
-¡Hiza! ¡Agarra!-dijo tirándome un botellín de agua que agarré como pude.-He comprado cocacolas y agua.-comentó mostrando la bolsa.-Se la compré al hombre del kiosko, bueno hoy le pagué también para que dejara el negocio abierto. Creo que la próxima podríamos invitar a amigos y demás que quieran ver, además de competir.-abrió una botella y se la echó encima.-Odio el calor y ahora recuerdo ¿Hizaki me conseguiste lo que te dije?-la cara de mi hermana era un poema, así que se quedó observándola.-Y tú quita esa cara tan seria, aquí nadie se va a morir.-su sonrisa ladina de gato apareció, aquella que le hacía tan famoso. Después únicamente comenzó a sacar todo lo que había traído.
-Sí, los bañadores esos que me pediste están. La talla de Phoenix costará más cara que la tuya... casi es de niño.-rezaba porque la idiota de mi hermana no terminara llorando. Nada más verla era como contemplar a una Drama Queen.-De pasó me compré unos yo. Están bien de precio en esa web y son originales.-abrí mi lata de refrescos, mientras seguía observándola de reojo.-Sí, se va a morir su orgullo cuando le gane con mi princesa.
No sé que demonios hacía, pero se quedó clavado mirándonos como un pasmarote. Rogaba que no se fuera de la lengua, porque si lo hacía tendría un buen golpe paternal en mi cabeza.
-Sí, estoy bien. Tengo medio de transporte nuevo.-rió bajo y su expresión cambió. Se iluminó por completo, suspiré al verla de ese modo.-Pero, no llamaba para eso. Hay alguien que quiere hablar contigo y sé que no es la manera pero...-entonces la señorita marimacho pasó a ser la señorita corazones en el aire.-Es mejor arreglar esto de una buena vez.-dijo pasándole el móvil y tomando un botellín de agua.-Anda, habla con él, ya que dices que no tiene la educación para hablar contigo.
-¿Mr. Músculos al aparato? esto no me lo pierdo.-dije esperando un gran combate de boxeo. Sentí lástima por el tipo, el pobre tendría los cojones de corbata con sólo escuchar el tono de voz de mi padre. Todos le temían, incluso sus amigos. Di un sorbo al refresco y tomé un poco de sushi.
-Atsushi Sakurai al aparato, usted debe de ser Eduart Josep Sea.-que fuerte, se lo dijo sin anestesia y yo mientras engullía.-Tiene un hijo, por lo que sé por mis informadores, y es directivo de una gran empresa de seguros.-reí bajo al ver que sabía su obra y milagros.-Haga feliz a mi hija o le juro que le sacaré el corazón frente a sus ojos.-había empezado a mordisquear una bola de arroz, casi me atoro con ella. Dios que risotada pegué al escuchar aquello.-No balbucee, no lo voy a matar.-comentó mirándose las uñas.-aún.-mis carcajadas creo que eran tan sonoras que se podrían oír al otro lado.-Quiero hablar con usted y Miho, lo deseo hacer el próximo viernes y lo quiero hacer. No admito un No. Tan sólo se aplazará si tengo problemas de agenda o usted no está disponible por trabajo.-estaba siendo incluso cortés, ahí no lo reconocí. -Nos vemos.-se lo pasó entonces a mi hermana y se sentó a comer un poco de aquel delicioso sushi de cangrejo y salmón.
-Ohhh el ogro habló.-dije mientras reía tomando con mis palillos un poco de lo preparado.
-¡Eduart! ¿Sigues vivo?-preguntó algo desconcertada, quizás por sus balbuceos o tal vez rompió a llorar.-Yo también te amo, nos vemos al rato.-eso fue tierno, muy tierno, y me pregunté cuando diría algo con el corazón como ella había hecho. Aunque era tierno, no significaba que fuera ñoño.
-Tienes que salir con ese chico... el sushi se parece al de Uta.-murmuró mi padre engullendo de la misma forma que yo.
-Sí Yue hace bien la comida y no sólo la comida. Da masajes que te dejan el cuerpo nuevo y dibuja bien, además toca el bajo. Creo que será bueno para mi banda de rock.-comía con la boca llena, como él, lejos de las redes de mi madre los tres, incluido mi hermano Hero, engullíamos y perdíamos los modales.- ¡Dios! ¡Dios! ¿Desde cuando no comíamos así?
-Yo comí así el otro día, Uta me hizo una fiambrera de estas y la llevó al Ayuntamiento.-mi hermana lo fulminó con sus ojos, no entendían que juego se llevaban esos dos. Yo también lo hizo, es más, creo que allí rivalizábamos por matarlo a él con rayos láser en los ojos.
-¿Y qué hacía Uta en tu lugar de trabajo?-pregunté con cierta curiosidad.
-No sé, vino y yo agradecí la comida.- ¿sólo la comida? No le creía.
-Prueba las bolas de arroz, le salen mejor que a cualquier chica con la que he salido.-le pasé fiambrera y Miho fue a robar pollo al tempura.
-Sí, los bañadores esos que me pediste están. La talla de Phoenix costará más cara que la tuya... casi es de niño.-rezaba porque la idiota de mi hermana no terminara llorando. Nada más verla era como contemplar a una Drama Queen.-De pasó me compré unos yo. Están bien de precio en esa web y son originales.-abrí mi lata de refrescos, mientras seguía observándola de reojo.-Sí, se va a morir su orgullo cuando le gane con mi princesa.
No sé que demonios hacía, pero se quedó clavado mirándonos como un pasmarote. Rogaba que no se fuera de la lengua, porque si lo hacía tendría un buen golpe paternal en mi cabeza.
-Sí, estoy bien. Tengo medio de transporte nuevo.-rió bajo y su expresión cambió. Se iluminó por completo, suspiré al verla de ese modo.-Pero, no llamaba para eso. Hay alguien que quiere hablar contigo y sé que no es la manera pero...-entonces la señorita marimacho pasó a ser la señorita corazones en el aire.-Es mejor arreglar esto de una buena vez.-dijo pasándole el móvil y tomando un botellín de agua.-Anda, habla con él, ya que dices que no tiene la educación para hablar contigo.
-¿Mr. Músculos al aparato? esto no me lo pierdo.-dije esperando un gran combate de boxeo. Sentí lástima por el tipo, el pobre tendría los cojones de corbata con sólo escuchar el tono de voz de mi padre. Todos le temían, incluso sus amigos. Di un sorbo al refresco y tomé un poco de sushi.
-Atsushi Sakurai al aparato, usted debe de ser Eduart Josep Sea.-que fuerte, se lo dijo sin anestesia y yo mientras engullía.-Tiene un hijo, por lo que sé por mis informadores, y es directivo de una gran empresa de seguros.-reí bajo al ver que sabía su obra y milagros.-Haga feliz a mi hija o le juro que le sacaré el corazón frente a sus ojos.-había empezado a mordisquear una bola de arroz, casi me atoro con ella. Dios que risotada pegué al escuchar aquello.-No balbucee, no lo voy a matar.-comentó mirándose las uñas.-aún.-mis carcajadas creo que eran tan sonoras que se podrían oír al otro lado.-Quiero hablar con usted y Miho, lo deseo hacer el próximo viernes y lo quiero hacer. No admito un No. Tan sólo se aplazará si tengo problemas de agenda o usted no está disponible por trabajo.-estaba siendo incluso cortés, ahí no lo reconocí. -Nos vemos.-se lo pasó entonces a mi hermana y se sentó a comer un poco de aquel delicioso sushi de cangrejo y salmón.
-Ohhh el ogro habló.-dije mientras reía tomando con mis palillos un poco de lo preparado.
-¡Eduart! ¿Sigues vivo?-preguntó algo desconcertada, quizás por sus balbuceos o tal vez rompió a llorar.-Yo también te amo, nos vemos al rato.-eso fue tierno, muy tierno, y me pregunté cuando diría algo con el corazón como ella había hecho. Aunque era tierno, no significaba que fuera ñoño.
-Tienes que salir con ese chico... el sushi se parece al de Uta.-murmuró mi padre engullendo de la misma forma que yo.
-Sí Yue hace bien la comida y no sólo la comida. Da masajes que te dejan el cuerpo nuevo y dibuja bien, además toca el bajo. Creo que será bueno para mi banda de rock.-comía con la boca llena, como él, lejos de las redes de mi madre los tres, incluido mi hermano Hero, engullíamos y perdíamos los modales.- ¡Dios! ¡Dios! ¿Desde cuando no comíamos así?
-Yo comí así el otro día, Uta me hizo una fiambrera de estas y la llevó al Ayuntamiento.-mi hermana lo fulminó con sus ojos, no entendían que juego se llevaban esos dos. Yo también lo hizo, es más, creo que allí rivalizábamos por matarlo a él con rayos láser en los ojos.
-¿Y qué hacía Uta en tu lugar de trabajo?-pregunté con cierta curiosidad.
-No sé, vino y yo agradecí la comida.- ¿sólo la comida? No le creía.
-Prueba las bolas de arroz, le salen mejor que a cualquier chica con la que he salido.-le pasé fiambrera y Miho fue a robar pollo al tempura.
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