30/8/09

Bonjour IV


-Aunque, decididamente admiro esas facetas del arte…-pensé que quizás podríamos hablar de ello, pero no. Regresaba un no a sus labios, que me cayó como un jarro de agua fría.-No creo que sea conveniente acompañarlo a las otras estancias de su casa joven Hizaki, se presta a malas palabras.-sus ojos eran atractivos, tenía una mirada amarga y a la vez dulce.-Más que nadie, usted debería de saber el poder que tienen los rumores en un grupo como estos.-dio un paso hacia atrás, huyéndome.-Aunque le agradezco profundamente su interés con un amigo de su madre.-reí a carcajadas cuando dijo aquello. No pude evitarlo, aunque puede parecer grosero.

-¿Crees que me importa? Mi padre dejó a mi madre por un hombre mucho menor que él, tengo una hermana de antes del matrimonio de mis padres, un chico que me persigue, un guardaespaldas que me acosa y me pego en las carreras de motos ilegales. ¿Crees que me importa lo que cuatro viejas locas digan?-interrogué con una sonrisa en mis labios.-Lo que va a prestar a decir es que teme que piensen de usted, en esta vida hay que dejar los perjuicios y vivirla. Porque entonces uno se pudre, se hace mayor y no ha vivido.-Era mi filosofía y por lo poco que sabía, la de mi padre con mis años.-Ah, tranquilo no le acosaré más. Tan sólo quería tener una charla agradable con alguien de mi edad, aproximadamente, puesto que nadie de aquí entiende de arte... tan sólo compran lo que le dicen su tasador o su abogado de confianza.-pasó un camarero con unas copas y tomé una de vino de la rioja. Lo supe por su aroma y textura, era delicioso.-Brindo porque disfrute de la velada y deje de cuestionarse el qué dirán.-volví a mi seriedad habitual.

-Se ha apresurado a formar conclusiones. No veo en que sea diferente a los demás.-susurró y meditó algo que me hizo quedar clavado en el sitio durante unos segundos.-Brinde porque usted pueda disfrutar la velada también, por que aprenda algo de modales y no lastime a alguien más con prejuicios que pretende no tener.-esperando conocerlo unas semanas después de saber quién era, para que me dijera aquello.-Un gusto joven Hizaki.-murmuró de nuevo inclinando su cabeza como despedida, para dirigirse en dirección contraria.

Resoplé. Era como una damisela y había que tratarlo bien. Me interpuse en su camino y lo observé fijamente.

-No sé cómo hay que tratarte.-comenté mirándolo fijamente.-Intento ser amable, intento ser distendido, intento ser frío... dios... eres peor que una chica.-comenté con una expresión en mi rostro muy típica de mi padre, me masajeé la sien y luego le miré.-Sólo quiero conocerte y tú no das oportunidades a nada. ¿Es que tengo en la cara escrito mafioso? ¿Descortés? ¿Encarado? ¿Violento? porque es lo que piensan cientos y si no es eso... niñito de papá.-suspiré.-Yo también soy juzgado a diario, pero pensé que alguien nuevo no lo haría. Discúlpame.-dije extendiendo mi mano.-Empecemos de cero.-en ese momento noté como alguien me tiraba de la chaqueta y miré hacia bajo.

-Oni-chan.-murmuró observándome. Era mi hermano de doce años.- ¿Queda mucho de la fiesta?-estaba en bata.

-Ve a tu cuarto.-respondí acomodando sus cabellos.

-No tengo sueño, quiero quedarme aquí.-miró a Olivier y se llevó las manos tras la espalda.-Hola.

-A tu cuarto, mañana tienes equitación temprano.-me miró y resopló. Odiaba que le diera esa clase de órdenes. Le gustaba la equitación, pero era curioso y disfrutaba de las fiestas.

-Si vas a tu cuarto te dejo leer los comic que mamá te prohibió.-sus ojos se abrieron y corrió hacia las escaleras.

-¡Seré bueno!-gritó desapareciendo.

Me giré de nuevo hasta Olivier y extendí mi mano.- ¿Y bien? ¿Trato hecho? Desde cero.-él aceptó mi mano, pero creo que lo hizo simplemente para no dejarme con la mano alzada.

-No he sido yo quien ha juzgado. Simplemente le he mostrado la manera que ha tenido de portarse conmigo y ni siquiera pretendo entender que le ha llevado a hacer tan malas comparaciones conmigo.-tensó su cuerpo, lo noté.-No debería pretender ser mejor que la gente que critica, cuando aplica la misma manera de discriminación que la mayoría.-susurró con sus ojos clavándolos a mí.-Quizás sus parámetros sean diferentes, que aún así mide y califica.-Y ya le dije joven Hizaki, no necesita cumplir más su labor que Clarissa le ha encargado.-apartó su mano de la mía.-Porque puedo ver que le desespera mi compañía... disfrute la fiesta.

-Ahora me juzgas tú.-dije serio mientras le observaba y retiraba la mano.-Cuando alguien no me agrada no le hablo, por mucho que diga mi madre. ¿Crees que no me ha intentado convencer que hable con las hijas de sus amigas? ¿Que sea amigo de los chicos que van a mi escuela? Sólo hablo con las personas que me parecen que añadirán algo a mi perspectiva, los cerebros huecos no me interesan.-respondí y miré de reojo como el resto conversaba sobre cosas estúpidas. Me aproximé un poco más a él y sonreí.-No sólo es usted quien desea huir de este lugar, tanta gente me produce nervios.-susurré y me retiré guardando las distancias.- ¿Desea ahora ver mis cuadros?

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