29/5/11

Una boda, una bala, prisas y sexo. Capítulo 16


Creo que estuve dándole vueltas a todo hasta que llegó el momento de llevarlo a la boda. Aquel día daría un giro inesperado a mi vida en todos los sentidos, pero yo sólo pensaba que vería como un ciclo nuevo se cerraba en la vida de mi padre y yo tenía que estar presente. Y sólo quería estar a su lado, para que todo fuera más llevadero.

Cuando fui a buscarle creo que mi mandíbula se desencajó. Vestía un traje gris humo, sin camisa y con una pañoleta larga adornando su cuello. Eso hizo que pensara que tenía poca ropa y que podía secuestrarlo amordazándolo con su propio complemento, sin embargo sacudí la cabeza y abrí la puerta de mi coche para que él se montara.

Llegamos en media hora, aproximadamente, y todo el perímetro parecía acordonado por los hombres de Kamijo. Así que únicamente podían pasar vecinos y personas que tuvieran invitación. Aparqué justo en frente de la casa. Le ayudé a bajarse como buen caballero, aunque él fuera un hombre era delicado y me gustaba tener ese tipo de comportamientos.

-Ya verás, nos vamos a divertir.-dije con media sonrisa esperando que fuera cierto, porque por dentro me olía que algo no iba a ir de todo bien.

Sabía bien que mi padre estaba arreglándose en el piso superior, Phoenix también. Entré con la llave que tenía y todos los floristas terminaban de arreglar todo. Lo había recogido en su casa, se lo dije. Quería verlos antes de que todo se volviera un revuelo y ayudarlo.

Ahí estaba Yue, Hiro, Aniel e Ismael. Los cuatro ayudaban con los arreglos. Eran mis amigos, personas con las cuales prácticamente había crecido y deseaba que Oly los conociera, además que ellos lo aceptaran de buena manera.

-¡Quita idiota!-gritó Hiro.-¡No seas estúpido!-apartándolo porque se había abrazado a él soplándole en la oreja.

-¡Tratame con cariño ahora que somos familia!-gruño Ismael empujado por Hiro, esto hizo que cayera de culo frente a todos.

-¡Ted cuidado! ¡Ted cuidado!-decía Aniel mientras con su hermano, mientras los floristas intentaban hacer lo que ellos le pedían. Mi padre les había dejado indicaciones para así no perder él el tiempo.

Oly estaba enganchado a mí y yo observándolos a todos. Creo que les daba miedo, aunque no lo dijera.

-Hiza ¿ayudamos a algo?-preguntó en mi oído.
Yo de inmediato besé su sien sonriendo como cualquier enamorado, como un auténtico gilipollas. Pero, eso era algo que no podía controlar. Me hacía feliz estar con él y poder lucirlo frente a todos, era algo que había sacado de mi padre. Ambos nos sentíamos orgullosos de tener a quienes teníamos y cuanto más se arreglaran mejor.

-Tú no, te has arreglado demasiado para estar cargando con eso.-dije tomándolo de la mano para entrar dentro. Aún estábamos en el pasillo hacia el salón viendo a todos moverse de un lado a otro.

-Sí, gracias.-murmuró algo abrumado por todo el mundo que allí se encontraban.

Yo al final no había llevado la corbata, el traje era negro, la camisa también, los pantalones y zapatos. Todos se quedaron estáticos mirándome, más bien mirándonos a ambos.

-¡Ay! ¡Mi Hiza que guapo estás!-corrió Aniel saltando como gamo encima mía. Los demás bajaron de las escaleras y se pusieron alrededor. Ismael ya conocía de vista a Oly.

-Vaya... ¿ya estás bien del pie?-preguntó mirándole fijamente con cierto desprecio.

-No mires así idiota, que intimidas.-dijo Hiro golpeándole bien fuerte. Era igual que Yue pero más masculino y adulto. Tenía veintitrés años, pero el parecido era increíble.

No soltó mi mano, es más creo que la apretó con ganas. Se notaba nervioso, sobretodo cuando se percató que estaba Yue.

-Hola, mucho gusto.-saludó a todos, de esa forma tan dulce que estuve a punto de lanzarme sobre él sin piedad.

Como pude me saqué a Aniel de encima sin separarme de Oly. A veces me asfixiaba que fuera tan loca, aunque yo también lo era y no podía decirle que no hiciera cosas que yo incluso hacía peor.

-¡Aire coño! ¡Aire!-grité y todos dieron unos cuantos pasos.-Uno a uno.-dije con una sonrisa, mientras observaba a mis amigos con corbata.

-¡Dijiste que te pondrías!-gritó Ismael.-Eres un bastardo mentiroso!

-Y tú un ojete que se ha quedado sin verme de corbata hoy, además yo suelo ponérmela, cosa que tú no.-murmuré y sonreí satisfecho por ser el único que no había caído en llevar la soga. Hacía demasiado calor para llevar algo así, quería estar fresco y cómodo.

-Él es Olivier... ellos son Hiro, Aniel, Ismael y a él lo conoces.

Yue no se había movido del sitio, observando todo con ganas de echar a correr. Notaba en sus ojos una decepción terrible. Creo que esperaba que apareciera solo para así lanzarse a mis brazos, rogar que volviéramos y hacerlo en alguna parte de la boda. Sí, eso era lo que sucedía en las películas románticas que tanto le gustaban... pero la realidad era distinta. Yo amaba a Olivier, yo quería estar con mi diseñador de alta costura y no con él.

