10/7/10

Un buen chico II

-¡Lo lames del suelo si quieres!-entonces carraspeé y contesté.-Oly por favor, perdónalo, es idiota, no tiene cabeza... la única que usa está en... bueno en otro lugar ¿llegaste?-

-No.-escuché en un susurro.-No importa Hiza.-parecía contenerse de no carcajearse, Max era un idiota y me había puesto en ridículo frente a él.-Estás ocupado ¿verdad? Yo sólo quería avisarte que llegué bien, te dije que te hablaría cuando llegara. Sólo era eso, estoy de una pieza y casi en dirección a casa.-se escuchaba el tráfico, además de agetreo. Sabía que estaba en la puerta de salida del aeropuerto.

-Voy a por ti.-dije poniéndome en marcha.-Le diré al inútil de Max que limpie lo que ha manchado... y ya voy para allá.-a penas había sudado, pero me daría tiempo a una ducha rápida.-¿Puedes esperarme media hora? es lo que voy a tardar. Ve a la cafetería, pídete un té o un zumo y yo estoy allí antes de lo que puedas pensar.-esperaba que me dijera que sí.

-Ohhhhhh Hizaaaaa no me digas que es tu Julietaaaaaaaaa.-canturreaba detrás realizando una danza estúpida como si tirara pétalos de flores.

-¡Max! ¡Si quieres que lo aplastado ahora sean tus pelotas cállate!-grité y él se cayó al sofá riéndo a carcajadas, le tiré un cojín pero ahí seguía sin parar de reír y hacer ruido. Se reía sin parar y yo ya estaba bastante avergonzado que nos tratara de Romeo y Julieta.

-¡Oh Romeo! ¡Romeo! ¡¿Donde estás que no te veooooo?! ¡Lo siento Julietaaaa fui a echar un meoooo!-gritaba entre carcajadas y yo sólo rogaba que no le sentara mal a Oly lo que estaba escuchando.

-¡MAXWELL!-le reñí en el mismo tono de voz que sacaba mi padre y con los ojos de furia helada de mi madre, pero él ni se inmutaba.

Escuchaba como Olivier también se reía, aunque intentaba disimularlo cuando me hablaba.

-No te tienes que molestar Hiza, no es necesario, agarro un taxi y nos vemos ahí en un ratito.-fruncí el ceño y golpeé duro en el estómago a Max, pero este sólo sonrió satisfecho.-Mira si lo hacemos así a ti te dará tiempo de arreglarte y limpiar todo y yo llegaré fresco y tranquilo.

-Perfecto entonces.-dije con una sonrisa algo idiota cuando pensé en verlo en menos de una hora.

-¡Anda mira como sonrie! ¡Ya te tienen puesto el bozal Hiza!

-¡Cállate!-vociferé estámpandole un cojín en toda la cara.-Te espero en quince minutos, pero antes ve a tu apartamento y mira lo que tienes en la cama.-dije y Max comenzó a reirse bajo alzando y bajando las cejas.

-¿Le compraste unos boxer sexys para la noche?-reía de nuevo a carcajada limpia y yo ya me tiré sobre él tapándole la boca.

-No le hagas caso, no es eso... en serio.

-¡Hiza! ¿Qué has hecho?-ya me estaba reclamando cuano no era eso.-No, no..no..habrás hecho eso ¿verdad?- preguntó totalmente avergonzado.

-No, es una sorpresa.-respondí intentando controlar a Max que no paraba de intentar chafarme todo.

-Mientras la sorpresa no halla sido que le has conseguido pareja a mi Vale, esta bien.. mi niño es aún peque para esas cosas.-sonreí al escuchar lo que había dicho, no había caido en buscarle pareja a su perro. No sabía su edad, pero parecía cachorro.-Anda ya cuélgame que sino terminare bajandome del taxi aún pegado al teléfono...

-¡Si anda cuelga!-gritó Max porque sin querer en el forcejeo abrí el manos libre, pero eso no lo supe hasta ver la pantalla.-¡Cuelga o vendra tu zanahoria y tú apestaras a mofeta!-

-¡Max! ¡Vas a morir! ¡Vas a morir cabrón!-pegándonos como crios caimos a al suelo y yo aún agarrado al móvil.-Cariño, tengo que colgar... o sino terminaré sin hermano mayor.-

-¡Oh! ¿Me quieres tanto? ¿Puedo ser padrino en vuestra boda?-preguntó pellizcándome la mejilla.

-¡Mueres! ¡Te juro que mueres!-exclamé sin lograr golpearlo, porque me hizo una llave y caí presa de sus piernas y brazos.

-Hola, al habla de nuevo Max... tu chico lo tengo atado con una llave lateral espero que no te importe.... un gusto volver a platicar contigo. Haré que se duche, afeite y esté limpito como un bebé en la puerta de tu apartamento... chao.-colgó y dejó el móvil a un lado.

Entonces me zafé y comenzamos una guerra que terminó rápido. Una guerra de carreras, cojines, golpes y él sentado sobre mí con una sonrisa de satisfacción indescriptible. Cuando iba hacia la ducha me bajó los pantalones mientras corría y casi me caigo.

-¡Animal!

Al final me duché, me arreglé con la mejor ropa que creí mientras él limpió todo además de bajar a por algo a la tienda cercana.

-¡Tadá! ¡Tatata!-gritó dejando un pequeño cesto de fresas frente a mí.-Llévale esto... seguro que lo agradece y dile que es de mi parte.

-Sí, que sí.-dije bien arreglado, como nunca él me había visto.

-Joder pareces otro.

-Vete al cuerno.-respondí agarrando el pequeño cesto y salí por la puerta, pero antes le avisé.-Te dejo que veas pelis en mi super tv... pero jodelo y te juro...

-Te juro que te lo meto por el orto... lo sé.-comentó asintiendo con los brazos cruzados.

Tras ello llamé a su puerta, habían pasado algo más de veinte minutos y ya no podía más, quería verle de una maldita vez. No abría, me estaba impacientando de más. Escuchaba música bastante alta y recordé que aún tenía las llaves. Fue inteligente por mi parte no dejarlas dentro, así que abrí la puerta y entré lavando las fresas para trocearlas.

Cuando lo hice las eché en un plato decorándolas con almíbar que había en la despensa y las dejé como pequeña brocheta fresca en la nevera. Después me senté en la encimera, tras recoger todo, esperando que saliera.

Y salió. Salió sin camiseta y con el cabello envuelto en una toalla, tan sólo llevaba los jeans. Se llevó una mano al pequeño boqueando aire, se había llevado un buen susto.

-¡Hiza!-gritó-¡Me matas del susto! ¿Cómo entr....?-balbuceó llevándose una mano a la cabeza.-Ah, sí tienes llaves... es cierto.-soltó aire y me miró con ganas de golpearme.-¡Dios! Hiza cuando entres haz ruido o algo ¿qué tal si salgo en toalla o algo?

-¿Si entras en toalla así húmedo como estás?-pregunté con una media sonrisa.-Pues no sé ¿qué tal si quitarla?-bajé de la encimera.-Hice ruido, llamé al timbre y no contestabas. Además mira que te he preparado.-saqué de la nevera las fresas y la puse frente a él.-Las compró Max para ti, yo las preparé aquí ahora.-no dejaba de mirar la cintura que le hacían esos malditos pantalones.-A ver.-dije girándolo.-Justo como pensé... que buen culo te hacen.

Nada más escuchar aquel piropo se giró sonrojado aún con más ganas de golpearme por descarado.

-¡Hiza! ¡¿Cómo dices esas cosas?!-fue hacia la nevera para sacar la jarra de auga y servirse un baso-¡Es de mal gusto!

-Oye que de mal gusto nada.-dije mirándole fijamente.-¿O te crees que no sé como miras tú el mío?-tomé una de las brochetas señalándolo.-Además, no soy el único que piensa que estás bastante bien.-mordisqueé una de los trozos y eché a reír.

-¡Hizaki Sakurai De le Rosa!-me amonestó como lo haría mi madre, eso casi me hace atragantarme.-¡Deja de decir esas cosas!-exclamó frunciendo el ceño.-Y yo no veo el tuyo.-dijo intentando ser serio y que le creyera.-Bueno ¡Y el de nadie! ¡Qué clase de hombre crees que soy!-dejó el vaso en el fregadero para pasar junto a mí.-Tengo que acabar de vestirme. No se puede hablar contigo cuando te pones así.

-Oye, pero yo al menos halago... tú ni me has dicho que me veo bien con esta ropa.-dije mirándolo fijamente.-¿No me queda bien?-pregunté girándome. Era un pantalón de tela algo veraniego pero bastante serio, nada de caídos o anchos y una camisa negra lisa sin ningún dibujo. Además me había puesto una de las lociones que me había regalado.-Ni siquiera has dicho si huelo bien.

Se acercó entonces a mí observándome mientras me acomodaba las arrugas imaginarias de mi camisa, no paraba de acomodar mi camisa y yo simplemente sonreí.-Te ves muy bien, te ves más... más grande.-dijo con una sonrisa aún mayor.-Se abrazó a mí para poder oler mejor la loción en mi cuello.-¿A que tengo buen tino con las lociones? Dime ¿Cómo te ha ido con la ropa en el concierto?

Puse mis manos en sus caderas y busqué sus labios para únicamente rozarlos.

-Me fue bien.-susurré.-Me tomó bastantes fotos mi padre, además tenemos video gracias a U-ta y Toll... además de otros tantos. Tenemos video de varias zonas del escenario.-dije agarrándolo de su diminuto trasero, bien pegado a mí.-Ya lo verás... al igual que los dos anuncios que he hecho en tu ausencia.

Echó sus brazos a mi cuello pegándose bien a mí, seguía oliendo la loción que él mismo me había regalado.-Hizaki tienes las manos muy largas.-dijo riendo bajo.-¿Te acuerdas que dejamos pendiente algo?-sonrió mirándome a los ojos. Delineó mis labios con la punta de su índice.-Estuve esperando días para hacerlo.

-Pero mis manos te gustan y bien que lo sé yo.-dije antes de atrapar sus labios besándolo lentamente para luego subir de intensidad. Tenerlo de esa forma después de días lo necesitaba. Al apartarme lo miré con una leve sonrisa.-Pero el beso va con iba.-murmuré colando mi rostro tras su cuello, para comenzar a mordisquearlo

-¿Intereses moratorios?-rió cuando sintió mis labios en su cuello, pero rápidamente tomó mi rostro para continuar besándome.

Lo pegaba más a mí, rozando sus caderas sobre el borde de mi bragueta, no estaba excitado pero si seguíamos así lo estaría. Besaba sus labios y él se dedicaba a iniciar besos que me incitaban a buscar algo más. Una de mis manos acariciaba su espalda y sus cabellos aún húmedos.

-Te eché de menos.-susurré parando el beso para seguirlo.

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