Se dirigió hacia el mostrador nada más entrar, mientras pedía no paraba de mover las caderas al ritmo de la música anterior. Estaba con los codos recargados en el mostrador y yo simplemente me repetía “autocontrol”. Madre de dios que imagen que me estaba dando, y dando a todo aquel que le miraba, y me pegué a él mirando a todos, no quería que nadie pensara que venía solo porque los mordía enrabietado.
-Esos que viste era mi tío Uta, mi padre era el del móvil y luego eran dos de los holgazanes que tiene por amigos.-lo observaba y Junior comenzó a volver en sí, a despertar. Me pegué bien al mostrador intentando no pensar en sus caderas, menudo movimiento ¿en la cama como sería? peor, era peor no pensar porque me venía más y más a la mente.
-Hola Hizaki, tu padre estuvo aquí hace un rato ¿qué vas a tomar?-interrogó.
-Yo creo que un batido de fresa.-comenté y ella asintió.
-¿Y tu nuevo novio?-preguntó mirando a Olivier con una leve sonrisa.
-Sobre tu tío fue muy caballeroso, lo conocí en el hotel hace unos días. En cuanto a mi pedido.-miró a la chica por encima de las lentes con el ceño algo fruncido.-Quiero un té chai frappe, sin azúcar, con crema deslactosada y canela orgánica. Si se puede también…-comentó alejándose un poco de la barra.-una dependiente menos entrometida.-después de dejarnos con la cara de idiota, de incredulidad más bien, se marchó hacia la mesa más alejada de la barra.
-Menudo chico te buscas.-dijo ella bastante seria observándolo como jugaba con su pañuelo y mandaba un sms.
-No es mi chico, es un amigo mío.-comenté sin saber si irme con él.
-Ah bueno, entonces te puedo echar los tiestos.-murmuró con un guiño.
Comenzamos a reír y me acarició los cabellos para luego ir a por todo el pedido. A veces me trataba como a un niño pequeño, a pesar de no ser tan pequeño y ella no ser totalmente una adulta.
-Claro, cuando gustes sigues echándomelos.-le guiñé un ojo, al igual que hizo ella, en tono de juego, jugábamos a eso y nada más. Era una mujer de unos treinta años aunque se veía más joven.
-¿Qué vas a tomar?-preguntó girada mientras hacía el té de Olivier.
-Un cacao frío.-respondí.-Si puede ser con un poco de nata por encima.-rió cuando dije aquello.
-Eres un encanto y se nota que a tu amigo le gustas.-susurró bien pegada a mi oído.-Mucho, mira como refunfuña…-rió bajo dejándome el cacao bien batido con la nata.
-No le gusto, eso dice mi hermana pero es imposible.-respondí recargándome en la barra.
-Anda toma, tu pedido.-dejó todo en una bandejita para que la llevara a la mesa.
-¡Dale recuerdos a tu novia!-dije cuando me retiraba de ella y me senté en la mesa.
Él parecía intranquilo, jugueteaba aún con el maldito pañuelo y con el móvil. Le dejé el té delante de él, yo puse mi cacao frente a mí y sonreí.
-No deberías ser así con mis amigas, harás que no te presente a ninguna.-murmuré.-Decías que Uta es caballeroso... vaya, mi tío Uta suele ser hiperactivo sobretodo cuando come azúcar de más.-reí bajo.-El otro día llevé bombones al estudio, comió media caja y estaba de un lado para otro con el maldito ruido de su aparato de ensayo.-di un sorbo al batido y me marché los labios, pasé la lengua y después vi entrar a mi padre con la camisa abierta.
-¡Elena! ¡Encanto! ¡Por favor lleva al estudio número cuatro cinco cafés!-
-Elena es la chica que casi muerdes, es amiga de mi padre y de todos los que estamos aquí y su novia es la otra chica que atiende... pero no estaba hoy aquí.-decía mientras miraba a mi padre salir de nuevo hacia la puerta.
-No me importa quien sea, no me gusta que se entrometan con mi vida.-murmuró haciendo un puchero.-Y no la mordí ni nada...sólo no me gustan esos comentarios, son completamente inapropiados.
-Supongo que lo pensó por como te miro.-comenté bebiendo un poco más de batido.-Nada, olvida lo que dije.-entonces entraron varias bailarinas y se sentaron en la barra, todas me saludaron y yo las saludé a ellas.-Son parte de las chicas que bailan conmigo, trabajan para varios videoclips que se están haciendo aquí.-sonreí abiertamente intentando hacerle olvidar mi comentario.
-¡Jane!!Richie!-gritó a unas de mis bailarinas, delgadas y atléticas junto las mujeres que yo había pedido. Para bailar eran perfectas, además tenían baile clásico como base y no sólo moderno.-¡No sabía que estaban por aquí! que gusto, las he extrañado niñas, mira que cambiarme por el baile.-dijo en un falso reclamo, muy gay sonaba a veces pero era indudable de que patrón era.
-No te cambiamos.-dijo una.-Tan sólo trabajamos también en esto, para eso somos bailarinas profesionales.-me miraron a mí.-Hizaki, encanto, ¿hoy te tocaba ensayar? pensé que lo haríamos sin ti.
-No, no me toca.-respondí.-Pero si queréis podemos bailar todos en el estudio nuestro y que vea Oly como os movéis sin estar en pasarela.
-Esos que viste era mi tío Uta, mi padre era el del móvil y luego eran dos de los holgazanes que tiene por amigos.-lo observaba y Junior comenzó a volver en sí, a despertar. Me pegué bien al mostrador intentando no pensar en sus caderas, menudo movimiento ¿en la cama como sería? peor, era peor no pensar porque me venía más y más a la mente.
-Hola Hizaki, tu padre estuvo aquí hace un rato ¿qué vas a tomar?-interrogó.
-Yo creo que un batido de fresa.-comenté y ella asintió.
-¿Y tu nuevo novio?-preguntó mirando a Olivier con una leve sonrisa.
-Sobre tu tío fue muy caballeroso, lo conocí en el hotel hace unos días. En cuanto a mi pedido.-miró a la chica por encima de las lentes con el ceño algo fruncido.-Quiero un té chai frappe, sin azúcar, con crema deslactosada y canela orgánica. Si se puede también…-comentó alejándose un poco de la barra.-una dependiente menos entrometida.-después de dejarnos con la cara de idiota, de incredulidad más bien, se marchó hacia la mesa más alejada de la barra.
-Menudo chico te buscas.-dijo ella bastante seria observándolo como jugaba con su pañuelo y mandaba un sms.
-No es mi chico, es un amigo mío.-comenté sin saber si irme con él.
-Ah bueno, entonces te puedo echar los tiestos.-murmuró con un guiño.
Comenzamos a reír y me acarició los cabellos para luego ir a por todo el pedido. A veces me trataba como a un niño pequeño, a pesar de no ser tan pequeño y ella no ser totalmente una adulta.
-Claro, cuando gustes sigues echándomelos.-le guiñé un ojo, al igual que hizo ella, en tono de juego, jugábamos a eso y nada más. Era una mujer de unos treinta años aunque se veía más joven.
-¿Qué vas a tomar?-preguntó girada mientras hacía el té de Olivier.
-Un cacao frío.-respondí.-Si puede ser con un poco de nata por encima.-rió cuando dije aquello.
-Eres un encanto y se nota que a tu amigo le gustas.-susurró bien pegada a mi oído.-Mucho, mira como refunfuña…-rió bajo dejándome el cacao bien batido con la nata.
-No le gusto, eso dice mi hermana pero es imposible.-respondí recargándome en la barra.
-Anda toma, tu pedido.-dejó todo en una bandejita para que la llevara a la mesa.
-¡Dale recuerdos a tu novia!-dije cuando me retiraba de ella y me senté en la mesa.
Él parecía intranquilo, jugueteaba aún con el maldito pañuelo y con el móvil. Le dejé el té delante de él, yo puse mi cacao frente a mí y sonreí.
-No deberías ser así con mis amigas, harás que no te presente a ninguna.-murmuré.-Decías que Uta es caballeroso... vaya, mi tío Uta suele ser hiperactivo sobretodo cuando come azúcar de más.-reí bajo.-El otro día llevé bombones al estudio, comió media caja y estaba de un lado para otro con el maldito ruido de su aparato de ensayo.-di un sorbo al batido y me marché los labios, pasé la lengua y después vi entrar a mi padre con la camisa abierta.
-¡Elena! ¡Encanto! ¡Por favor lleva al estudio número cuatro cinco cafés!-
-Elena es la chica que casi muerdes, es amiga de mi padre y de todos los que estamos aquí y su novia es la otra chica que atiende... pero no estaba hoy aquí.-decía mientras miraba a mi padre salir de nuevo hacia la puerta.
-No me importa quien sea, no me gusta que se entrometan con mi vida.-murmuró haciendo un puchero.-Y no la mordí ni nada...sólo no me gustan esos comentarios, son completamente inapropiados.
-Supongo que lo pensó por como te miro.-comenté bebiendo un poco más de batido.-Nada, olvida lo que dije.-entonces entraron varias bailarinas y se sentaron en la barra, todas me saludaron y yo las saludé a ellas.-Son parte de las chicas que bailan conmigo, trabajan para varios videoclips que se están haciendo aquí.-sonreí abiertamente intentando hacerle olvidar mi comentario.
-¡Jane!!Richie!-gritó a unas de mis bailarinas, delgadas y atléticas junto las mujeres que yo había pedido. Para bailar eran perfectas, además tenían baile clásico como base y no sólo moderno.-¡No sabía que estaban por aquí! que gusto, las he extrañado niñas, mira que cambiarme por el baile.-dijo en un falso reclamo, muy gay sonaba a veces pero era indudable de que patrón era.
-No te cambiamos.-dijo una.-Tan sólo trabajamos también en esto, para eso somos bailarinas profesionales.-me miraron a mí.-Hizaki, encanto, ¿hoy te tocaba ensayar? pensé que lo haríamos sin ti.
-No, no me toca.-respondí.-Pero si queréis podemos bailar todos en el estudio nuestro y que vea Oly como os movéis sin estar en pasarela.
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