4/10/09

La hora de la verdad


La hora de la verdad

Pensaba que tendría que evitarlo toda la semana, sin embargo no asistió. No apareció por el instituto. Su hermana me llamó preguntándome que demonios le había hecho, yo simplemente le dije que lo había dejado porque la relación se estancó. Añadí que no quería hacerle daño con falsas ideas, así que le pedí que fuéramos amigos y nada más. Ella simplemente suspiró y escuché un “de acuerdo” intentando ser comprensiva. Si no se amaba, no se amaba.

El viernes al llegar a casa Clara me dejó una nota de mi madre. Ella me había citado en la cafetería “Au Lait”. Tan sólo me dio tiempo a ducharme y arreglarme. Había ido al gimnasio de camino a casa, necesitaba desahogarme. No había visto a Olivier y tras una semana quería estar con él. No me había llamado, ni yo intenté parecer demasiado interesado en él pidiéndole el teléfono a mi madre.

Mi madre quería recuperar el tiempo perdido, pero conmigo ya lo tenía perdido. Le dije que no quería a Lexter en la casa, seguía estando. Mi padre al menos me ofreció un servicio distinto, aunque dije que lo encontré yo. Quería darle las gracias por la fiesta, había conocido a un tipo singular y al menos no había sido un autentico desastre.

Llegué con una chupa de cuero y unos jeans anchos negros, el cabello revuelto y el pitillo en los labios. Fumaba, pero ella no lo sabía. Mi padre sí y ya me llevé la bronca por su parte, eran dos al día tampoco era demasiado. Miho había insistido que dejara de fumar, iba a ser padre y luego si tenía un bebé en casa sería perjudicial para él.

Ella se había sentado en la ventana que daba sol y unas vistas bastante apacibles a un pequeño jardín. Sin embargo estaba inmersa en el periódico, o quizás en sus pensamientos, con ella jamás podía saber que pensaba o que podía desear

-Buenas tardes.-dije algo frío mientras me sentaba y daba una nueva calada.

-No importa que tan grande te sientas Hizaki, debes de seguir teniendo respeto por tu madre.-dijo apenas alzando la vista del periódico, mirándome con sus gafas de sol levemente inclinadas.-Así que ten la decencia de apagar el cigarrillo.-se quedó meditabunda unos instantes mirándome.-En casa de tu padre podrás hacer lo que quieras, pero enfrente mío sigue habiendo reglas que respetar.-asentí mientras apagaba el pitillo en el cenicero de la mesa.-y seguirán en vigencia así tengas ochenta años.

-¿Tú también?-dije apagándolo.-Ya me dijo papá que me arrancarías la cabeza cual mantis religiosa.-me acomodé en el asiento y la observé quitándome las gafas de sol.-Él no lo hizo porque...-iba a decir lo de su corazón, pero quizás con todo lo que había pasado eso le alegraba y no me apetecía.-Vengo a darte las gracias por la fiesta, fue interesante conocer a Olivier.-no le dije donde pasé la noche, pero supongo que pensó que me crucé con alguna chica y terminé con ella... ni mucho menos que me quedé de mayordomo de la princesita Oly.

-Tu padre no dice nada porque siempre ha tenido demasiados caprichos con ustedes.-se mordió la lengua a medida que decía aquella frase.-Me alegro que hallas encontrado algo al fin divertido en esas reuniones... y Olivier es un hombre talentoso y sobre todo buena persona.-sonreí leve como idiota al imaginármelo de nuevo dormido a mi lado.-Casi sentía que le metía a un nido de víboras...-reí bajo al ver como calificaba a sus amigas.-todo sea por que lograra la inversión que necesitaba.

-Oly por poco se muere cuando las víboras de tus amigas le rodearon. Pero ahí aparecí yo para rescatarlo del aburrimiento.-comenté con una sonrisa.-Además estuvimos conversando después hasta tarde, luego me fui a dar vueltas con el coche y por eso regresé por la mañana.-más bien le vi el culo y estuvimos conversando en su cama, porque el muy pato casi se rompe una pierna, pero si mi madre supiera eso se asustaría pensando cualquier cosa.

-¿Oly?-levantó una ceja, mirándome por encima con su enigmática expresión de escultura de hielo.-Pues, han platicado bastante, si te permitió decirle de esa manera.-aquel tonito no traía nada bueno, pero que nada bueno.-Aún se rehúsa a decirme como se ha hecho ese esguince, dijo que al bajarse de la cama.-tragué saliva.-Pero como alguien se daña tanto teniendo un colchón de 20 cms.-un sudor frío recorrió mi cuerpo. Fui un idiota al pensar que sería estúpida y no se enteraría.-De todos modos, has sido encantador... me alegra saber que tus modales no se han cambiado tanto.-mis modales eran los de un amante de las peleas, idéntico a mi padre, así que si había sido un buen anfitrión significaba que estaba más próximo a su modo de vida.-De eso también quería hablar contigo Hizaki... la casa no es ningún hotel de paso.-sus ojos se clavaron en mí como dagas.-Y no estaré tolerando que salgas y entres a la hora que quieras... cuando estés en la universidad harás tu voluntad…pero aun te queda este año bajo el techo de la familia.

-No, no me queda tanto.-dije mirando fijamente a la camarera y sonriendo.-Unos meses y ya seré universitario...-seguí su contoneo de cadera, hasta que se giró para aparecerse frente a mí.

-¿Qué deseas?-interrogó con una sonrisa.

-Un café, por favor frío.-ella asintió y miró a mi madre.

-¿Algo más?-preguntó esperando alguna respuesta, mi madre sólo negó y ella se marchó.

-Hizaki Sakurai-siseó y yo temblé. Jamás me acostumbraba a que me reprendiera, aunque era bastante común.-Ten la cortesía de ponerle atención a tu madre, no me interesa cuantas piernas se te atraviesen en el camino.-frunció leve su ceño.-Tu…-luego se quedó pensativa y suspiró. Creo que iba a decir algo de mi padre, pero quedó a medias.-¿Ya tienes pensado dónde entrarás? Desde....desde que naciste, tu padre y yo teníamos pensado que seria ideal que estudiaras en la Universidad Autónoma de aquí.-estaba cerca, era prestigiosa, era pública y sobretodo me podrían controlar.-tus prácticas las harías donde quisieras, pero estar en esa institución te abriría muchos horizontes.-sonrió leve sintiéndose bien al intentar ayudarme, al ser como cualquier madre.-Tanta pluralidad te haría bien.

-Ya veré, por ahora quiero disfrutar de la vida. ¿Un año sabático no me puedo pegar?-pregunté observando como venía con mi pedido.-Gracias.-guiñé y ella se sonrojó marchándose.-No lo sé, no me quiero arriesgar. Quiero pensar bien dónde me meto. No quiero una carrera que luego no me interese, quiero algo que llame mi atención y por ahora sólo lo hace la batería, las motos, las peleas de competición y bailar. Nada de estudios, pero sé que si no lo hago papá me mata.-también me interesaba el arte dramático, quería estudiar y ser un gran actor.

-No sólo tu padre.-murmuró. Creo que ella y yo nos quedamos en silencio un instante, era extraño que dijera “tu” cuando siempre era papá, no padre y tampoco el tu existía.-No sé si tu padre te haya dicho algo, pero siempre creímos que era buena idea darles algo de regalo. Un regalo cuando terminaran el Instituto. Creo que aún hoy está en pie esa propuesta. Así que ve pensando donde quieres ir, sólo que mi condición es que tendrías que prestar algún servicio donde fuera que vayas. Ya sabes, quiero que aprendas lo dura que es la vida cuando no se tiene nada. Desearía que fuera una labor social, también ecológica si gustas, tú escoges donde y cuando.-ella a pesar de su posición siempre se preocupaba por los demás, por los más necesitados, y eso la absorbía. Jamás se dio cuenta que esa preocupación la alejaba de mí y de toda nuestra familia.

-Es que no tengo intereses de largarme de la ciudad, de momento.-quería conocer más a Olivier.-Hay personas que me están comenzando a interesar, ya sabes mamá.-sonreí de forma atrevida, como la de mi padre cuando la veía con falda corta en verano.-Ya sabes, las hormonas.-di un buen trago al café y pasó un chico, no sé porqué miré de reojo sin querer... con mi madre delante no solía hacer eso, pero pasó.