-¡Ne! ¡No seas tozudo lo cargo yo!-gritó alguien mientras me giré y lo vi. Era Cat con mi hermano pequeño en brazos.

-¡Es el hermano de la novia de mi padre yo lo cargo!-respondió Eduart

-¿Vosotros también ya aquí?-los miré perplejo, porque no esperaba siquiera que vinieran.

Eduart tenía invitación y supongo que invitó a Cat porque sería su acompañante ya que su pareja, Sam, no pudo asistir por complicaciones en su trabajo. Ambos sonrieron al vernos, creo que se sintieron aliviados que estuviéramos allí entre tanto extraño. Aunque, ellos no conocían todavía a Oly.

Sonrió de forma cortés a todo el mundo, sin soltar mi mano, e inclinando su cabeza como saludo. Cada vez que la casa se llenaba un poco más, el se aferraba más a mí. Me recordaba a un niño perdido en medio de una multitud, pero para su suerte no esperaba quedarme hasta el almuerzo, sólo en la ceremonia.

-Hola Olivier.-dijo Cat intentando que no le quitaran el niño de encima.

-¡Dámelo!-gritó Eduart.

-¡No! ¡Es mio!-lo mecía mientras empezaba a reír de forma escandalosa, el niño simplemente lo imitaba completamente feliz de estar en sus brazos.

-Tú, suelta a mi hermano o le pegas lo idiota.-dije aquello como broma y él simplemente sacó la lengua, hizo lo mismo Jun para luego aferrarse a él.

-¡Yo tengo que aprender! Yo tendré hermanos...-gritó a todo pulmón Eduart, pero entonces vio a todos allí y se sonrojó. Creo que se avergonzó tanto que casi se cae y fue a esconderse prácticamente tras Cat.

-¡Chicos! ¡Os dejasteis el peluche!-ese era Lionel, entrando precipitadamente en el salón, y claro nos vio a todos.-Ho...hola.-balbuceó algo sonrojado, pero se relajó leve al verme a mí y vino con una sonrisa.-Hacía mucho que no te veía Hiza-kun.-dijo abrazándome.-Ho...hola.-estaba algo sonrojado observando a Olivier.

-Oly, este es Lio.-dije con una leve sonrisa.-Esos de allí son Cat y Eduart.

-Hola ¿qué tal?-dijo algo azorado y pude leer en sus ojos ciertos celos que me animaron.-Sí, a ellos les conocía de antes... un gusto volver a verlos.-un gusto que no parecía ser tanto, pero era encantador cuando se ponía de esa forma..-¿Entonces todos llegamos antes de tiempo?-sonrió quedándose quieto pegado a mí.

-Sí...-sonrió leve mirando a Oly, con cierta admiración, para luego pasar su mirada a mí.-No he podido traer a Tay... tu padre lo quiere fusilar.-me miraba con una sonrisa.-Te veo incluso mayor... dios...-comenzó a reír bajo y luego fue hacia los chicos tomando el niño.-Vamos dentro, vamos.

-¡Anoria!-gritó a pleno pulmón y todos miraron a Oly, para luego mirarme a mí.

Oly estaba tan rojo que en vez de zanahoria era tomate, un tomate bien maduro.

-Que majo... mi hermano.-murmuré casi golpeando mi cara con mi mano abierta.

-Le llamas anoria...-murmuró Hiro rascándose la cabeza, intentando saber de dónde venía esa palabra.-Anoria... ¿zanahoria?-interrogó mirándome con malicia.-Bonito nombre.-le fui a dar una patada giratoria y se apartó.-¡Oh! más suerte la próxima vez.

-Capullo.-murmuré tomando a Oly para ir arriba.-Vamos arriba, quiero ver a Kamijo y a mi padre.

-Hiza...-balbuceó intentando buscar excusa, quizás.-Creo que es mejor que vayas con tu padre solo.-creo que le daba algo de malestar estar cerca de mi padre, por lo sucedido con mi madre.-No es prudente, no soy de la familia.

-¿Y dejarte con esa pandilla de impresentables?-dije mirando hacia la planta inferior. Yue se había quitado la chaqueta y tenía una camisa algo trasparente, intentaba llamar mi atención o la de cualquiera con un par de centímetros entre sus piernas.

Abajo sólo se veía como se molestaban unos a otros, se empujaban y prácticamente pegaban por una psp.

-¿Ves? Son como canívales.-murmuré con media sonrisa, para ir a la puerta de mi padre y llamar.

-¡Un momento!-gritó Kamijo, escuchándose pasos apresurados hacia la puerta.

-¿Sí?-preguntó el amigo de mi padre abriendo un poco la puerta, era el llamado y mencionado como alcoholico... Imai, observando todo.-Oye viejo verde aquí está tu niñito... el cual te hará un abuelo respetable.-canturreó y Toll lo metió para dentro agarrándolo del cuello.-¡Animal!

La puerta cedió y yo entré dentro, donde estaban todos en reunión. Parecía un clan de la mafia reuniéndose para la boda de uno de sus miembros. Toll a Imai estaban sentados en una esquina, mientras Hide acomodaba bien la ropa de mi padre. Él era el experto en moda y discreción, mi padre se dejaba guiar pos sus consejos y también por sus propios gustos. Kamijo simplemente observaba todo desde un lugar prudente cerca de la ventana.

Todos estaban de negro impoluto, menos mi padre que parecía de merengue. Acomodaba la chaqueta cuando entré y casi me caigo de espaldas al verlo así.

-Dios pareces...

-Di algo Hizaki y te juro que te tiro por las escaleras.-dijo acomodando el chaleco esta vez.

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