13/11/09

Medidas del alma XIV


-He conducido aún más borracho, créeme.-fui hasta él y lo abracé tomándolo por las caderas, esas caderas que en movimiento me excitaban más que cualquier play boy.-Lamento comportarme como me comporto.-susurré en su oído.-A veces me doy asco a mi mismo.-añadí apartándome para mirarme al espejo y colocarme mejor el sombrero.- Anda, vamos fuera.

-Espera un poco.-dijo sonriéndome a través del espejo.-Aquí esta el aire más fresco.- cruzó sus piernas y se quedó mirándome.-Me he portado mal ¿verdad.-murmuró con cara apenada.-Lo lamento, en estas fiestas se pierde el sentido común.

-Me ha gustado verte así y no llorando, lo prefiero.-dije acariciando su rostro con una sonrisa.

Entonces entró un ex, el último mono que quería ver en la fiesta. Era Mario y apestaba a alcohol.

-Tú por aquí.-dijo alzando una ceja.

-Ya ves.-dije intentando evitar cualquier confrontación. Su hermana seguía siendo amiga mía, por así decirlo, por lo tanto no podía ser un desgraciado sin modales.

-Hacía semanas que no sabía nada de ti, pero escuché que dejaste a Yue.-puso sus manos sobre mi pecho.-Ese mocoso es un incordio, seguro que me echas de menos.-besó suave mis labios y lo aparté casi de inmediato.

-Estás que te caes al suelo.-comenté molesto.

-Bebí algo.-reía bajo jugueteando con sus manos sobre mi chaqueta.

-Mario joder que ya tenemos edad.-comenté tras un suspiro.

-Sí, dieciocho… muy buena edad.-me guiñó un ojo y volvió a besarme.

Yo me aparté como pude. No quería que me tocara y mucho menos frente a Olivier, no quería que pensara que teníamos algo. Yo era alguien libre, aunque atado mentalmente a él.

-Sí, pero de mente de diez años.-lo miré a los ojos dejándolo quieto en un lado del servicio.-Iré a por tu hermana, porque supongo que no has venido solo.-sabía que él solo no iría a un lugar así.

-Ve, búscala está con su novia pasando de mí.-dijo entre carcajadas.

-Quédate ahí quieto joder.-comenté antes de salir del baño.

Busqué a su hermana durante unos cinco minutos, nada más llegar hasta ella me miró sorprendida. Estaba bastante elegante y su novia por supuesto deslumbraba, ambas eran adoradas por hombres y mujeres por su elegancia. A pesar de ser tan sólo unas niñas tenían la apariencia y experiencia de adultas.

-¿Mario?-interrogó confusa.- ¿Qué hizo?

-Tu hermano está en el servicio totalmente ebrio y sacándome de las casillas. Estaba con un chico y empezó a molestar.-murmuré dejándola sorprendida.

-Pensé que lo dejaste con ese chico, al menos eso me dijo mi hermano.-comentó y yo simplemente la tomé de la mano.

-Te la robo unos minutos.-dije a su novia y ella rió asintiendo mientras pedía un refresco.

Nada más llegar al aseo masculino ella se horrorizó, había estado dando la nota y ahora vomitaba manchando uno de los cubículos de los baños.

-¿Oly?-interrogué confuso buscándolo incluso en la zona de urinarios.

-Si buscas al tipo raro con el que estabas se marchó.-rió carcajeándose.

Yo de pura rabia fui hacia él mientras su hermana le gritaba, lo golpeé duro y ella se quedó sorprendida.

-Me has hecho perder a Oly, imbécil.-comenté marchándome por el lado que él había dicho.

Entré en la fiesta y no lo hallaba. Pregunté a varios modelos y ellos me indicaron donde estaba. Al final llegué a él y sonreí aliviado, no se había marchado de la fiesta y podríamos seguir con la conversación. Estaba a punto de caer, podía sentirlo, pero aquella interrupción me alejó de él.

-Lo siento.-dije tomándolo de la cintura, pegando mi torso bien a su espalda. Me gustaba notar sus nalgas cerca de mi entrepierna, eso hacía que mi imaginación y mis hormonas se dispararan.-Su hermana sigue siendo mi amiga y bueno... lo he dejado a buen recaudo.-sonreí satisfactoriamente.-Pensé que te quedarías ahí, según tú hacía menos calor.-murmuré antes de besar su mejilla.

-Sí que hacía menos calor.-murmuró zafándose de mí.-¡Pero no me quería quedar a ver como te la chupaban por los buenos tiempos!-sus amigos se quedaron con los ojos clavados en mí, no sólo ellos sino muchos de los que estaban próximos a nosotros se giraron.-¡Vete con ellos! ¡Vete! ¡A ver si te montas con ellos dos un trío! ¡Seguro que incluso te hace ilusión! ¡Tanto que los quieres!-me dejó asombrado esa reacción, esos celos y esa mirada de fierecilla indomable. Después de ese despliego de capacidad pulmonar echó a correr hacia las escaleras.

Me había rechazado, pero me estaba echando en cara todo. Fui tras él a la misma velocidad, creo que comencé a llorar por la frustración que sentía y lo idiota que había sido. Todos sus comportamientos eran celos, le hacía sentirse mal por ser un zopenco. Cuando llegué a él le giré aun llorando.

-Yo no quiero saber nada de él.-le dije bien claro.-Sólo no le pegué porque su hermana es mi amiga.-mi voz se había quebrado.-Por favor, por favor...-el llanto se hizo más amargo.-Créeme, yo... yo te amo. No sé porqué tienes celos, no sé porqué me tratas así. Si quieres estar conmigo ¿por qué no me aceptas? Ya... yo tengo un límite.-me aparté de él para marcharme. En esos momentos cambiamos las tornas, yo no podía estar más ni un minuto en esa fiesta tras lo que había dicho y hecho.

-¡No seas mentiroso!- gritó desde lo alto de la escalera, antes de que saliera.-¡No puedes sentir todo eso! ¡No me conoces! ¡Ni te has... no me puedes querer! ¡Y yo también tengo mi límite y aquí fue!-gritaba a pleno pulmón sin importarle nada, yo simplemente me salía del lugar escuchando sus gritos desde lo lejos.

1 comentario:

Kimy dijo...

:''''''''''''''''''(((((
llevas dias sin actualizar TT_TT
espero k estes bien y k estes tan ocupado k no tengas tiempo d dedicarte a tus lectores adictos!
^^
mil besos Lestat!