-No te cambiamos.-dijo una.-Tan sólo trabajamos también en esto, para eso somos bailarinas profesionales.-me miraron a mí.-Hizaki, encanto, ¿hoy te tocaba ensayar? pensé que lo haríamos sin ti.
-No, no me toca.-respondí.-Pero si queréis podemos bailar todos en el estudio nuestro y que vea Oly como os movéis sin estar en pasarela.
-Hizaki.... la hora.-dijo mirando el reloj de su celular.-habíamos quedado que una hora.-sus ojos se clavaron en mi con un leve ruego.-Tengo miles de cosas pendientes.-parecía un cachorrillo perdido, la misma cara que ponía Valentino cuando se le regañaba.
-Queda media hora, podemos ir. Agarra tu té chai y nos vamos.-las chicas aplaudieron la idea y yo sonreí observándolas.-Seguro que nos queda bien el video, tanto esfuerzo por nuestra parte y por la de Oly.-dije dejando mi mano sobre su cabeza como si fuera un animalillo.-Él diseñará mi ropa.-todas lo observaron y sonrieron, además de vitorearme por la idea. Estaban emocionadas porque algunas habían trabajado con Olivier, tenían cariño hacia él y se notaba que ese aprecio se desbordaba cuando hablaba de que colaboraría con el video.-Anda vamos.-tomé su vaso y me giré hacia Elena-¡Después la traigo!-
-¡Sin problemas Hiza! ¡Dile a tu padre cuando salgas que traiga los vasos de café!-.
Tras su consentimiento agarré a Oly de una de sus muñecas y ellas franqueaban cualquier posibilidad de huir. Nos encaminamos hacia el enorme estudio de grabación, donde nos esperaban también mis bailarines.
-Buenas, vengo con mi modisto para que vea nuestro baile.-sabía que rechinarían sus dientes al decir eso, pero era lo que quería. Me gustaba sacarlo de las casillas.
-Diseñador.-murmuró en un bufido.- diseñador...-dijo con los ojos entrecerrados, muy achinados, y cargados de odio.-No me gusta ser arrastrado.-me miraba a los ojos, pero tenía que alzar la cabeza, así sólo se veía más vulnerable.-No vuelvas a hacerme eso...cuando digo algo, me gusta ser tomado en cuenta.-siseó caminando hacia una silla, para tomar asiento. Parecía un niño molesto porque no tenía el regalo que deseaba.
-Ya sabéis, poned mi cd hoy paso de cantar yo.-todos rieron, pues aunque siempre decía eso yo terminaba cantando mientras me movía.
-La otra vez te quedó bien.-dijo uno de los chicos algo afeminado.-A mí me gustó.-me comía con los ojos me dio una leve palmada en el culo.
-Claro que quedó bien.-dije totalmente egocéntrico.-Traed el maldito micro.-una de las chicas me lo puso y comenzó el espectáculo. Era la misma que canté en su ducha, la que siempre cantaba cuando podía. Quería que quedara perfecta.
Cada giro, cada mirada y sobretodo cada pisada, estaba mil veces ensayada. Ellos se movían siguiéndome prácticamente. Mi voz sonaba doble, porque era la del cd y la del micro. Ensayábamos allí, en el estudio, porque era la zona donde tendríamos que grabar el video días más tarde.
Sin embargo, cuando me giré hacia él para observarlo se levantaba prácticamente indignado. Salió del estudio y yo lo seguí quitándome el micro como pude. Corría hacia la puerta tras él y me metí en la zona de los lavabos. Ahí estaba él en uno de los recintos y al girar la puerta me di cuenta que estaba bien cerrada.
Primeramente pensé que se había molestado por haberlo arrastrado hasta el local, después que podía estar enfermo. Cuando pensé lo segundo me eché a temblar, porque no me había fijado que podía estarlo y no había sabido cuidarlo.
-Oly.-dije llamándole.-Oly ¿estás enfermo? ¿Te sentó mal el maldito té? Dime que estás bien por favor.-dije golpeando de nuevo la puerta, si no me abría la tiraba.
-Estoy bien.-murmuró desde dentro.-Me dio.-yo pegaba mis manos a la puerta esperando que abriera.-Se bajó el azúcar supongo.-por mucho que dijera yo estaba preocupado.-¿Ves?-dijo con una sonrisa.-Estoy bien, pero ya es la hora. Si quieres quedarte a ensayar, por mi encantado, puedo tomar un taxi ya que no estamos muy lejos.
Lo abracé respirando calmado, pensé que se había puesto enfermo y no había sabido cuidado.
-Me has dado un susto de muerte.-susurré apartándolo para acariciarle el rostro.-Te llevo a casa, pero prométeme que irás al médico para ver qué tienes.-estaba pegado a él, pero esta vez no buscaba contacto, simplemente estaba preocupado.
-Estoy bien.-musitó recargándose sobre mí, entrelazando sus brazos alrededor de mi cuello.-Sólo que no como mucho sabes.-eso no era un secreto, evidentemente siempre me preguntaba si con lo poco que comía vivía.-y me cayó pesado ese té.-ese tono de voz que ponía con esa mirada, más que verse desvalido hacía que quisiera besarlo hasta ahogarme en sus labios.-Me siento un poco mareado.-masculló mirándome de forma dulce.-Claro, si no te resulto pesado.
-No, para nada. Ya sabes que eres mi princesa de la Zanahoria.-susurré tomándolo en brazos y besé su frente.-Debes comer más, si enflacas tanto te verás muy delgado y frágil...tendré miedo de abrazarte y de hacerte daño.-como si eso ocurriera fácilmente, pero tenía esperanzas que al menos me dejara hacerlo. Salí con él en brazos y todos se quedaron mirando.-Nos marchamos, mañana os veo a todos.-un silencio enorme se hizo en la sala...pero escuché de modo bajo "desgraciado" que no supe distinguir quien fue.
-Gracias.-dijo algo sonrojado, supuse que le avergonzaba que le vieran de esa forma.
-No, no me toca.-respondí.-Pero si queréis podemos bailar todos en el estudio nuestro y que vea Oly como os movéis sin estar en pasarela.
-Hizaki.... la hora.-dijo mirando el reloj de su celular.-habíamos quedado que una hora.-sus ojos se clavaron en mi con un leve ruego.-Tengo miles de cosas pendientes.-parecía un cachorrillo perdido, la misma cara que ponía Valentino cuando se le regañaba.
-Queda media hora, podemos ir. Agarra tu té chai y nos vamos.-las chicas aplaudieron la idea y yo sonreí observándolas.-Seguro que nos queda bien el video, tanto esfuerzo por nuestra parte y por la de Oly.-dije dejando mi mano sobre su cabeza como si fuera un animalillo.-Él diseñará mi ropa.-todas lo observaron y sonrieron, además de vitorearme por la idea. Estaban emocionadas porque algunas habían trabajado con Olivier, tenían cariño hacia él y se notaba que ese aprecio se desbordaba cuando hablaba de que colaboraría con el video.-Anda vamos.-tomé su vaso y me giré hacia Elena-¡Después la traigo!-
-¡Sin problemas Hiza! ¡Dile a tu padre cuando salgas que traiga los vasos de café!-.
Tras su consentimiento agarré a Oly de una de sus muñecas y ellas franqueaban cualquier posibilidad de huir. Nos encaminamos hacia el enorme estudio de grabación, donde nos esperaban también mis bailarines.
-Buenas, vengo con mi modisto para que vea nuestro baile.-sabía que rechinarían sus dientes al decir eso, pero era lo que quería. Me gustaba sacarlo de las casillas.
-Diseñador.-murmuró en un bufido.- diseñador...-dijo con los ojos entrecerrados, muy achinados, y cargados de odio.-No me gusta ser arrastrado.-me miraba a los ojos, pero tenía que alzar la cabeza, así sólo se veía más vulnerable.-No vuelvas a hacerme eso...cuando digo algo, me gusta ser tomado en cuenta.-siseó caminando hacia una silla, para tomar asiento. Parecía un niño molesto porque no tenía el regalo que deseaba.
-Ya sabéis, poned mi cd hoy paso de cantar yo.-todos rieron, pues aunque siempre decía eso yo terminaba cantando mientras me movía.
-La otra vez te quedó bien.-dijo uno de los chicos algo afeminado.-A mí me gustó.-me comía con los ojos me dio una leve palmada en el culo.
-Claro que quedó bien.-dije totalmente egocéntrico.-Traed el maldito micro.-una de las chicas me lo puso y comenzó el espectáculo. Era la misma que canté en su ducha, la que siempre cantaba cuando podía. Quería que quedara perfecta.
Cada giro, cada mirada y sobretodo cada pisada, estaba mil veces ensayada. Ellos se movían siguiéndome prácticamente. Mi voz sonaba doble, porque era la del cd y la del micro. Ensayábamos allí, en el estudio, porque era la zona donde tendríamos que grabar el video días más tarde.
Sin embargo, cuando me giré hacia él para observarlo se levantaba prácticamente indignado. Salió del estudio y yo lo seguí quitándome el micro como pude. Corría hacia la puerta tras él y me metí en la zona de los lavabos. Ahí estaba él en uno de los recintos y al girar la puerta me di cuenta que estaba bien cerrada.
Primeramente pensé que se había molestado por haberlo arrastrado hasta el local, después que podía estar enfermo. Cuando pensé lo segundo me eché a temblar, porque no me había fijado que podía estarlo y no había sabido cuidarlo.
-Oly.-dije llamándole.-Oly ¿estás enfermo? ¿Te sentó mal el maldito té? Dime que estás bien por favor.-dije golpeando de nuevo la puerta, si no me abría la tiraba.
-Estoy bien.-murmuró desde dentro.-Me dio.-yo pegaba mis manos a la puerta esperando que abriera.-Se bajó el azúcar supongo.-por mucho que dijera yo estaba preocupado.-¿Ves?-dijo con una sonrisa.-Estoy bien, pero ya es la hora. Si quieres quedarte a ensayar, por mi encantado, puedo tomar un taxi ya que no estamos muy lejos.
Lo abracé respirando calmado, pensé que se había puesto enfermo y no había sabido cuidado.
-Me has dado un susto de muerte.-susurré apartándolo para acariciarle el rostro.-Te llevo a casa, pero prométeme que irás al médico para ver qué tienes.-estaba pegado a él, pero esta vez no buscaba contacto, simplemente estaba preocupado.
-Estoy bien.-musitó recargándose sobre mí, entrelazando sus brazos alrededor de mi cuello.-Sólo que no como mucho sabes.-eso no era un secreto, evidentemente siempre me preguntaba si con lo poco que comía vivía.-y me cayó pesado ese té.-ese tono de voz que ponía con esa mirada, más que verse desvalido hacía que quisiera besarlo hasta ahogarme en sus labios.-Me siento un poco mareado.-masculló mirándome de forma dulce.-Claro, si no te resulto pesado.
-No, para nada. Ya sabes que eres mi princesa de la Zanahoria.-susurré tomándolo en brazos y besé su frente.-Debes comer más, si enflacas tanto te verás muy delgado y frágil...tendré miedo de abrazarte y de hacerte daño.-como si eso ocurriera fácilmente, pero tenía esperanzas que al menos me dejara hacerlo. Salí con él en brazos y todos se quedaron mirando.-Nos marchamos, mañana os veo a todos.-un silencio enorme se hizo en la sala...pero escuché de modo bajo "desgraciado" que no supe distinguir quien fue.
-Gracias.-dijo algo sonrojado, supuse que le avergonzaba que le vieran de esa forma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario