19/10/09

La hora de la verdad VII


Gruñí, o al menos creo que lo hice. Odiaba que me llamara de esa forma. Además no era una conquista, al principio así fue pero se destrozó todo.

-¿Puedo llevarte? por favor.-quería tenerlo cerca, así me aseguraba poder verlo un rato más. Me aproximé más a él y coloqué bien sus cabellos.-No puedo dejarte aquí

-No sé.-dijo algo intimidado, me había fijado en sus manos torpes acomodándose la ropa con recelo.-tienes cosas que hacer ¿no?-replicó intentando evadirse.-Quizás no es necesario, porque estamos lejos y tendrías que dar un gran rodeo.

-¿Crees que me importa?-dije acercándome a él para quitar una hoja del árbol que había caído sobre su cabeza.-No seas idiota, un caballero lleva siempre a las princesas a su reino... sobretodo a una tan adorable como tú.-golpeé suave su cabeza acariciándole como lo haría con un animalillo perdido.-Anda, no me tengas en cuenta estas bromas.-Lo agarré por la cintura para no pusiera el pie en el suelo.-Vamos señor conjuntado, le llevaré a casa.

-No deberías de contar tantas mentiras.-dijo con los ojos clavado en el suelo mientras se agarraba a mi cadera.-Sólo déjame en un taxi.-musitó.-Puedo llegar bien.-añadió algo sonrojado, tal vez demasiado nervioso para mirarme o mirar al frente.-de todas maneras, podría avisarle a Trevor para que me esperara en la puerta...

Unos celos terribles se apoderaron de mí, quería morder a alguien. Las palabras de mi madre vinieron a mi mente, me estrellaron contra el suelo y todas mis esperanzas de nuevo se volvieron oscuras. Sabía que no podía tener nada con él, por mucho que rogara, pero no quería verlo con el otro como si nada.

-No, no digo mentiras.-dije pegándolo aún más a mí.-No hace falta que llames a ese tipejo, ya me encargo yo de ayudarte.-mis ojos tenían un destello de rabia.

-¡Duele!-dijo tras un quejido de dolor, le estaba pegando con demasiada brusquedad.-¡Cuidado!-Seguía quejándose y yo dejé de presionarlo. Llegamos al auto, y se apoyó en el borde, en lo que el abría la puerta.-y no digas eso...Trevor es el único amigo que tengo en esta ciudad...-yo pensé que también era su amigo, pero al recontar los conocidos en la ciudad únicamente lo señaló a él.-Deberías ver las fotos que él me ha tomado, es un gran artista.

Cuando me aparté para abrir la puerta no sé porqué pero mis nudillos crujieron. Mis ojos daban miedo, al igual que mi rostro se endureció. Quería matar a alguien y era rápido. Los celos me hacían hundirme, nunca había tenido esa sensación así que únicamente intenté respirar hondo. Ni Lexter me había infundido tantas ganas de golpear, tal vez porque era mi madre la persona con la que realmente estaba.

-No quiero saber de esas fotografías, créeme.-abrí la puerta y lo metí con delicadeza, porque aunque estuviera celoso no era brusco con las personas que quería.-Hijo de puta... un día lo agarro y lo dejo lisiado.-murmuraba caminando hacia el asiento del conductor. Él mientras se acomodaba el cabello mirándose en un pequeño espejo.

-No son tan malas.-decía intentando convencerme de que las vieras, no era porque pensara que eran poco bellas… sino porque me celaba que Trevor lo hubiera tenido a su merced todo ese tiempo.-Se podría haber conseguido un mejor modelo, pero es terco como el solo.-parloteaba de él y nada más de él.-y se me ve una lonja o algo así, pero se nota la mano de quien la tomo.-dijo orgulloso del trabajo, también de haber modelado. Estaba por morder el volante.-Claro que cuando las tomó casi me muero...

-¡Cállate!-grité golpeando el volante.- ¡No quiero saber cómo son no porque sean malas!-jadeé recostándome en el volante. Había sido brusco con él, pero no era yo. Comencé a llorar como un idiota, los celos me ahogaban.-No importa...-susurré secándome las lágrimas de rabia, porque no podía ponerme a romper nada.-Estoy celoso, sólo eso, es mejor que no me hables de ello.-dije acariciando su rostro.-Por favor, es lo único que te voy a pedir.

Él se encogió sobre el sillón, como si fuera a golpearlo, e incluso se puso los brazos alrededor de su cabeza. Empezó a sollozar con fuerza, parecía sumergido en recuerdos nada agradables. Supuse que tuvo malas experiencias, que tal vez le golpearon demasiado en la escuela. Jamás pensé que podría haber tenido otro motivo.

-Hey.-dije acariciando su rostro.-No llores, lamento haber gritado pero.-besé su frente y lo abracé.-Nunca te levantaría la mano, nunca. Yo simplemente tengo celos, no es culpa tuya ser atractivo y tampoco tuya que me haya enamorado de ti.-susurré acariciando sus cabellos sin darme cuenta de que lo había dicho.

-Quiero irme a mi casa.-dijo aún con voz de animalillo asustado sin parar de sollozar.

-Sí, pero no quiero verte llorar.-dije acariciando su rostro y dirigiéndolo para que me mirara.-¿Ves? ya se pasó.-sonreía, al menos lo intentaba.-No quiero hacerte daño, por favor... no quiero verte llorar.-pegué mi frente a la suya y acaricié sus labios húmedos por las lágrimas. Tenerle así tan cerca me daban ganas de besarlo, pero me controlé. Dijimos amigos y amigos seríamos.-No debí de celarme, no somos nada y si sales con él tendría que hacerme sentir bien porque tú serás feliz...-me aparté abrochando su cinturón de seguridad.-Nunca te haré daño a ti, recuerda eso, porque si lo hago después me cortaría las manos.

-No somos nada.-murmuró aún con pavor, sentía su miedo. Estaba tiritando en el asiento.-Nada más que amigos.-susurró.-Es mi único amigo en la ciudad, aparte de tu mamá.

-Lo sé, pero tuve celos y deseé romper algo. No pego a las personas que amo o quiero.-dije arrancando el coche.-a ti te quiero proteger.-coloqué bien sus cabellos pues todos caían en cortina frente a su rostro.-No llores más que te pones feo ¿quieres estar feo?-saqué un pañuelo desechable de la guantera y le segué las lágrimas.-Así y si sonrieras aún sería mejor.

-Ya sé que soy feo...-buscaba una sonrisa, pero él tan sólo se echó a llorar y a maldecir su aspecto.-Sé como me veo y que no engaño a nadie con esto.-dijo señalando su ropa, ropa que le quedaba demasiado bien y daban ganas de arrancársela a tiras.-Sólo llévame a mi casa....quiero estar solo...por favor...

-Te equivocas.-dije tomándole del mentón para que me mirara.-Mírame, no miento y no voy a mentir nunca. Odio las mentiras y jamás me atraen las personas feas. No dudes de mi buen gusto, me ofende que pienses eso de ti. Tendrías que ser un egocéntrico, no arrastrarte diciendo que tienes mal cuerpo o rostro.-saqué de mi guantera un regalo que le había comprado, pensaba dárselo a mi madre para que se lo entregara... pero al final se lo daría.-Toma, te iba a dar esto por medio de mi madre, pero te tengo delante y es mejor así.-era un despertador en forma de zanahoria, estaba envuelto en papel de colores.-Espero que te guste, cuando lo vi me recordó a ti.-lo dejé sobre sus piernas y comencé a conducir.

Comenzó a reír cuando vio el regalo, parecía otra persona. Dejó de llorar y temblar, empezó a estar más tranquilo.

-Es muy lindo.-murmuró.-Aunque sabes que no lo usare nunca ¿verdad?-empezó a limpiarse el rostro con el pañuelo.-Ahora si me puedes llevar ¿por favor? Me siento muy cansado, supongo que el calor y toda la agitación.

-Pero puedes usarlo de decoración.-dije sin quitar ojo de la carretera.-Ten cuidado que Vale no lo rompa, para él tengo otra cosa pero a él se lo daré en mano.-eran unas tiras de premio para perros, eran como chucherías para los humanos.-Y como ahora te voy a dejar bien quieto en su casa, espero que no te muevas demasiado o sino el pie no sanará

-Ok, me quedare quieto.-dijo como si realmente me creyera que no iba a moverse por la casa, de un lado a otro.-de todas maneras tengo muchos bosquejos que terminar. Así que estaré todo el día quieto, quizás Nina me pueda ayudar a sacar un poco de inspiración.-murmuró hablando de su trabajo, se veía cómodo cuando lo hacía. Respiró hondo y sonrió, lo pude ver porque paré en una señal de stop.-Habrá un evento el fin de semana... usualmente sólo estoy yo y rodeado de las modelos...así que sabrás lo aburrido que es. ¿Te gustaría ir? podrías llevar a alguien más si quieres.

-Claro, iré encantado para quitarte el aburrimiento y ser tu guardaespaldas personal.-sonreí abiertamente y recordé lo que le dije a mi madre.-Ah, quiero que seas el diseñador de la ropa de mi videoclip y de la ropa que usaré en el concierto. Necesito que sea elegante, novedosa y sobretodo cómoda porque para bailar si luego tira... es imposible.

-¿Sabes que esos conceptos están peleados?-murmuró con una sonrisa.-Algo sublime nunca será cómodo.-eso decía mi madre de sus tacones.-Creo que no conoces mis diseños...la belleza cuesta y la belleza absoluta cuesta aún más.-sí, definitivamente hablaba como mi madre.-Pero bueno.-soltó un suspiro.- me limitaré a realizar lo que tenga que hacer.-dijo bastante serio, se tomaba muy a pecho su trabajo. Se notaba a leguas que era su gran pasión, lo que realmente significaba su alma.-Cuando puedas te das una vuelta por mi taller y que te tomen medidas, después platicaremos sobre las ideas que tienes... para saber más o menos que es lo que esperas.-se quedó unos instantes en silencio y continuó su charla.-Por eso la ropa de hombre es aburrida.-hizo una gran sentencia, si mi padre lo hubiera escuchado seguro que empezaría a sacar todo lo que tenía en el armario. Amaba la moda, sus trajes no me parecían aburridos a pesar de ser bastante oscuros.-Traje, camisa, pantalón y ya.-murmuró.-simple, lineal…-empezó a decir recostándose bien en el asiento.-Alucino cuando he sacado un pret a porter masculino, ya que las líneas femeninas son más.-buscaba la palabra mientras yo buscaba su casa en aquella maraña de nuevas urbanizaciones.-Más...sublimes.

-¿Tú crees?-pregunté parando en un semáforo que estaba en rojo.- ¿Tú crees que algo en mí se vería aburrido? Na... soy demasiado perfecto y egocéntrico para que se vea como en todos, ya verás las ideas que llevo.-dije dejando un dedo en su frente.-Y las que tú apliques... seremos un buen dúo y... por supuesto te invitaré a ver como se realiza el videoclip. Verás chicas por todas partes y quizás te inspiras-entonces se puso en verde y arranqué de nuevo.-Un video será colaboración con mi padre, el gran Atsushi Sakurai y parte de su grupo.-me rasqué la mejilla.-A ellos los viste un modisto japonés, pero le tengo miedo... un día cuando me vio casi me viola, pero fui salvado porque llegó su novio.-hablaba bastante, además quería hacerle olvidar lo que había pasado.

-Verde.-señaló recordándome que debía seguir la marcha.-Uh, depende de las modelos, las mujeres voluptuosas me dan.-arrugó un segundo su nariz.-No sé, para atrás.-se sonrojó leve en ese momento.- por eso prefiero a las modelos de couture...sus cuerpos son más delicados.-se recargó en el vidrio de la ventana y yo eché la capota, comenzaba a dar demasiado el sol. Podía hacerlo sólo con un botón y en marcha, no había problemas.-Sólo tienes que decirme todo con anticipación, recuerda que el arte no se puede apresurar y te veo la pinta de asustarme el día anterior diciendo que te urge para el día siguiente.

-Por dios ¿por quién me crees? ¿Por un irresponsable?-eché a reír y le guiñé.-Ya verás, tendrás mi cuerpo en tus manos.-giré para entrar en una de las calles.-Lo necesito para dentro de tres semanas, supongo que podríamos quedar la semana próxima.-paré de nuevo en otro semáforo.- ¿Chicas con mucho pecho? no me gustan las ubres de vaca, supongo que sean como mi hermana, estilizadas pero no tan marimacho.

-Como sea pasas un día a dejarle las medidas a cualquiera de los tailors, ya después entre nosotros veremos cual diseño te conviene, según las características de lo que necesites.-estaba algo serio, pero supongo que era así siempre cuando hablaba de trabajo.-Ahí.-dijo señalando su bloque de pisos, lo había visto pero quería hacerme el despistado.-ya llegamos.-sonrió mirándome mientras aparcaba.-¿Se te había olvidado verdad? como nada más fue una vez.-sonreía calmado del todo, como si jamás hubiera ocurrido nada.-Me hablaras pues... digo, la gala es el fin de semana, el sábado.-me hacía ilusiones de verlo, de poder estar a su lado.-Claro, si quieres llevar a alguien más, nada más me avisas para mandarte los boletos con Clarissa.-abrió la puerta intentando salir solo.

No dije nada, antes tenía que ayudarle a salir del vehículo. Me bajé y saqué sus muletas, después me puse frente a él.

-¿Habrá mucho humo de cigarrillo? creo que sí iré con alguien, pero ese alguien no podrá aguantar ese tipo de humo. Las embarazadas son así.-no sabía si ella iba a venir conmigo, pero sería una buena oportunidad para conocernos más y que le hablara bien de mí.-Si es un lugar alejado de eso y fuertes olores... pásame dos.-abrí la puerta y extendí mi mano con una sonrisa.

-Es una gala, eso significa mesas y mesas de gente bebiendo, comiendo una comida bastante mala, y fumando para olvidar.-su tono de voz fue de grito de guerra, fue mencionar a mi hermana y ponerse histérico.-Pero te haré llegar los pases.-masculló.-Y gracias por traerme.

-Espera, te acompaño hasta tu piso.-dije caminando tras él para abrirle el elevador.-Me ha gustado verte pero... te olvidas que también quiero ver a Vale.-le mostré una bolsa de chucherías que saqué del coche antes de que saliera corriendo.

-Tengo que practicar yo solo ¿no?-se peleaba con las llaves, la muleta y el perro armaba un jaleo terrible tras la puerta. Yo sólo lo miraba anonadado, estaba bastante molesto.

-¡Hola chico! ¡Quien es mi hermano peludo!-grité y él comenzó a brincar.-Mira lo que tengo.-dije agitando la bolsa y comenzó a jugar.-Dios, tienes que dejarme presentárselo a mi hermana.-me arrodillé y comenzó a lamer mi rostro.-Vamos coge una...quieto... siéntate...-lo hizo y se la di, engulló tan sólo al hacer eso.-¿Por qué te has puesto así?-interrogué.-No te entiendo, me dijiste que podía llevar acompañante y sólo me apetece llevarla a ella. Lleva semanas diciéndome que tenemos que quedar más, es bueno que nos conozcamos ¿no?-olvidé decirle de quien hablaba.

-¿Ponerme como?-preguntó quitándose la venda, bueno al menos intentándolo.- Estoy cansado Hizaki y lo único que quiero es tomar un baño.-murmuró.-dormir un rato.-añadió sin mirarme a los ojos ni una sola vez.-y sí, puedes ir con quien quieras, para eso te he invitado...-declaró.-es más, es mejor que lleves a alguien.-decía aún sin mirarme, quitándose la venda.-En esas galas siempre me tienen de un lado para otro y sería mal anfitrión dejándote solo por ahí ¿no?

-Pero lo que quiero es que la conozcas, le hablé de ti y bueno creo que se merece que te la presente. Se puede poner pesada si no le presento a mis amigos y a las personas que quiero. Ella hará lo mismo. Pronto será por completo parte de mi familia.-hablaba del apellido, mi padre estaba moviendo todo para que tuviera su apellido, no el del gilipollas que la violó.-Seguro que yo también estaré de aquí para allá con ella, entre que la acosaran porque es guapa y entre que vomitará... no tendremos para quedarnos quietos mucho rato.-reí a carcajadas, verla con tacones correteando no me lo perdía.

-Perfecto pues.-dijo quitándose los cabellos del rostro.-me considerare afortunado si tengo la oportunidad de hablar con ustedes.-se levantó con la venda sucia en la mano.- ahora...si me permites.-estaba siendo muy grosero.-en realidad quiero ese baño.

-¿Puedo sacarlo a pasear? Mientras te duchas claro.-dije acariciando el pelo.-Te caerá bien, aunque tiene la fama de soltarte todo en la cara. A mi me lo hizo, a mi padre también y creo que por ello congeniamos todos.-sonreí con aquella sonrisa parecida a mi padre, esa de "soy un dios, mírame"... sin darme cuenta, claro

-No.-dijo aún más borde.-Vale no sale a pasear y te lo he dicho.-me miraba de una forma que era acusadora, no entendía que había hecho yo.-No es un San Bernardo.-dijo entrecerrando los ojos.-Te veo pues el fin de semana próximo, te haré llegar las invitaciones a tu casa.-me estaba corriendo.-Gracias por todo.

-¿Por qué noto tu tono de voz molesto?-dije levantándome para observarle frente a frente. Le tomé del rostro y le observé.-Lamento haberte importunado, no sé que hice mal esta vez.-me aparté besando su mejilla.-Nos vemos antes, porque vendré a que me tomes medidas.

-Nada.-gruñó.-Simplemente tengo calor y realmente estoy fastidiado.-me miró cambiando su expresión, tal vez se vio tan irrazonable como yo lo estaba viendo a él.-Por favor, haz una cita con alguno de los asistentes.-me tendió una tarjeta que tomé como si nada.-Recuerda estamos en medio de una colección...así que por favor, no te presentes sin avisar.

-¿Por qué no me das tu móvil?-dije mirándole extrañado.-Somos amigos ¿no? debería de tenerlo, tú tienes el mío si no rompiste el papel.-no lo entendía, momentos atrás se reía conmigo y no veía nada de cansancio.-Sigo pensando que te molesta que haya invitado a alguien...

-Es más fácil que me encuentres con ellos, manejan mi agenda... si tiene que ver con el trabajo.-pero a mi me gustaba tener su móvil, saberlo, para poder llamarlo y hablar de cualquier cosa.-Y por quinta ocasión.-dijo con un resoplido.-Te he pedido que vayas, que vayas con alguien.-decía que sí, pero veía que se endurecía su tono de voz.-si quieres con toda tu banda... o si no quieres ir no hay problema... no me compliques la vida con eso.

-Bonita forma de no quererme dar el móvil, buena excusa.-dije algo molesto saliendo de su casa. No me importó que su perro ladrara. Me dolió que ni su amistad me diera.

1 comentario:

Kimy dijo...

k le pasa a la princesa zanahoria k es tan reacio acia hiza-kun???
kiero sabeer ! kiero maas!!!
besos ^^