
Al despertar lo sentí pegado a mí, dormía sobre mi pecho y sus cabellos estaban alborotados. Era la primera vez que me quedaba a dormir con alguien de una noche. Usualmente me marchaba antes de que el marido o los padres regresaran, a veces simplemente no me agradaba que una desconocida me rodeara. También he de reconocer que era el primer chico con quién lo hacía, chico que no fuera Lexter.
-Hizaki.-susurró incorporándose.-¿Vamos a desayunar? Conozco una cafetería pequeña que hace los mejores cruasanes de la ciudad.-besó con dulzura mis labios y se abrazó mejor a mí.-Ha sido el mejor sexo que me han dado.
-No puedo quedarme a desayunar, debo de ir a casa.-respondí bastante cortante. No quería que pensara que significaba algo el haber dormido con él.
-Sólo será media hora más ¿qué tiene de malo?-me rogaba con la mirada, sus manos acariciaban mi pecho y yo quería huir.
-Pues que mi madre no sabe que me fui.-respondí.-Últimamente no le agrada que salga sin decírselo, quiere tenerme mínimamente controlado.-él rió bajo mientras me mordisqueaba el cuello, para luego lamerlo.
-Eres un niño grande, no deberías dar tantas explicaciones.-susurró bien pegado a mi oreja.-Hueles tan rico.-dijo mientras me acariciaba el pecho.-Mis sábanas ahora huelen a ti y no me apetece dejarte marchar.
-Mario, tengo que irme.-lo retiré sin ser demasiado brusco.
-Está bien, podemos quedar otro día para hablar o ir al cine.-me estaba intentando sonsacar un tal vez para una cita, yo no quería citas.
-Mira, quiero que te quede claro una cosa.-respondí a su petición mientras me subía los boxer y buscaba mis pantalones.-Nunca repito, eres el chico de una noche y que te quede bien claro.
-¿Así eres?-preguntó bastante decepcionado.-Pensé que había química entre nosotros, lo pude ver en tus movimientos y en la forma de tratarme.-se arropó con las sábanas quizás porque se sintió vulnerable. Yo me hubiera sentido de ese modo, al menos.
-Podemos ser amigos, pero no quiero una relación contigo de otro tipo.-por un momento me sentí como mi ex, me sentí una basura al tratarlo de ese modo.
-No puedo ser tu amigo, me gustas demasiado.-declaró destapándose para correr hacia mí mientras me subía la cremallera.-No he dormido mejor en mi vida.-sus manos rodaban por mi vientre.-Además jamás he tenido a un chico como tú en mi cama.-sus dedos jugueteaban con mis pectorales algo marcados.-Eres algo más que belleza y exotismo.-buscó mi boca y se colgó rodeándome con sus brazos por encima de mis hombros.
-No.-dije apartándolo.-No quiero una relación, no estoy preparado.-me di le espalda tomando mi camisa, para ir abotonándola hasta la salida.
-Si piensas que deseo salir del armario contigo, no es así. Podíamos aparentar ser amigos y tener encuentros por las noches, podemos tener un mundo de posibilidades si lo miramos bien.-sus intentos me molestaban y estallé.
-No quiero una replica de mi madre en hombre, entiéndelo.-su rostro cambió con lo que dije.
-¡Pues entonces no haber aceptado! ¡¿Crees que era solo un calentón?! Por dios no me hubiera expuesto tanto por alguien como tú. Pensaba que eras distinto, veía dulzura y pasión en tus gestos. ¡Pero me equivoqué! ¡Eres solo un chulo más! ¡No tienes corazón ni alma! ¡No te mereces a nadie! ¡Ni a mí ni a nadie! ¡Ojala te vaya mal en el amor!-gritaba algunas verdades y ese estallido me atrajo, me atrapó. Fui directo hasta él atrapándolo por las caderas, mientras mis labios callaban a los suyos. Su cuerpo dejó de agitarse para rozarse sensual contra el mío. Mis manos fueron a sus nalgas pellizcándolas y sus dedos jugueteaban con los cabellos de mi nuca. Era un beso lento, de esos que empiezan con furia y van perdiendo intensidad hasta durar minutos.-Hizaki.-murmuró con una leve sonrisa.
-¿Dónde decías que era esa cafetería?-pregunté y él se apartó de mí, para correr a vestirse.
-¡Está aquí al lado!-gritaba subiéndose los pantalones.
-Hizaki.-susurró incorporándose.-¿Vamos a desayunar? Conozco una cafetería pequeña que hace los mejores cruasanes de la ciudad.-besó con dulzura mis labios y se abrazó mejor a mí.-Ha sido el mejor sexo que me han dado.
-No puedo quedarme a desayunar, debo de ir a casa.-respondí bastante cortante. No quería que pensara que significaba algo el haber dormido con él.
-Sólo será media hora más ¿qué tiene de malo?-me rogaba con la mirada, sus manos acariciaban mi pecho y yo quería huir.
-Pues que mi madre no sabe que me fui.-respondí.-Últimamente no le agrada que salga sin decírselo, quiere tenerme mínimamente controlado.-él rió bajo mientras me mordisqueaba el cuello, para luego lamerlo.
-Eres un niño grande, no deberías dar tantas explicaciones.-susurró bien pegado a mi oreja.-Hueles tan rico.-dijo mientras me acariciaba el pecho.-Mis sábanas ahora huelen a ti y no me apetece dejarte marchar.
-Mario, tengo que irme.-lo retiré sin ser demasiado brusco.
-Está bien, podemos quedar otro día para hablar o ir al cine.-me estaba intentando sonsacar un tal vez para una cita, yo no quería citas.
-Mira, quiero que te quede claro una cosa.-respondí a su petición mientras me subía los boxer y buscaba mis pantalones.-Nunca repito, eres el chico de una noche y que te quede bien claro.
-¿Así eres?-preguntó bastante decepcionado.-Pensé que había química entre nosotros, lo pude ver en tus movimientos y en la forma de tratarme.-se arropó con las sábanas quizás porque se sintió vulnerable. Yo me hubiera sentido de ese modo, al menos.
-Podemos ser amigos, pero no quiero una relación contigo de otro tipo.-por un momento me sentí como mi ex, me sentí una basura al tratarlo de ese modo.
-No puedo ser tu amigo, me gustas demasiado.-declaró destapándose para correr hacia mí mientras me subía la cremallera.-No he dormido mejor en mi vida.-sus manos rodaban por mi vientre.-Además jamás he tenido a un chico como tú en mi cama.-sus dedos jugueteaban con mis pectorales algo marcados.-Eres algo más que belleza y exotismo.-buscó mi boca y se colgó rodeándome con sus brazos por encima de mis hombros.
-No.-dije apartándolo.-No quiero una relación, no estoy preparado.-me di le espalda tomando mi camisa, para ir abotonándola hasta la salida.
-Si piensas que deseo salir del armario contigo, no es así. Podíamos aparentar ser amigos y tener encuentros por las noches, podemos tener un mundo de posibilidades si lo miramos bien.-sus intentos me molestaban y estallé.
-No quiero una replica de mi madre en hombre, entiéndelo.-su rostro cambió con lo que dije.
-¡Pues entonces no haber aceptado! ¡¿Crees que era solo un calentón?! Por dios no me hubiera expuesto tanto por alguien como tú. Pensaba que eras distinto, veía dulzura y pasión en tus gestos. ¡Pero me equivoqué! ¡Eres solo un chulo más! ¡No tienes corazón ni alma! ¡No te mereces a nadie! ¡Ni a mí ni a nadie! ¡Ojala te vaya mal en el amor!-gritaba algunas verdades y ese estallido me atrajo, me atrapó. Fui directo hasta él atrapándolo por las caderas, mientras mis labios callaban a los suyos. Su cuerpo dejó de agitarse para rozarse sensual contra el mío. Mis manos fueron a sus nalgas pellizcándolas y sus dedos jugueteaban con los cabellos de mi nuca. Era un beso lento, de esos que empiezan con furia y van perdiendo intensidad hasta durar minutos.-Hizaki.-murmuró con una leve sonrisa.
-¿Dónde decías que era esa cafetería?-pregunté y él se apartó de mí, para correr a vestirse.
-¡Está aquí al lado!-gritaba subiéndose los pantalones.
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