-Por cierto, mi hermana dijo que eras mono.

El tacto de su piel bajo mis labios me dejaba con ganas de más, con deseos de probar los suyos. Realmente lo que me dijo mi hermana sobre él fue algo más, pero ese algo me lo guardaba para mí. Yo quería a Olivier, me estaba enamorando de cada detalle que me mostraba de él.

-Yo estoy muy avergonzado con ella.-murmuró sonrojado tal vez recordando esos desplantes.-me porte como un grosero, sin nada de educación.-pero se le olvidó añadir que con un enorme ataque de celos era normal su comportamiento, mi hermana lo había captado a la primera.-¿Podrías después pasarle mis disculpas?-se recargó en mi hombro algo adormilado.-y también contigo, lo siento mucho Hizaki.-masculló.-No volverás a verme tomar.

Puse mi mano en su cintura dejando que se recargara bien sobre mi hombro. Noté su cuerpo frágil que se vislumbraba tentador y erótico nada más con el tacto.

-No creo que se haya sentido mal, créeme, yo soy más grosero con ella cuando comenzamos a discutir.-como el día de las motos, nuestro primer día como hermanos.-Sobre que bebas, no me importa que lo hagas pero no tanto. Yo bebo, cierto, pero no más de tres copas porque luego puedo hacer el idiota, créeme.-le tomé del mentón con la otra mano y lo besé con cierta ternura en sus labios.-Con que no llores más me sirve.

-Pero yo siempre lloro.-dijo intentando bromear.-sí con cualquier película lloro.

-Entonces hacemos una buena pareja, yo prácticamente no suelo llorar. Creo que hacía como seis meses que no lo hacía cuando me viste la otra noche. Odio hacerlo, me siento débil y eso hace que no me vea con ánimos de proteger a nadie.-me sentía bien a su lado, creo que se notaba y bastante bien. Ambos lo estábamos, pero yo quería algo más. Me había rechazado varias veces, sin embargo esta vez no evitó mi beso ¿estaba ganando terreno? Lo volví a besar pero esta vez con mayor intensidad, colando mi lengua para desatarme pero sin llegar a ser brusco... me controlaba.

Se hizo hacia atrás cuando sintió el beso aumentar de intensidad.

-No Hiza.-susurró en un tono muy suave mientras bajaba de la barra para irse a la otra esquina de la cocina.-No puedo.-añadió mirándome de frente, aunque se giró dándome la espalda.-No puedo ir así..-masculló.-Me gusta estar contigo, me haces sentir seguro, pero no puedo avanzar así como así.-sus mejillas estaban algo sonrojadas, pues se giró leve para mirarme y hacerme entender.-Entiendo si tú no quieres, porque estoy seguro que mereces a alguien mejor.-se autoabrazó.-Eres prácticamente un adolescente y no mereces castigarte tanto.

Me bajé de la barra y fui hasta él abrazándolo.

-Tranquilo.-susurré.-Lo lamento, lamento haberte hecho sentir mal.-le tomé del rostro y sonreí.-¿Qué te parece que cuando deje al pequeño vayamos a tomar uno de esos helados que te gustan? seguro que te hará sentir mucho mejor.-acomodé sus cabellos y el móvil comenzó a sonar.

-¿Sí?-dije al descolgar.-Sí, entero. Aja, que sí. Tranquilo Phoenix que sé cuidar niños... ¿Qué tal todo?-dije acariciando a Oly, más bien revolviendo sus cabellos y luego acomodándolos de nuevo.-Ten cuidado y no lo infartes, eso déjanoslo a nosotros cuatro.-reí a carcajadas.-Bueno nos vemos, hasta luego.-

-Lo siento, el novio de mi padre... que si el niño estaba bien.-resoplé.-No sé porque piensan que soy un irresponsable, crié a mi hermano prácticamente... no lo hice tan mal.

-Helado no.-respondió.-muchas calorías...pero podemos ir a otro lado.-se quedó pensativo unos segundos y esos segundos me daba la posibilidad de observarlo mucho mejor.-No sé, una galería, el museo...el cine lo que sea.-en realidad yo iría con él a cualquier lado, desde hacía mucho lo quería bien pegado a mí y poder disfrutarlo.-claro que me tienes que decir antes a donde iremos que me tengo que combinar para la ocasión.-aquello lo había dicho seriamente, muy seriamente. Yo era bastante informal aunque me gustaban los trajes de chaqueta. Se quedó en silencio y después sonrió.-Pues no se que te pelean.-murmuró.-si parece un niño fácil de cuidar.

-Cuando lo recogí lo terminé de arreglar, así durará un buen rato.-dije observándolo, pensando en donde ir.-¿Has visto Lestat el vampiro? El musical.-pregunté.-Podríamos ir otro día a ver la obra, puedo conseguir entradas fácilmente Kamijo, el novio de Jasmine, está en el foso como músico y su mejor amigo está en el escenario interpretando.-mientras hablaba caí en algo.-¿Te gustaría ver un concurso de nuevos talentos? es en el bar que te dije, hoy recitan poesía y los clientes son los jueces. Te dan un papel tras el acto y pones el nombre del ganador, de quien debería ganar según tú. ¿Quieres ir? Luego hay tocada de Jazz en vivo.

-Bar más alcohol y más Olivier.-lo último lo hizo señalándome.-¿En serio crees que sea buena idea?-interrogó mirándome.-Podemos ir luego, aún me duele la cabeza de anoche y usualmente nunca salgo.-eso era un pecado, lo que acababa de decir. Yo siempre intentaba salir un rato para desahogarme, además él debería hacerlo para inspirarse.-O me encierro en mi trabajo o me quedo viendo videos o películas.-rió bajo y añadió una explicación a lo de horas atrás.-Claro que cuando salgo... ya sabes entro en cierta euforia.

Reí a carcajadas y puse mis manos sobre sus hombros.

-¿Qué tal si alquilamos una película que nos guste a ambos? Podríamos verla ¿eso no estaría bien?-dije mirándolo directamente a los ojos.-Puedo ver cualquier tipo de cine.-aunque amaba el de lucha, el de golpes y sangre, el policiaco y trepidante, pero a él parecía gustarle otro más pausado.

-¡Genial!-dijo sonriendo con honestidad.-No sé quizás una nueva.-se rascó la mejilla y su euforia de la noche volvió.-¡Un musical!-me hacía feliz verlo así, notar su felicidad. Sé que lo he dicho varias veces y aunque suene cursi, es así y fue así.-¿Has visto hairspray?-preguntó.-Entonces no tengo que cambiarme a menos de que la cita sea de etiqueta. Además puedo preparar una botana para ver la película, palitos de pepino y zanahoria o palomitas naturales.

-No, no lo he visto.-dije sonriendo al ver como se comportaba, parecía crío con juguete nuevo.

Entonces el niño, volvía a interrumpirnos.

-Disculpa, vuelvo.-fui hasta la cama y noté que el pañal esta sucio. Tomé la bolsa de paseo y fui a su baño encerrándome. En cinco minutos había salido y dejado al pequeño de nuevo durmiendo.-Ahora vengo.-dije corriendo hacia la puerta de la casa para ir al contenedor de basura, allí lo deseché todo. No quería que apestara la casa, pues sabía como era él con los olores. Al regresar me lavé las manos y comencé a perfumar todo. Sabía como era, le iba a dar un infarto si venia esos residuos radiactivos.

-Hueles a aromatizante.-dijo frunciendo la nariz cuando regresé a su lado para sentarme cómodamente en el sofá.-Me gusta más esta loción.-murmuró dejando su nariz cerca de mi cuello, no sólo su nariz sino también sus labios.-¿Aqua De Gio de Armani?

-Sí, mi padre siempre compra esa y terminé usándola yo también.-a veces no lo notaba, lo hacía sin mala fe, pero hacía que me dieran ganas de hacerlo en cualquier lugar de la casa.-Cuando fui a su casa lo robé antes de venir hacia aquí.-sonreí rodeándolo por la cintura.-¿Al final cual quieres ver?

-¿Crees que tu hermanito siga dormido otro rato?-preguntó quitando su nariz de mi cuello.-Porque podemos ver hairspray ahora, no tarda tanto, y luego regresando vemos otra que te guste.-me miró de reojo examinándome.-Tienes cara de amar Rambo, Duro de Matar y todas esas...así que podemos acordar algo así ¿no?

Me excitaba que estuviera tan pegado a mí, por mí se podía quedar todo el rato bien pegado. En sí la idea era ver una película y poder estar pegado a él más tiempo.

-Sí creo que estará un buen rato dormido.-dije acercándolo a un más, buscando su cuello para besarlo lentamente.-Podemos ver lo que tú quieras, aunque sí... soy más de artes marciales.

-¡No! ¡No! ¡Cosquillas!-dijo con un leve nerviosismo apartándose levemente.-¿Chuletita?-interrogó con ojos de cordero.-¿Me ayudarás a cargar las cosas que están en mi habitación?-practicamente me hizo un pequeño puchero, como si fuera a romper a llorar. Me manipulaba, pero no me importaba.-Seras una chuletita linda y me ayudarás ¿Verdad?-me dio un leve beso en los labios, antes de casi saltar buscando el plato de las frutas y demás aperitivos. Apareció de la nada con un plato listo con frutas troceadas, algunas secadas como se vendían en algunas fruterías en bolsitas.-Yo tengo el postre.-dijo mordisqueando un pedazo de mango.

Cuando lo vi así de infantil no pude dejar de sonreír, no parecía el mismo que hacía unas horas.

-Sí, seré una buena chuleta a la brasa.-comenté palmeando su cabeza.-Tú quédate aquí y dime todo lo que tengo que cargar.-dije con una sonrisa en los labios, que me besara era algo que antes no ocurría y a veces me tomaba demasiado desprevenido.-Verte así me hace feliz.-tomándolo por las caderas para lamer sus labios empapados en jugo de mango.-Dime, ¿qué debo de traer?

Casi brincó cuando notó mi lengua, incluso se encogió como animalito. Si bien yo estaba con ganas de tenerlo entre mis brazos.

-Primera puerta...closet...-murmuró escapándose para ir hacia la cocina y agarrar lo que aún faltaba por llevar a la mesa.

-De acuerdo.-fui llevando todo al salón y Jun dormía.-Deberíamos ponerlo algo bajo, si no queremos que alguien despierte.-comenté dejando todo en la mesa y regresé al cuarto, me acosté en la cama observando a mi hermano dormir. Retiré parte de su flequillo y besé su mejilla.-Se nota que ya no molestan los nuevos dientes.-se aferró entonces más al conejo y sonreí.

Mi móvil comenzó a vibrar, salí de la habitación y acepté la llamada. Era mi padre.

-Hola infartado.-comenté cerca de Olivier.-Está bien, no te llamaré así, ¿viejo pervertido?-gritó y retiré el aparato... lográndose escuchar sus gritos

-¡Hizaki! ¡deja de ponerme motes o te juro que haré que mi pie aplaste tu soberano trasero!-detrás de él se podía escuchar a Phoenix

-¡Atsu! cielo! ¡calma! ¡te puede dar otro infarto!-gritó y silencio.

Volví a pegarlo en la oreja intentando pensar que sus gritos disminuyeran.

-Vale, pues esperad en la glorieta de la Música. Sí, estoy cerca y ahí os paso al niño. Phoenix tiene que venir un poco más arriba, sólo unos pasos y tomar la silla. La tomé porque me hacía falta, así que no vayas a protestar ¿quieres que lo matara al montarlo en el coche?

-No digo nada al respecto.-comentó.-¿Qué haces tú por esos lugares?

-Nada, sólo venid hacia aquí.-respondí colgando el móvil.

Miraba el teléfono y todo lo que había de números ocultos, también de mensajes que se veían hechos desde una cabina de teléfono. Sí, sin duda eran de Yue.

-Mi padre, que quiere ya al niño porque no se fía.-reí a carcajadas.-Más bien, creo que lo echa de menos.

-Hi.. ¡Hiza!-dijo Olivier girándome hacia el dormitorio.

El pequeño estaba andando balanceándose con aquellas pequeñas piernas enclenques. Andaba hacia nosotros mirándonos fijamente. Jamás había oído a Phoenix que anduviera el bebé, nunca pensé que lo haría y conmigo.

-Tú... no... no andas.-

-Hiza.-dijo mostrando sus dientes dando unos pasos para caer sobre el conejo gateando hacia mí.-Hiza.-lo tomé en brazos y besé su sien

-Vamos, papá viene a por ti.-¿sus primeros pasos? no debía decírselo a mi padre o me mataba.

-¡Anoria!-dijo mirándolo por encima de mi hombro.

-Oly, me llamo Oly.-respondió señalándose al girarme con el pequeño en mis brazos. Él se quedó fijamente mirándole y luego rió.

-¡Anoria!

-Lo siento, creo que él piensa como yo, te pega más zanahoria.-reía a carcajadas mientras lo levantaba en brazos, él también lo hacía.-Vamos con papá y con papi.-susurré antes de abrazarlo y besar su frente.-Anda, vamos que están que se mueren por saber si sufriste mutaciones estando conmigo.-tomé todo lo del pequeño, sobretodo el conejo tan importante para que durmiera. También revisté que todo lo que traje suyo fuera bien en la bolsa.

-Vengo en diez minutos.-dije saliendo del apartamento pero al pasar por el balcón vi a Phoenix y a mi padre apostados en el coche.-¿Qué sois de la mafia? ¡Dios ni que me vigilarais tan de cerca!-grité sacando la cabeza por aquella pequeña ventana que daba a la calle como si intentara meter mayor luminosidad al edificio.

Mi padre resopló tras sus gafas de sol, bajé y se lo entregué con la sillita. No me hicieron preguntas, creo que Phoenix le aclaró que yo era un adulto para que me hiciera sentir un niño pequeño. Al subir me quité la camiseta, hacía demasiado calor y estaba sudando.

-Oly ¿no tienes aire acondicionado? hace demasiado calor.

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