18/9/09

conversaciones III

Otra edición más. Mika Nakashima, Lee Jun Ki y Ryusuke Yamada otra vez... como "imagen" de los hermanos Sakurai.


-No traje mi casco, así que disculparas si nos llegan a multar o algo así.-ella no había venido en su moto, lo noté, pero yo siempre tenía uno para el acompañante.

-Tengo segundo casco siempre.-dije al llegar a la moto y le di el casco que tenía de repuesto.

-¡Pibón!-gritó uno al pasar por al lado de mi hermana.

-¡Mira a mi hermana otra vez y te saco los ojos!-grité y salió huyendo.-Ya estás, perfecta.-dije apoyando mis manos sobre sus hombros.

-Anda, que protector eres.-se puso bien el casco y se subió a la moto riendo bajo.-Bien, vayamos por el pequeño Hero, para ir todos juntos al doctor.-dijo esperándome a que subiera y arrancara.-Y maneja con cuidado, que traes a una casi embarazada atrás.

-Iré suave.-dije y comencé a reír.-Eso se oyó mal.-arranqué y fui lento, como dije. Nunca había ido tan a paso huevo, pero temía caerme con ella detrás.

Mientras recorría la ciudad con ella agarrada a mí pensé en como se tomaría mi padre algo así. Ella se había convertido en su tesoro, algo que jamás había tenido y deseaba poseer. Siempre escuché las conversaciones con mi madre, quería una hija y creo que al verla supe el porqué. Deseaba una hija para llamarla como a la abuela, hablar de ella con su hija y sentirse orgulloso. Supuse que era simplemente eso, una hija se cuidaba más que a un hijo y se podía sentir uno más orgulloso de sus logros. Una mujer es delicada, pero fuerte, y siempre enloquecen a los hombres, aunque sean sus padres. Al llegar a casa nos recibió Hero.

-¡Onii-chan! ¡Tengo dibujo! ¡Dibujo!-me lo mostró, era de la fiesta y distinguí a mamá, Oly, un amigo de la familia y a mí. Era bastante bueno, a pesar de ser un simple boceto.

-Bonito dibujo, menos mal que la mano es la izquierda.-revolví sus cabellos y notó a Miho detrás mía.-Ella es Miho, una amiga.

-¡Hola! ¡Encantado! ¿Quieres jugar conmigo a la DS?

-¡Hola Hero! Me perdonarás pero... Hoy no podré jugar contigo, Hizaki y yo tenemos que ir al doctor.-la cara de frustración de nuestro hermano pequeño se notó a leguas, casi hace una pataleta por ello. Yue siempre le concedía todos los caprichos.-pero, si quieres, puedes venir con nosotros.-sonrió de forma amable y noté que le había caído en gracia.

-¿Viene con nosotros onii-chan?-preguntó mirándome con aquellos ojos enormes.- ¿Mamá también viene?-en el fondo había una imagen de ella pintada por un amigo, se lo había regalado hacía muy poco tiempo.

-No, mamá trabaja hoy ¿recuerdas? te dejó a cargo conmigo para llevarte al médico.-entonces puso cara de gato asustado y quiso huir.

-¡NO! ¡No me gusta! ¡Me pondrá inyección!-dijo casi echando a correr.

-¡Ven aquí!-dije tras él cuando se escabulló y lo agarré como un saco de patatas.-Tienes doce años, compórtate.-hizo mofletes y miró a Miho.

-Rescátame de él, seguro que me lleva a un medico horrible.-estiró sus brazos hacia ella intentando una huida rápida a sus brazos, como mínimo.

-Es doctora y tiene piruletas para los niños buenos.-mentía, pero así se conformaría.

-¡Sí! ¡Piruletas!

-Sí, Hero, a los dos nos darán piruleta.-dijo quitándose el casco, antes sólo tenía quitada la visera.-Porque yo también voy al doctor a que me revisen. Y no, no creo que nos pinchen, nos hacen eso...-entonces tomó una de sus manos.-y huimos los dos ¿vale?-dijo cerca de su oído, así que lo dejé en el suelo y ella le extendió la mano para que la tomara.

