21/8/10

Un buen chico XI


Tan desesperado estaba que me sentía como spiderman trepando por las paredes por la desesperación, más bien por la necesidad que no podía suplir de ninguna forma. Ya sabía que estaba ahí la solución de usar a mis cinco amigos y mientras pensar en él, pero no era romántico y sabía que si supiera que en ocasiones lo hacía me lo reciminaría, lo haría de una forma parecida a sus berrinches.

Se acercó más a mí con cuidado, tal vez para no clavarse la palanca de cambios ni el freno de manos, su mano se fue deslizando hacia abajo hasta dar contra mi cadera y luego el cierre de mi pantalón.

El estacionamiento estaba oscuro, las leves luces de los luminosos no eran nada para el lugar donde habíamos aparcado. Aunque no podía ver parecía diestro al bajar la cremallera y los botones de la bragueta. Metió la mano y yo jadeé por inercia, había imaginado ese momento en mi perversa mente durante semanas. Sin embargo, no era lo mismo pensar que sentir.

-Entonces habrá que ayudarte.-susurró.-No queremos ninguna demanda, ni sociedad civil tras mis huesos.

-No, no quiero que te pase nada malo por dejarme así.-susurré próximo a sus labios para volverlo a besar.

-Entonces habrá que ponerse manos a la obra.-dijo aquello con una flamante sonrisa, pero se echó hacia atrás.-Tú sólo relájate y déjame hacer a mí.-susuerré sacando mi miembro del pantalón para empezar a masturbarme de manera lenta y firme.-¿Qué clase de amigo sería si te dejaría así?

Eché la cabeza hacia atrás mientras pegaba las manos al volante, lo retorcía leve. Mis labios se entreabrieron y volví a mirar mi entrepierna. Sí, su mano estaba ahí excitándome más de lo que ya estaba.

-Oly, no me tortures demasiado con ese ritmo.-susurré y lo miré a los ojos esperando que fuera algo más rápido, necesitaba sentir su mano acariciándolo por completo.

-¿Así pues?-aumentó el ritmo pero bajó la presión sobre mi miembro, jugaba rozando la humedad del inicio para deslizar su mano más facilmente.-¿Sigo torturando a mi lindo corderito?-dijo casi riendo bajo, era demasiado excitante y cruel a la vez...-No me digas que nunca habías hecho esto.

-En el coche no.-susurré apretando más el volante, estaba excitándome cada vez más y eso tomó forma. Gemí echando la cabeza hacia atrás, desabotoné un poco mi camisa porque me entró calor. Hacía mucho calor y más con esas caricias.-Oly.-busqué de nuevo sus labios, lo besé algo desesperado, pegando aún más mis manos al volante. No quería que pensara que le iba a pedir algo más, sabía que no estaba preparado.

Me sonrió de forma perversa cuando se separó de mí, no quería besos y yo los estaba necesitando porque no me apetecía sólo sentir.

-Hiza sin besos, seguimos casi en público y quedamos que sin besos. Los amigos no se besan.-se hizo hacia atrás apretándome un poco más para ir con rapidez.-Así que te quedas quietecito y me dejas encargarme de esto ¿ok?

Asentí aunque me estaba estresando eso de no tener todo al completo. Tan sólo cerraba los ojos e imaginaba que teníamos mayor intimidad, además de más que trabajo manual. Gemí de nuevo notando bien sus dedos correr por toda la extensión.

-Joder...

-¿Así está mejor?-preguntó acariciándome a ese ritmo que me enloquecía.-¿Me dirás que ese puberto, con esas manillas tan torpes, podía hacer este trabajo? para esto se necesitan manos artesanales, acostumbradas a trabajar con las sensaciones que provocan.-dijo casi ronroneando en mi cuello.

Yue era virgen y a penas lo hicimos un par de veces. Él no tenía experiencia y tan sólo se entregó a mí porque le hice creer ciertas cosas. Su sexo era bueno, era como hacerle descubrir un mundo al completo. Era torpe y siempre se sonrojaba por cualquier pequeña acción que hiciera. Se pasaba el día

-No, él no sabe.-susurré me correría en breve, pero intentaba alargarlo lo máximo que pudiera.-Además nunca lo quise.

-Nadie te lo prodá hacer mejor.-susurró en mi oído antes de mordisquear mi lóbulo, mientras su mano aumentaba la velocidad y el agarre. Me lo hacía más fuerte para que me viniera, parecía percatarse que estaba a nada de terminar.

Oly.-jadeé antes de gemir en un gruñido bajo. Me vine quedándome satisfecho. Me había corrido en su mano, mi aliento estaba agitado y sudoroso. Momentos antes de venirme me lo imaginé completamente desnudo, entre mis brazos, y regalándole el mejor sexo que sabía dar.-Oly, te amo...-dije buscando sus labios, besándolo y sintiéndome relajado.

-Hey, hey, ¡Atrás!-dijo apartándose buscando mi paquete de clinex. Siempre llevaba un paquete para cualquier circunstancia que pudiera ocurrir, jamás pensé que le vendrían bien porque lo hiciéramos de esa forma.-Sin besos y sin te amos ¿lo recuerdas?-dijo terminándose de limpiar, para bajar la ventanilla de su lado ya que estaban empañadas. Después se acomodó la ropa mientras yo intentaba hacer lo mismo.-¿Ahora si? me llevas a casa? ¿O estás demasiado colapsado y pido un taxi?

No hay comentarios: