26/6/10

Un buen chico


Un buen chico

Poco después que echara a la chica del apartamento regresó. Según ella tenía que quedarse con Valentino porque así se lo había pedido Olivier, sin embargo intentó estar conmigo como media hora conversando e intentando un coqueteo estúpido. Ella no me interesaba, era atractiva pero Oly era mi tipo y ella no.

Se portó pegajosa conmigo, aunque para mi era lo normal. No es por ego, es que así eran todas. Creo que cuando llegaba la primavera y el verano todos teníamos las hormonas desatadas, pero las mías tenían todas una dirección puesta en su radar y ese era como he dicho Olivier.

No la mandé al cuerno porque era su amiga y tenía que quedarse con el animal. Para ser sinceros se sentía bien entre sus sábanas, su colonia aun estaba impregnada en ellas y dormí como un bebé...aunque desperté como un adulto. Y lo de adulto me refiero a mis obligaciones, yo quería seguir en ellas hasta que regresara.

En el concierto estuve nervioso pero lo llamé como acordado, más bien lo llamé antes, durante y después. Mi padre no hacía más que quejarse que siempre lo molestaba con lo del teléfono. U-ta parecía un adolescente a su lado disfrutando del concierto... Phoenix no quiso venir... faltaban días para la boda y no quería estar presente. Sabía que mi padre había sido infiel con U-ta pero él juró que no más. Sin embargo, ver los ojos de ilusión de aquel pobre diablo era ver como mi padre seguía engañándolos a ambos.

Al termino del concierto me sentí acosado, pero tuve una pequeña conversación con el encargado de una compañía de móviles. Conversamos un par de horas y cuando me di cuenta había firmado contrato fugaz con la compañía. Horas más tarde hicimos un spot publicitario que se emitiría nada más tenerlo retocado por ordenador. Además, si funcionaba haría otra serie de anuncios. Eso era dinero fácil y no las peleas.

Al día siguiente de la grabación del spot regresaba, lo haría con su hermano o eso pensaba. Aireé un poco su casa y puse un ramo de rosas en su cuarto junto a una caja de regalo. Dentro había una camisa de algodón blanca que pensé que sería de su talla y unos jeans algo desgastados que también ojeé en los grandes almacenes. Era lo bueno de tener la llave de su departamento esos días... tenía el armario para mirar tallas y gustos de todas sus prendas.

Después dejé una nota para él, tan sólo "espero que me hayas echado de menos" y me largué a mi apartamento. Llamé a un par de amigos, quería saber cómo seguían los preparativos para la fiesta, pero todo se me salía de presupuesto y lo dejé paralizado por si él volvía a preguntar sobre el tema.

Max vino con un par de cervezas para festejar mi triunfo. Se tiró en el sofá viendo un partido de la Eurocopa mientras empezaba a farfullar que eran unos inútiles, que teníamos una selección de mierda con mucho renombre y poco juego. Yo reía a carcajadas ante sus maldiciones, puesto que jamás iba con la selección del país, me parecía mala a pesar de ser una de las favoritas.

Terminé colocándome frente al saco golpeándolo duro, Max a lo suyo y yo a lo mío. Entonces escuché como sonaba el teléfono móvil. Estaba en la mesilla junto a Max y mi botellín a medio beber.

-¡Max! ¡Coge el móvil!-grité y él se incorporó bajando por completo el volumen del televisor.

-¡Va!-cogió el móvil y contestó.-Casa del mocoso idiota del petardo de Sakurai, al aparato su entrenador y único amigo con cerebro ¿dígame?-

-¡Max! ¡Vete al cuerno!-grité cuando me zafé de los guantes y agarré el móvil. Entonces vi el nombre de la persona que llamaba.-¡Max! ¡Si son llamadas de Oly no contestes así mongolo!-di una patada en el aire y su cerveza se fue al cuerno

-¡Idiota! ¡Mi cerveza! ¡Era la última!

-¡Lo lames del suelo si quieres!-entonces carraspeé y contesté.-Oly por favor, perdónalo, es idiota, no tiene cabeza... la única que usa está en... bueno en otro lugar ¿llegaste?-

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