Yo empecé a quitarme la correa, era lo único que aguantaba aquellos enormes pantalones. Me gustaban, eran de mis favoritos y me había acostumbrado a bailar break con ellos.
-Total ya me has visto casi desnudo una vez.-aquel comentario mío seguro que lo ponía nervioso, pero era la verdad y solía ser un poco bocazas. Yo no tenía pudor alguno así que bajé los pantalones y se vieron mis boxer bien pegados, la verdad es que marcaba bastante. Amaba esos boxer porque me hacían más atractivo mi cuerpo.-¿Mejor?
-¿Quieres algo de tomar?-preguntó girando su rostro, intentando no mirarme, mientras yo me subía sobre la banqueta.-Prue trae un par de botellas de agua.-dijo cuando notó que ella seguía ahí mirándome, o más bien admirándome. El banco hacía que su rostro quedara a la altura de mi ombligo, prácticamente, y yo lo miraba desde lo alto.-Primero tomaré las medidas necesarias para los pantalones, así te podrás vestir, y te darán una camisa.-empezó a pasar sus brazos alrededor de mi cintura, iba anotando con nerviosismo los números, pero a la hora de tomar el tiro se quedó mirándome con ciertas dudas. Al final terminó por ser un niño bueno, o mejor dicho, un gran diseñador y tomar bien mis medidas.
-Déjalo algo suelto cuando bailo me excito y si me tira me muero. Soy bastante delicadito esa zona.-dije palmeando su cabeza, para luego dejarlas en mis caderas. Aquello lo dije para ver su reacción, que fue nula prácticamente.-No tenía sed, pero gracias por pedir las botellas porque a veces uno se deshidrata sin darse cuenta.
-Prue, necesito una ficha de cliente.-pidió sin girarse, mirando bien las medidas y volviéndolas a repasar.-Listo...puedes bajar, subido en esa cosa no te alcanzo a tomar medidas de los hombros.
Me subí los pantalones y bajé quedando frente a frente.
-Luego si quieres te invito a un zumo, no te vendrá mal un poco de aire fresco. El trabajo mata ¿lo sabías?-la chica vino con el agua y yo lo tomé encantado.-Gracias guapa.-dije y ella se sonrojó.
-No hay de qué.-comentó quedando junto a Olivier.
Otra mujer apareció en escena caminando y haciendo sonar sus tacones, salía del servicio y ambas quedaron clavadas al lado de mi amigo. Del que consideraba un amigo, aunque yo parecía ser su pesadilla.
-Prue...la ficha.-murmuró casi en un leve gruñido.
-Quédate quieto.-me pidió aproximándose a mí.-Quédate muy derecho, porque si te tomo mal estas medidas se verá horrible todo y no estoy dispuesto a eso. Me gano mi prestigio por algo, así que deja de hacer el idiota y compórtate.-reí bajo ante aquella leve regañina, para luego dejarme tomar las medidas de mis hombros, pecho y brazos.-Sobre tu invitación Hizaki.-dijo mirándome a los ojos.-Mañana salgo a Paris, estaré fuera del país hasta un día antes de la gala.
-Pues con más razón.-dije tomándolo del mentón para que me mirara.-Anda ¿vas a dejar a la chuleta no poder tomarse el último zumo hasta que esas viejas brujas te acosen? Prometo traerte en una hora, sólo una hora y estarás de vuelta.-sonreí de forma encantadora y la chica solo babeaba mirándome junto a la otra mujer.
-Si quieres puedo ir contigo.-dijo la tal Prue, aquello no lo escuché, no quise hacerle caso sólo me interesaba él.
-Tú tienes mucho trabajo atrasado que hacer, como prepararme el dossier que tengo desde temprano pidiéndote.-la miró de forma en la que únicamente un chico celoso podía mirar, era como si intentara espantarla más que regañarla. Después suavizó la mirada observándome.-¿Una hora? ¿Me lo prometes? Es que tengo mil cosas pendientes, pero una hora puedo robársela al trabajo.-se volteó para ver a las chicas.-A ver si cuando llegue tengo todo listo.
-Genial entonces, sé de una cafetería donde hacen zumo natural.-iba a llevarle a la próxima al estudio de grabación. Mi padre estaría por allí quizás, rogaba porque no nos viera o comenzaría interrogatorio en plena cafetería.-Anda, vamos.-dije tomándolo de la muñeca, pero sin hacerle daño, de forma que no se lo hiciera.-Tienen aire acondicionado, macedonia especial de frutas y zumos. Además de helados de zumo naturales.
-Total ya me has visto casi desnudo una vez.-aquel comentario mío seguro que lo ponía nervioso, pero era la verdad y solía ser un poco bocazas. Yo no tenía pudor alguno así que bajé los pantalones y se vieron mis boxer bien pegados, la verdad es que marcaba bastante. Amaba esos boxer porque me hacían más atractivo mi cuerpo.-¿Mejor?
-¿Quieres algo de tomar?-preguntó girando su rostro, intentando no mirarme, mientras yo me subía sobre la banqueta.-Prue trae un par de botellas de agua.-dijo cuando notó que ella seguía ahí mirándome, o más bien admirándome. El banco hacía que su rostro quedara a la altura de mi ombligo, prácticamente, y yo lo miraba desde lo alto.-Primero tomaré las medidas necesarias para los pantalones, así te podrás vestir, y te darán una camisa.-empezó a pasar sus brazos alrededor de mi cintura, iba anotando con nerviosismo los números, pero a la hora de tomar el tiro se quedó mirándome con ciertas dudas. Al final terminó por ser un niño bueno, o mejor dicho, un gran diseñador y tomar bien mis medidas.
-Déjalo algo suelto cuando bailo me excito y si me tira me muero. Soy bastante delicadito esa zona.-dije palmeando su cabeza, para luego dejarlas en mis caderas. Aquello lo dije para ver su reacción, que fue nula prácticamente.-No tenía sed, pero gracias por pedir las botellas porque a veces uno se deshidrata sin darse cuenta.
-Prue, necesito una ficha de cliente.-pidió sin girarse, mirando bien las medidas y volviéndolas a repasar.-Listo...puedes bajar, subido en esa cosa no te alcanzo a tomar medidas de los hombros.
Me subí los pantalones y bajé quedando frente a frente.
-Luego si quieres te invito a un zumo, no te vendrá mal un poco de aire fresco. El trabajo mata ¿lo sabías?-la chica vino con el agua y yo lo tomé encantado.-Gracias guapa.-dije y ella se sonrojó.
-No hay de qué.-comentó quedando junto a Olivier.
Otra mujer apareció en escena caminando y haciendo sonar sus tacones, salía del servicio y ambas quedaron clavadas al lado de mi amigo. Del que consideraba un amigo, aunque yo parecía ser su pesadilla.
-Prue...la ficha.-murmuró casi en un leve gruñido.
-Quédate quieto.-me pidió aproximándose a mí.-Quédate muy derecho, porque si te tomo mal estas medidas se verá horrible todo y no estoy dispuesto a eso. Me gano mi prestigio por algo, así que deja de hacer el idiota y compórtate.-reí bajo ante aquella leve regañina, para luego dejarme tomar las medidas de mis hombros, pecho y brazos.-Sobre tu invitación Hizaki.-dijo mirándome a los ojos.-Mañana salgo a Paris, estaré fuera del país hasta un día antes de la gala.
-Pues con más razón.-dije tomándolo del mentón para que me mirara.-Anda ¿vas a dejar a la chuleta no poder tomarse el último zumo hasta que esas viejas brujas te acosen? Prometo traerte en una hora, sólo una hora y estarás de vuelta.-sonreí de forma encantadora y la chica solo babeaba mirándome junto a la otra mujer.
-Si quieres puedo ir contigo.-dijo la tal Prue, aquello no lo escuché, no quise hacerle caso sólo me interesaba él.
-Tú tienes mucho trabajo atrasado que hacer, como prepararme el dossier que tengo desde temprano pidiéndote.-la miró de forma en la que únicamente un chico celoso podía mirar, era como si intentara espantarla más que regañarla. Después suavizó la mirada observándome.-¿Una hora? ¿Me lo prometes? Es que tengo mil cosas pendientes, pero una hora puedo robársela al trabajo.-se volteó para ver a las chicas.-A ver si cuando llegue tengo todo listo.
-Genial entonces, sé de una cafetería donde hacen zumo natural.-iba a llevarle a la próxima al estudio de grabación. Mi padre estaría por allí quizás, rogaba porque no nos viera o comenzaría interrogatorio en plena cafetería.-Anda, vamos.-dije tomándolo de la muñeca, pero sin hacerle daño, de forma que no se lo hiciera.-Tienen aire acondicionado, macedonia especial de frutas y zumos. Además de helados de zumo naturales.
1 comentario:
me encanta me encanta ! lo sabes ^^
i el d atsushi tambien esta super ! i muy interesante!
besooos
sige asii!!
Publicar un comentario