Tamborileó sus uñas perfectas sobre la mesa, era su única respuesta junto a entrecerrar sus ojos. Sabía que algo tramaba, que tendría que confesar o no saldría vivo.

-Si piensas con las hormonas vas a terminar siendo muy infeliz y pronto además.-resopló acomodando un mechón de sus cabellos tras las orejas.-Te hemos educado para cosas mejores que eso y créeme, a tu edad, hay muchas oportunidades de conocer gente y aún más en el extranjero. No te enganches a un solo punto, conoce mundo.-

-Tranquila aquí hay personas de todo el mundo, es una ciudad cosmopolita... hay de todo, sobretodo rica comida francesa.-no sé si captaría la indirecta, pero esperaba que no.-Hay buenos lugares para comer, bailar, hablar y conocer personas de todo el mundo. No tengo que viajar, si viajo ya será en grupo o con pareja. No me gusta estar solo y lo deberías de saber.-

-Estar solo a veces es un respiro... y es necesario saber enfrentarse a la soledad Hizaki.-dijo aquello porque sabía que así se sentía, a pesar de sus escarceos con ese inútil.-No es mala, simplemente, hay q saber sobrellevarla.-su tono de voz se puso serio.-Aún así, no descartes el viaje.-dijo con una leve sonrisa.-Sea en grupo, o en tour, sigue abierto la fecha.-entonces tomó un trago de su bebida y me miró fijamente a los ojos.-Pero no tolerare que sigas tu vida como si todos los años sean años sabáticos. Eres joven y puedes aprovechar tu tiempo.-en eso tenía razón, quería sacarle partido a mi vida.-Nada más no desperdicies tu energía y dedícate a cosas que realmente te llenen.

-Música mamá, música. Mi batería, mi voz y el baile. Es lo que me llena.-dije recostándome más en la silla.-Mamá.-me incliné en la mesa y la observé.-¿Quieres que me vuelva un amargado? No quiero llegar a viejo sintiendo que mi vida ha sido un desastre, que no he sabido aprovechar el momento y mi talento. Papá dice que lo tengo ¿por qué no? además quiero...-si le decía lo que quería me mataba, pero ahí iba.-Estudiar arte dramático, quiero ser actor.

-Hizaki.-intentaba serenarse, lo notaba por la expresión de sus ojos. Podía ver a veces, no siempre, las cosas que le sacaban de quicio.-Sabes bien que eres talentoso, pero el arte es una profesión caprichosa.-eso era un no, pero yo ya estaba decidido.-¿Cómo podrás asegurarte que te ira bien?-quedó en silencio unos instantes y continuó con una sonrisa leve-Está bien si quieres estudiar arte dramático o baile, pero no descuides las otras facetas de tu vida.-me lo estaba concediendo, no lo podía creer. Quizás por miedo a que yo hiciera lo que me diera la gana y ella quedar a un lado. Supongo que tras que mi padre se fuera de casa ella lo tomó todo como una oportunidad de cambiar conmigo, también con Hero. Era un tanto más complaciente, eso me gratificaba.-Tienes que tener un plan B, eso debes poseerlo siempre.

-Mamá odio estudiar.-resoplé.-Odio tener un libro delante a pesar de mis notas, lo odio. No me resulta creativo, quizás publicidad, pero no es lo que quiero. Quiero ser actor y músico ¿tan difícil es?-me quedé pensativo y luego la miré.-Me dijo algo Oly que me hizo cuestionarme algo.-susurré casi en voz baja lo último.- ¿Qué dirías si te dijera que soy bisexual con tendencias homosexuales?

2 comentarios:

Kimy dijo...

Kyaaaah!!!!!!!! Ha vuelto Hiza!
mira mira eh! a partir de ahora te firmare cada vez k acutalizes :D
te parece bien??? esk no llego a firmar en el metro lo siento!!
pero soy asidua a los dos !
i me abias dejado al pobre Hiza abandonado i solito i yo kiero saber como empieza con Oly!!
muchos besos
nos veremos en el Salo del Manga de BCN???
cya!

Kimy dijo...

Vuelvo a ser yo!!!!!!!!!!!!
kiero Hizaaaaaa snif snif :''''(
besooos!