7/8/09

Marimacho a la vista X


-¿Cómo se llama?-quería saber el nombre de quien me hablaba, quizás para saludarme de forma menos fría y más cordial o por simple curiosidad.

-Se llama Jasmine.-alcé una ceja al escuchar su nombre.

-Jasmine es nombre de mujer y de princesita Disney.-dije cerrando el portátil y me giré para observarle.

-Te juro que se llama así, bueno se hace llamar así.-rió bajo y me tomó de la mano para que lo acompañara.-Su negocio se encuentra en la calle del comercio, es un local muy conocido y bastante visitado por curiosos y gente de todo tipo. Creo que eso lo hace muy afamado, además que muchos famosos compran sus diseños importados de Asia o Estados Unidos.

-Aja, entonces es un gran empresario con nombre de princesa Disney.-comenté siguiéndolo sin más.

-No te burles de su nombre.-dijo girándose y me miró.-Pues es mano larga y quizás te dejarás de burlar de él en cuanto te acose sexualmente.

-¿Qué edad tiene?-pregunté curioso, aunque tenía pareja y había visto los mensajes de Yue en la noche mientras terminaba el fondo de pantalla.

-Pues.-se quedó meditando.-Veintitrés, si mal no recuerdo.

-¿Qué? ¿Y ya empresario de éxito?-debía ser un lince o un tonto con suerte, quizás un lince para los negocios con un poco de suerte.

-Sí, es muy trabajador aunque a veces tiene ganas de matar algunas clientas.-murmuró y no entendí nada.

Al final nos pusimos en marcha tras una hora conversando sobre Jasmine y su tienda, además de cómo se veía con los distintos modelos que tomaba del perchero. Me di cuenta que la coquetería era algo fundamental en las parejas de mi padre. Mi madre era una fashion victim y él parecía se de igual modo que ella. Él tomó su coche y condujo hasta la calle Comercio. Yo había optado por sentarme en la parte trasera, junto a la silla del bebé. El niño se había quedado con la chica de la limpieza, llegó justo cuando salíamos. Fue nuestra salvación, porque de otra forma tendríamos que haberlo llevado con nosotros y compras con un carro de por medio siempre son más lentas. Ese lugar siempre estaba transitado por cientos de personas al día, era uno de los puntos fuertes en venta y consumo.

-Vamos a ir al parking subterráneo, la mayoría de las calles son peatonales y aquí no encuentro aparcamiento ni orando por un milagro.-comentó mirándome desde el retrovisor con aquellas enormes gafas de sol.

-Será lo mejor.-asentí a lo que dijo.-¿Tienes tarjeta de parking? Ahí puedes dejarlo cuanto quieras, teniendo esa tarjeta solo tienes que reembolsar el dinero por el tiempo gastado. De la otra forma tienes límite de tiempo y es un autentico coñazo.-él rió cuando dije aquello mientras introducía el vehículo en la boca del parking y la tarjeta en el aparato de pago.

-Tengo, siempre he tenido y sobretodo por lo que dices. A veces me quedaba horas probándome cosas en las tiendas, tanto en la de Jasmine, como en la de otros amigos, y terminaba con el coche en la grúa.-aparcó con rapidez y bajó observándome.-Vamos.

Me bajé y le seguí hasta la puerta, se agarró de mi brazo y sonrió.

-Hace buen día.-murmuré notando el sol en mis ojos.

-Sí, además hace calor. Se nota el verano, ya está aquí y pronto podré usar la gran piscina de casa.-parecíamos una pareja más que “padrastro” e “hijo”.

-Espero que me invitéis estoy harto de la piscina del club.-no es porque fuera mala, no es porque no disfrutara, sino porque las chicas me acosaban y más me acosarían tras el cd o eso pensaba. Sé que suena egocéntrico, pero tenía la esperanza y corazonada de que todo saldría a pedir de boca.

Cuando entramos en la tienda quedé boquiabierto. Era enorme, elegante en su diseño, las imágenes que se mostraba en los cuadros y el ambiente agradable. Una mujer, lo que supuse como mujer, corrió hacia Phoenix y se lanzó sobre él.

-¡Phoenix!-gritó con esa voz andrógina que poseía, y yo seguí creyendo que era mujer.

-¡Jasmine!-respondió dando brincos y yo quedé en shock. ¿Esa cosa alocada era un hombre? Era extraño pues sus feromonas femeninas se podían husmear por toda la tienda.

¿Han visto alguna vez alguna caricatura manga? Claro, todos la conocen, de eso seguro. ¿Entonces conocen la expresión con tres rayas en un lado de la frente y una enorme gota de sudor? Bien, espero que sí, porque esa era mi cara cuando vi a esos dos estrujándose como adolescentes alocadas.

-¡Qué de tiempo!-lo besó en la mejilla y Phoenix me señaló, sus ojos se quedaron fijos en los míos y he de decir que al quedar relajado su aspecto era my atractivo.