-¡Sí! ¿Has visto? me quedo con tu novia.-le di un golpe en el culo al escuchar aquello.

-No es mi novia.-dije bastante serio.-Si le dices esto a mamá Miho sufrirá mucho y papá también. Eres mayor, compórtate y júrame que no lo dirás.

-No lo diré.-me miraba confuso y miró a Miho.

-Es nuestra hermana.-comenté.

-No, mamá no tuvo hijas y si es nuestra...

-No es de mamá, es de papá con otra mujer mucho antes de que estuviera con mamá. Así que ahora lo sabes ¿de acuerdo? no lo digas.

-No lo diré.-sonrió y miró a Miho.-Hola hermana

-Hola hermano.-respondió de forma afable y buscó algo en sus bolsillos, estuvo hurgando hasta que encontró una chocolatina.-Ten.-se la ofreció y la agarró de forma rápida.-No es soborno, me nació dárselo.-comentó revolviendo sus cabellos.-Bien, ahora que empiecen "Las aventuras de los Hermanos Sakurai" ¿no?

-No, Hero eso para después en la merienda.-pero él lo abrió y comenzó a engullir.

-¡Está buena! es como la que me compra papá cuando vamos al parque de atracciones.-entonces vi su camiseta.

-Esa camiseta.-lo observé y eché a reír.- ¿Es la que te regaló papá el otro día? ¿la que te traje que me dio para ti?

-¡Sí! ¡Es Chi! ¡Chi es genial! le dije a mamá que me comprara un gato como Chi, pero ella ha dicho que no, que rompería todo.-su rostro era un poema, supuse que debería llevarlo a casa de papá para que viera a Chesire.

-¿Chi? ¿Hablas de esa gatita que es toda mona? Creo que debí de ponerle a la mía así y no Noir.-dijo suspirando.-Si quieres, un día puedes jugar con mi gata.-aquella propuesta hizo que sus ojos se iluminaran.- ¿Crees que el viejo nos deje estar con Hero y Jun algún día?

-No entiendo porqué no, yo estoy por pedirle que me deje pasearlo.-entonces mi hermano me tiró de la manga.

-¿Jun?-frunció el ceño y miró hacia bajo.

-Oye, no empecemos con los celos Hero.-lo tomé de la mano y tiré de él de forma leve.-Vayamos ya al doctor o se pasará la hora.

-Yo también estaba por pedirle eso.-nos seguía caminando por aquellas losas de mármol.-No deberías de tenerle celos a Jun, Hero. Un día de estos deberíamos de salir todos con el viejo y Jun incluido, una salida con todos sus hijos... Creo que le haría bien. ¿No crees?-me preguntó y yo me quedé un instante dubitativo, entonces reí bajo ante la idea de aquello. Un puñado de Sakurai por el mundo podrían causar muchos destrozos.

-Así es. Una salida del Clan Sakurai.-mi hermano nos miró y quedó en silencio.

-Mamá no vendrá ¿verdad?-interrogó.

-No, ella no.-bajó la cabeza y lo abracé.

-Anda no seas así, papá y mamá siempre los tendremos.-le revolví los cabellos mientras íbamos llegando al coche.

-Pero no igual...

-No vendrá porque es una salida padre e hijos, aquí es en plural porque somos muchos.-dijo abriendo la puerta trasera del vehículo para que se subiera.-Hero ¿te vienes atrás?-preguntó con una sonrisa mientras lo esperaba.

-¡Si y te enseño el gato que tengo de mascota!-era un gato de la DS, un juego de como cuidarlo.-Si lo cuido bien mamá me comprará uno de verdad.

-Sigue soñando, enano, sigue soñando.-me sacó la lengua cuando dije eso y me coloqué el cinturón de seguridad.-Miho, haz que se lo ponga y tú también.-con un mando a distancia en las llaves hice que se abriera el garaje.

-Vale, vale, pero déjame ponerte el cinturón, que Hizaki cada vez se esta pareciendo más al Viejo Sakurai.-dijo ayudándole a colocarse el cinturón mientras encendía ese cacharro, siempre lo llevaba metido en los bolsillos.

-¿Vienes al medico porque estás enferma?-pregunto encendiendo la DS.-Oye... Hizaki se parece a papá desde hace mucho ¿sabías que ambos son bastante ojetes?

-Oye, no deberías repetir como loro todo lo que te dice Ismael. Un día lo agarraré y le retorceré el gaznate por hacerte aprender cosas como esas.-le miraba por el retrovisor y me sacó la lengua.

Entonces comenzó una batalla de a ver quien la sacaba más. Era irresistible no pelear con él, siempre le hacía rabiar y él a mí. Sin embargo, no había día que no me dieran ganas de abrazarlo o intentar que sonriera. Era mi hermano, era lo poco bueno que tenía en mi vida. Miho no paraba de reírse mientras peleábamos.

-Anda Hizaki, por algo dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.-dijo aproximándose a la maldita maquina. He de reconocer que yo tuve de aquellos tamagochis, todos los niños tenían uno y yo tenía dos. Siempre los cuidaba bien, pero los muy crueles me abandonaban rumbo a su planeta.-Dios, es monísimo, yo opino que si lo cuidas bien tu madre si te compra una de verdad.-eso que dijo no era bueno, lo ilusionaría con tener un maldito gato y no podía ser. Mi madre no quería animales en casa, decía que con nosotros tenía suficiente.-Pero si no te lo compran siempre puedes venir donde mi tío para que juegues con la mía, es demasiado juguetona, casi anda rompiendo los trastos de mi tío.

-¿Uta?-paré de hacerle burlas cuando escuché aquello.-Lo conocí el otro día, no paraba de abrazarme y decirle a mi padre "pero si es igual a ti, sólo que con el pelo corto" y restregar su mejilla contra la mía abrazándome. Me recordó más a un gato que a un humano.-reí a carcajadas.-Es muy uke.

-¿Qué es uke?-preguntó Hero en su infinita inocencia.

-Algo que no tienes porqué saber aún.-se cruzó de brazos y me dio una patada al asiento.

-Oye, es el coche de mamá, si lo ensucias te reñirá.-salí del aparcamiento al fin comenzando a conducir por la ciudad.

-Dejalo, que ser uke no es malo, es mejor que ser un seme violador.-al decir aquello vino a la imagen mi padre, también a mis oídos el retumbar de la cama de mis padres. Mi infancia fue traumática por su culpa.-Es menos monótono.-comentó riendo bajo.-Y si te dijo eso es porque en verdad eres idéntico al viejo... Yo sólo tengo sus genes, en apariencia soy más a nuestra abuela, ya lo comprobé el día que nos vimos él y yo y que llevo fotos.-entonces sonrió como lo hacía nuestro padre, esa sonrisa macabra, con sus ojos clavados en el retrovisor.-Tengo que decir que te veías muy mono con pañales.

Casi doy un frenazo. No podía ser, mi padre no podía llegar a contar cosas tan bochornosas. Quería estrangularlo, quería destrozarlo. Se había pasado ese maldito gato viejo. Se la tendría jugara a partir de ahora.

-Júrame que padre no te enseñó fotos mías de niño en la bañera, por favor. Júrame que no me puso en vergüenza o lo mato.-mi hermano reía a carcajadas.

-¿Tú que crees? ¿Aun tienes esos juguetes para la tina? Creo que me vendrían muy bien.-empezó a reír bajo, pero luego explotó en carcajadas. Las había visto, no había dudas.

-¡Te vio la tita!-gritó.

-¡No tengo tita! ¡Tú sí que la tienes enana!-grité y él comenzó a reír aún más.

-¡Tienes tita! ¡Tita diminuta!-reía y Miho le secundaba, me estaban confundiendo con la señales y con todo.

-No Hero, no creo que tu hermano sea de small size, si fuera así no hubiera hecho lo que me dijo.-murmuró entre risas.

Entonces me cabreé tanto que puse la radio y salió mi canción.

-¡Eres tú! ¿Papi ya lo llevó a la radio?-interrogó.

-Anda, tienes buena voz... Me gusta, tiene buen ritmo.

-Quiero ver el video ¿cuando lo haces?-preguntó colocándose detrás mía soplándome en la oreja.

-¡Canijo deja eso! estoy conduciendo.-se recostó detrás enfuruñado.-En unas semanas estará, quiero hacer algo novedoso y bueno Olivier me hará la ropa. Seréis los primeros en verlo, os lo aseguro a los dos.

-El Oliva ¿el de falda ese que estaba en la fiesta?-un tic se formó en mi cara, uno bastante evidente.

-Es Olivier, que te quede claro su nombre.

-Oh, vaya, mi hermanito será famoso.-comentó con una sonrisa.-Me das envidia, pero bueno, creo que yo no ni mi banda estaba predestinada para ser famosa...-tenía buena voz, si se lo pedía a nuestro padre él la ayudaría. Aunque Miho era terca y jamás haría eso, ella quería hacerlo sin ayuda.

No respondí a lo que decía, tan sólo me concentré en la conducción. Quería llegar pronto al Hospital y que el médico le extendiera el tratamiento a Hero. Era un especialista en pediatría amigo de mi madre, por eso íbamos allí y no al centro de salud cercano. Entonces escuché a nuestro hermano algo nervioso.

-Miho.-decía moviéndola algo alarmado y miré girando mi cabeza, lo hice porque había parado en un semáforo.-Miho.-

-No te acerques a ella, deja que tenga aire.-comenté y él automáticamente se apartó.

-¿Por qué tiene mareo? ¿está enferma?-interrogó preocupado.

-Algo así.-respondí frunciendo el ceño. Iba a matar a su novio, era un irresponsable. Yo también lo era, no era quien para decir nada, pero ella era mi hermana.

-No pasa nada, sólo... un ligero mareo, nada de que preocuparse.-murmuró abriendo los ojos palpándose la frente. Yo volví a poner el coche en marcha.

-Una amiga de mamá tenía mareos y luego tuvo un bebé.-se quedó sentado con los brazos cruzados asintiendo.-Tiene mareos.-asintió de nuevo.-¿Seré tito?-

-No seas pájaro de mal agüero.-dije y él me miró fijamente por el retrovisor

-¿Y qué hay de malo?-interrogó agarrándose a mi asiento.

-Que papá mata a su novio, eso hay de malo.-entonces vi el hospital.-Ya estamos llegando.

-Quizás lo mata, pero primero lo fulminará con la mirada luego le dará con el bastón. Después lo hará cuadritos como cuando corta el sushi y lo licuará o simplemente le dirá "Cuídala que si no, te mato".-dijo imitándolo y mi hermano se echó a reír ante tan buena imitación de nuestro padre. Él solía imitarlo, pero ya era menos frecuente. Pues su objeto de bromas cambió radicalmente, desde que dejó de vivir con nosotros su blanco principal era la imitación perfecta de mamá o de Clara.

-No, quien lo fulminará seré yo. A él le dejo el resto.-comenté aparcando.

-¡Yo me pido el bastón de papá! ¡Me pido el negro con plateado! ¡Me lo pido!-gritaba como si fuera un juego mientras estiraba los brazos.

-Creo que el hecho de hacerlo sufrir va a ser muy divertido para nosotros.-se quitó el cinturón y también ayudó a Hero. Eran de esos que eran difíciles de abrochar y de quitar, mi madre era poco amante del confort y miraba más si tenía buen motor. El coche era bueno, familiar en parte y con poco consumo. Sin embargo, los asientos eran incómodos y también tenía pocas prestaciones. No me gustaba conducirlo, ni a Hero subirse, pero sin papá en la casa era imposible escoger otro que no fuera ese.-Bueno entonces... ¿qué hacemos primero? ¿Vamos primero por lo de Hero o por lo mío?

-Hero tiene hora en diez minutos.-dije sacándolo del vehículo a rastras

-¡No! ¡Papá! ¡Quiero ir con papá!-gritaba y todo el mundo nos miraba.

-¡Hero! ¡Estamos dando la nota!-todos cuchicheaban y al final lo desatasqué.-No será más de cinco minutos, mirar sus medicamentos nuevos y si hay que hacer algo más...

No hay comentarios: