22/7/10

Un buen chico III


-No importa, cualquier lugar es bueno si te tengo así.-susurré buscando sus labios, estrechándolo entre mis brazos, pegándolo bien a mí.-Pero sé la ilusión que te haría ir allí.-dije mirándolo fijamente a los ojos.-Ve a ponerte la camisa que te compré y a cepillar tu pelo... yo estaré aquí esperándote.

-¿Seguro?-dijo antes de recargarse sobre mi hombro. Tenerlo así tan frágil era una sensación intensa, me gustaba demasiado.-Vamos pues.-soltó un suspiro y se levantó de mis piernas.-No tardo.

Se metió en su habitación para encender la secadora, supongo que quería peinarse bien el cabello. Yo sabía que estaría casi media hora ahí encerrado y sólo por su pelo. Encendí la televisión que tenía incorporada en mi móvil, primero miré algunas noticias de música y luego fui a los canales más comunes. Ahí fue cuando salió mi spot, bueno empezó la musiquilla y yo salí corriendo para que él lo viera. Lo planté frente a su cara con sonrisa infantil esperando ver su reacción.

-Mira... mira.-dije en un tono casi infantil.-¿A que salgo bien?

Apagó la secadora para escucharlo y analizarlo, sonrió aunque noté como ligeramente fulminaba a mis compañeras del video.

-Sales muy bien.-dijo como si nada, y yo esperaba algo más.-Aparte te será de mucha ayuda en tu carrera.-tomó un cepillo para desenredar sus cabellos.-Será de gran promoción... ahora no podrás salir a la calle... te tendrás que quedar aquí refugiado en mi atellier.-aquellas palabras y esa sonrisa si era algo que quería oír y ver.

-¿Es una proposición indecente Oly?-dije rodándole por la cintura, pegando su espalda a mi pecho.-¿Has hecho una proposición indecente?-besé su cuello.-Si es así, me puedes atar a la cama si quieres... pero no voy a salir créeme... vas a tener que llamar a esas gatas, como las llamas, para que me arranquen de tu cama.

-Fue una proposición para que te quedes en mi casa, no en mi cama-me sonrió através del espejo, yo simplemente lo contemplaba algo ido. Siguió cepillándose el cabello y yo estaba comenzando a desear revolvérselo.-Y esas gatas no entrarán a mi casa ni de broma, las únicas mujeres son mis modelos y ellas se saben comportar.-hizo su cabello hacia un lado acomodándolo sobre un hombro.-Créeme que mi cama tiene un alto estándar para quedarse ahí.

-Uy esquisto el nene.-dije agarrándole bien de una nalga.-Pues yo me he quedado en ella, así que... también entran mocosos como yo.-susurré besando su cuelo.-¿No? y perros malcriados... aunque yo también me malcriaré si me haces proposiciones como esa.

-¿Dudas que tengo un gusto exquisito?-se giró hacia mí rodeándome con sus brazos para besarme. -Todo lo que me gusta... es de marca, de gran calidad...-murmuraba mientras seguía besándome.-Y creo que la marca Sakurai es de gran renombre.-susurró pegado a mis labios.

-Sí, sobretodo en Japón.-susurré acariciando su cintura con una sonrisa en los labios.-No dudo de tu buen gusto, más bien es interesante.-lo agarré bien del trasero y lo besé de forma profunda, para apartarme tomando la camisa.-Póntela o terminaré secuestrándote en tu propia cama.

Sonrió dejándome la camisa en la mano, como si no quisiera ponérsela y hacerme enloquecer un poco más.

-Tengo que terminar de arreglarme.-comentó sentándose frente al tocador. Prendió la plancha para alizarse más el cabello, para dejarlo aún más liso de como lo tenía. A mí me gustaba de cualquier forma, así que no entendía ese ritual de acicalamiento. Mientras se calentaba se puso la crema en el rostro, un poco de rimel y demás potingues, y todo eso lo hacía sin dejar de sonreírme.

-Y dice mi madre que yo me pongo potingues.-dije con media sonrisa.-Pero sólo uso crema para las ojeras y es casera... no sabes lo bien que viene internet y las recetas de la abuela.-comenté pegándome de nuevo a él, acariciándole el estómago.-Estás muy flaco... oye ya hablé con todos mis amigos.-cambié de rumbo la conversación.-Podrán venir encantados a la pequeña fiesta... pero ya sabes que tenemos en un par de días ¿Verdad?

-¿Uhm?...-parecía un gato zalamero cuando le tomé por detrás, su expresión fue esa. Sonrió siguiendo con lo suyo.-¿Fiesta? ¿Cuál fiesta?-preguntó girándose para mirarme.-¿Ya me habías dicho?

-El jetlag te deja en las nubes... pues el del apartamento.-comenté.-Pero lo otro ya te dije, la boda... Oly... la boda.-besé su sien y luego la comisura de sus labios cuando le giré un poco el rostro.-Boda... de mi padre ¿ahora?

-Sí, ya.-dijo al final terminando de arreglarse para colocarse la camisa.-¿Cuándo será eso? Tengo que encontrar un regalo, como no lo recordé antes... podría haber traído regalo.-se giró y me miró nuevamente tras abotonarse la camisa.-Listo, ¿que tal me veo? Sólo deja que encuentre una, una bufanda que combine.-más que bufanda era pañuelo largo de color rojo oscuro.

-No hace falta que les compres nada, conociendo como es su relación terminaran lanzandoselas a la cabeza... para luego abrazarse y decirse que se quieren.-me quedé clavado observándolo.-No hace falta ningún complemento Oly... así estas demasiado bien.-la ropa le quedaba perfecta.-hurgar en la ropa para ver tu talla... vino bien.

Se sacó el pañuelo mirándome entre sorprendido y con ganas de diversión.

-¿Espiaste en mis cajones?-me pasó el pañuelo por detrás del cuello sonriéndome con esa coquetería que se cargaba. Lo hizo mientras me pegaba a él, jalando bien de la tela.-Hizaki Sakurai, niño malo ¿qué no te han dicho que es de mala educación hurgar en las cosas de los demás?

Se aceró un poco más para besarme. Yo puse mis manos sobre su cintura acariciándolo leve. Se separó quitándome el premio por esa intromisión. Acomodó la prenda a su cuello y quedó parado frente a mí.

-Sí soy malo...-mascullé clavando mis ojos en él.
-¿Vamos?-caminó hacia fuera de la habitación.

-Sí, soy malo... pero así supe tu talla.-murmuré tomándolo de la mano para salir de la habitación hasta el salón y de ahí a la puerta de salida frente al ascensor.-Te gustará, es el mejor local de la ciudad.

-Ok, está bien.-dijo subiéndose al elevador.-¿Dónde será la boda de tu padre?-preguntó mordisqueándose el pulgar.-Quizás podrías regalarles una ida al spa, que sé que dijiste que no debía regalarles nada pero es mejor llegar con algo ¿no?-seguía dándole vueltas a eso, cuando no tenía porqué ponerse a pensar.

-Será en el jardín de la casa, es estilo nipón... todo ello es estilo nipón.-dije mientras abría el coche.-Allí te presentaré a Jasmine, seguro que termináis hablando de moda.-comenté con media sonrisa.-Es el novio de Kamijo ¿recuerdas?.. y sobre el spa estará bastante bien, yo les di ya el regalo... fue una docena de botellas de vino barolo.

-Sí, seguro.-estaba ido completamente, casi ni se dio cuenta que habíamos llegado a la planta baja y llegado hasta el vehículo.

-Diez euros que estás pensando en la ropa que te vas a poner.-dije con la puerta abierta esperando que subiera. Besé su mejilla y fui hasta mi lado del conductor.-Vamos, Oly... sube.

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