-Es el hijo de Atsushi, el hijo mayor.-comentó él y Jasmine sonrió ampliamente.

-Si es una copia del bomboncito.-murmuró pestañeando en un leve coqueteo.-Es un placer de conocerte ¿Atsushi va a seguir fabricando muchachitos así en serie?-noté como Phoenix le pisaba y él se encogía de hombros levemente.

Dejen que describa su aspecto, es importante. Llevaba unos jeans ajustados, con los cuales para nada mostraba síntomas de masculinidad, y una blusa algo femenina con mangas de fantasía de color hueso. Sus cabellos estaban semirecogidos y eran de color rojizo, tenía leves tirabuzones que enmarcaban su rostro. Sus ojos eran enormes, a pesar de ser rasgados, y sus labios gruesos. Podría decirse que era muy atractivo, andrógino y alocado.

-Gracias por su halago.-dije en una leve reverencia y tomé su mano estrechándola. No sabía bien como saludarlo, pero él me estrechó pegándome a su pecho. Su colonia era atrayente y agradable. Me sonrojé al pensar ciertas cosas que no vienen a cuento, y al apartarse sonreí más desenfadado.-Me han comentado que hay zona masculina en esta tienda, desearía observar algo de ropa para quizás usarla en la boda de mi padre o en alguna cena.

-Pero que bien educado, que caballero y que atracti…-nuevo pisotón de Phoenix y él lo miró con furia.- ¿Qué tripa se te rompió a ti?

-Kamijo.-indicó.

-Arruinas la diversión.-respondió haciendo un gesto bastante gracioso con sus labios.-Mira bombón la ropa de caballero es allí en el fondo, puedes encontrar también artículos unisex en la zona mixta como cinturones o calcetines. También, por supuesto, tenemos colonias y todo para el aseo personal.-se colgó de mi brazo y Phoenix lo agarró a él.

-Ya déjalo y vete a cotillear con tus empleadas o atiende a otros clientes, nosotros nos valemos solos.-la sonrisa fría de Phoenix, su expresión de circunstancia y como apretaba el brazo a Jasmine me daba una idea de cómo era su amigo. Ya no sólo me parecía atractivo y simpático, sino también un violador de jovencitos o de dobles de mi padre.

-Phoenix ¿tu amigo siempre acosa sexualmente a los clientes?-dije cuando ya se había alejado, refunfuñando pero feliz para comentar todo con una de sus empleadas.

-¿Jasmine? Bueno digamos que aunque tiene novio, Kamijo, cuando se pone en celo es capaz de acosar pero no va más allá. Créeme, sería idiota si fuera infiel a alguien como él.-respondió sincero y bastante convencido. Empecé a preguntarme cómo sería ese hombre, ese tal Kamijo.

-Oh, entiendo.-fue lo único que dije y me quedé observando una camisa. Estaba algo sonrojado, me sentía bastante observado por la mitad de las féminas de la tienda. Jasmine reía tras un abanico y cuchicheaba.

-¿Te sientes bien Hizaki?-interrogó él algo preocupado.

-Muy bien ¿por qué no debería estarlo?-dije con una sonrisa, obviando las miradas de una vez.

-No sé, te veías medio pálido.-comentó tomando una de las camisas de los percheros.-Mira Hiza.-me la mostró y la observé.-Es blanca, mismo corte que la de tu padre pero en blanca. En verano hará calor y es mejor que lleves algo que no sea oscuro.-tenía razón y era de mi talla. No hacía falta probármela.

-¿Qué te parece este cinturón?-dije sacando uno del montón arreglado que tenía Jasmine en su tienda.

-Sí, combinaría bien con la camisa.-sonrió y sacó varios pantalones.-¿Por qué no miras estos? Yo estoy por comprarme unos jeans de ahí.-dijo señalando al fondo.

-Sí, vendría bien un conjunto entero.-tomé la camisa de entre sus manos y hurgué entre el montón de pantalones.

-Voy a mirar complementos.-se marchó hasta el fondo unisex y estuvo probándose algunas pulseras. Lo miraba desde mi posición como sonreía y se veía enérgico. Mi padre me comentó de su enfermedad, pero en absoluto lo veía como alguien frágil.

Yo seguí mirando y di con unos de pinza que me gustaron. Eran parecidos a unos que tenía mi padre, sin embargo tenía un bolsillo a un lado y no un par. También tomé un par de calcetines y unos zapatos. Tendría conjunto o para la boda o para algo especial. Miré el precio y tenía suficiente en mi tarjeta. Siempre revisaba mis cuentas, cada semana, para no comprar demasiado y quedar en números rojos.

-¿Ya miraste?-dijo al rato con varias prendas en su brazo, además de complementos en su mano.

-Sí.-al girarme vi una fotografía.-Vaya ¿eres tú?-estaba vestido a lo visual kei, más bien parecía completamente una mujer. Había algunos con kimono y varias más al fondo. Como estaba concentrado en la ropa no me fijé demasiado en los modelos.

-Mataré a Jasmine… pero.-se sonrojó.-Pero yo le dije que podía usarlos, algunas… pero.-agachó la mirada.-Usó todas.

-Sales bien, te queda bien el rojo.-entonces vi en otra a Jasmine y alcé una ceja. Él parecía una mujer, vale, pero es que Jasmine era una mujer en esas fotos.

-Vamos a pagar, anda.-tiraba de mi manga para que dejara de observar las fotografías, a mi me gustaba el arte y por lo tanto las veía artísticas.-Vamos.

Terminé por seguirle y en la caja estaba su amigo parloteando. Parecía bastante animado, jugueteaba con el cable del teléfono y luego se giró hacia nosotros apoyándose en el mostrador.

-Y bien bomboncito ¿qué has comprado?-puse todo en el mostrador y él sonrió.-Te haré descuento, porque eres hijo de Atsushi y porque no he visto chicos tan lindos por aquí en mi tienda… no es normal.-pestañeó y Phoenix lo miró furioso. Esta vez no podía pisarle porque se lo impedía la madera del mostrador.

-Cóbrame a esta cuenta lo mío y lo de él.-no llevaba demasiado, una camiseta y dos pulseras junto a un boxer.

-¡Marchando!-dijo Jasmine y Phoenix le agarró del brazo.

-Me cobras a mí.-extendió su tarjeta de crédito con la ceja levantada.

-No, a mí.-insistí.

-¡No seas como tu padre! ¡No me deja pagar nada!-reprochó mirándome furioso.
Entonces apareció un hombre bastante atractivo y mestizo. Tendría alrededor de mi estatura, quizás un poco más. Su aspecto era elegante y bastante cuidado. Cuando se quitó las gafas de sol sus ojos azules se clavaron en mí, al igual que en Phoenix, y sonrió. Llevaba un ramo de rosas y automáticamente escuché el revuelo de Jasmine.

-¡Kamijo!-gritó saliendo tras el mostrador y lo besó mientras él lo abrazaba.

-Bonsouir.-murmuró a ambos sin dejar de sostenerlo.-Para ti Jasmine.-dijo entregándole las rosas y él las olfateó con sus mejillas sonrojadas.

-Hizaki este es Kamijo.-dijo sin separarse de él.-Es mi pareja y…-dirigió su mirada hacia la suya, tan afable y tan pura que te taladraba.-Kamijo este es el hijo de Atsushi.

Él sonrió al escuchar esas palabras y extendió su mano, yo simplemente la estreché. Su aroma era bastante atrayente y todo él. Sí, me fijé en él. Todo el mundo se fijaba en él. Podría decirse fácilmente que era medio japonés y medio francés. Se notaba en su porte, su forma de andar y sus rasgos.

-Es un honor conocer al hijo mayor de mi gran amigo Atsushi.-su voz era varonil pero no ronca, era extraña.

-Para mí también.-dije apartando mi mano.

-Jasmine ¿nos cobras? ¿O vas a seguir colgado de Kamijo?-interrogó Phoenix con media sonrisa.

-Cobro, cobro.-dijo apartándose de él para ir hacia la caja.

-Te pareces mucho a tu padre.-comentó Kamijo de forma afable colocando una de sus manos sobre mis hombros.-Misma estatura y mismo gusto por la ropa.-rió bajo y me miró a los ojos.-Al fin te conozco, he oído maravillas de ti y de tus notas…también de tus hermanos. Tu padre está orgulloso de ti Hizaki, felicidades.-se apartó de mí para ir tras el mostrador y tomar a Jasmine por la cintura.

Estaba en silencio, salí con Phoenix sin decir nada hasta que me codeó pasada la puerta de salida.

-Te gustó Kamijo ¿eh?-dijo riendo bajo.

-No digas eso, simplemente es atractivo.-tenía las bolsas en mi mano, la tarjeta en la otra y no sabía como habían llegado ahí.

-Bueno, es normal. Kamijo es muy atractivo y tiene ese aire de intelectual que llama la atención.-respondió agarrándose a mi brazo.

-¿Tiene hermanos menores?-al decir eso mi rostro se puso rojo completamente creo.

-Míralo que mono, quiere coquetear con otro Kamijo.-rió aún más alto y yo lo miré como podría mirarlo mi padre en una regañina.-Lo siento.


Pensé que si un hombre como Kamijo existía quizás podría encontrar uno parecido. No me importaba su edad, sino la forma en la que hablaba. Parecía observador, atento y sobretodo instruido. Era y es de esas personas en las que puedes confiar y escuchar durante horas sin aburrirte. Tras eso tuve más encuentros con ese hombre y su pareja, ambos me cayeron realmente bien. Hacían buena pareja y al verlos juntos siempre me preguntaba porqué con Yue no era lo mismo. No había esa química ni ese cariño.

No hay comentarios: