9/2/10

Madurar VIII


Recargó de nuevo su cabeza sobre mi hombro regalándome nuevamente un escalofrío. Sentirlo así, tan mío, era un deseo cumplido.

-Yo también te quiero Hizaki.-dijo en un murmullo y eso me dio alas que en milésimas de segundos me destrozó.-Eres el mejor amigo que podría haber deseado en esta ciudad.

-Tú también lo eres para mí.-seguía abrazándole mientras sentía que se levantaba una pequeña brisa marina, la playa no estaba demasiado lejos y hacía que en verano esa zona fuera más fresca y apacible. Sin embargo yo quería llorar, pero recordaba el beso y me mantenía con esperanzas.

-¿Deseas que te muestre el sendero de todo este mirador?-pregunté con una sonrisa apartándome de él, tomándolo por el mentón.-¿O prefieres que te lleve a casa?

-Vamos a casa.-dijo abrazándome de nuevo.-Gracias por enseñarme este lugar, quizás luego podríamos regresar.-sugirió separándose de mí, para luego dirigirse al vehículo con la cabeza gacha.

No entendía su reacción, pensé que sería un lugar tranquilo donde poder conversar y observar la ciudad de otra forma distinta. Deseaba contarle cosas que me callaba, que intentaba obviar y que necesitaba decirle. Rogaba por declararme de nuevo ante él, siendo aún más sincero que la vez pasada. Aún tenía la sensación del beso de hacía segundos. Un beso para mí no era nada en relaciones pasadas, pero ahora parecía un mundo.

-Olivier.-dije tomándolo de la muñeca para hacerle girar. Le tomé del rostro observándolo.-¿Qué sucede? Pensé que te gustaría conocerme un poco más, tú mismo te has mostrado como eres y yo deseaba hacer lo mismo.-puse la mano de la muñeca en su cadera y lo pegué hacia mí. La mano de su rostro no se iba, le acariciaba para luego tomarlo por el cuello. Lo besé de forma dulce, era un simple beso que no buscaba más.

-Hizaki.-murmuró.-No.-pidió dando un paso hacia atrás.-Los amigos no hacen esas cosas.-Quiero ir a casa.-repitió abrazándose para girarse ir de nuevo en dirección al coche.-Estoy cansado y quiero ir a casa.-dijo de nuevo como si no tuviera pretexto para todo aquello.

-Pero hasta ahora me has dejado al menos tener eso.-me quedé quieto observándolo.-¿Sigues teniendo miedo? Sé que te gusto Olivier, no soy idiota.-fui hasta él y lo abracé desesperado por poder atraparlo entre mis brazos. Sentía que se iba, que se alejaba de mí en vez de aproximarse un poco más. Respiraba tranquilo al tenerlo cerca, era como un veneno que calmaba una enfermedad demasiado cruel como es el amor. Me sentía un gilipollas, aunque supongo que eso debía parecer en esos momentos.-Pero sé que no estás dispuesto a dar ningún paso, no importa.-susurré cerca de su oído.-Así está bien.-no, no estaba bien porque dolía. Sin embargo, comprendía todo y no lo forzaría.

-Perdón Hizaki.-respondió a todo.-Por permitir que todo se alargara hasta aquí. Sólo quiero que seas mi amigo, sólo eso.-dijo quitándome cualquier esperanza por unos segundos, sin embargo al contemplarlo tan cerca no podía pensar en otra cosa que en tenerlo.-Y no está bien tú debes buscarte una pareja completa, y no perder el tiempo con personas como yo.

-No pierdo el tiempo.-se lo dije bien claro, sin que me temblara la voz.-No es un capricho, créeme.-le miré fijamente y volví para abrazarlo.-Al menos permíteme que te abrace, al menos eso.-susurré acariciando sus cabellos.-Y que te proteja... sólo pido eso.-alcé su rostro pero no lo besé, mis ojos estaban vidriosos pero no lloraba. Me aguantaría las ganas.-Lo único que pido es eso.

-Hiza...-susurró con su cabeza aún recargada sobre mi pecho.-Era cierto cuando dije que estaba cansado.-dijo en un susurro, para despegar su rostro de mí.-Anda llévame a casa.

-Está bien.-susurré besando su cabeza sobre sus cabellos.-Anda, vamos a dormir. Te llevo a tu casa y me iré al hotel.-no se lo había dicho, pero vivía en el hotel. Después de decirle todo a mi madre no era capaz de entrar en casa, no porque sabía que vendría la charla y no estaba preparado. Además era tarde y al día siguiente ya tendría mi refugio.

-¿Hotel? ¿Por qué no vas con Clarissa? ¿Por qué estas en un hotel?-preguntó extrañado.-Hiza.. te has peleado con ella... tomo mal todo ¿verdad?

-Se lo tomó a "no puedo creer que me hagas abuela"-dije con media sonrisa.-Se le pasará, pero no quiero hablar a fondo con ella hasta que tenga mi departamento.-me monté en el lado del piloto y reí a carcajadas.-Se lo tomó peor mi padre... créeme.

-Yo tampoco puedo creer que será abuela...-intervino mientras se abrochaba el cinturón.-¡Qué abuela más chic y trendy tendrá tu hijo!-exclamó sonriendo.-Pero no te preocupes es cuestión de tiempo.-me aseguró observándome sin aún arrancar.-Te aseguro que el día en que le conozcan babearan por él y se pelearan por tenerlo cargado...-me los imaginé y sonreí.-aunque les manche sus Armani y Gucci.

-Mi padre se calmó cuando le dije que le pondría su nombre, ahora creo que me quiere comprar todo lo del bebé y meterse en cuidarlo. Tiene un bebé, es normal que ahora otro lo vea como un hijo...-eché a reír.-Y créeme está acostumbrado a que sus hijos le jodamos la ropa... esta es suya.-le hice un guiño y comencé a conducir.

Puse un viejo cd de mi guantera y puse la pista número tres. Era algo que solía escuchar de vez en cuando, la voz de Bowie retumbó...Absolute Beginners. Mi padre era un fanático de ese hombre, yo había crecido con su música y terminé amándola.

-Despreocúpate de tu ropa.-dijo sonriendo para girarse en el asiento mientras comenzábamos a salir de aquel lugar, casi paradisiaco para mí.-Tengo mucha y digo mucha ropa de hombre en mi casa, lo sabes.-sonrió de forma dulce, o al menos me parecía dulce. Fijé la vista en la carretera porque observarlo me volvía estúpido.-Viste el armario ¿verdad? A veces otras marcas mandan muestras, o de sesiones de fotos van quedando cosas, así que no importa cuantos trajes te arruinen porque siempre podré reemplazartelos yo.-deseé besarlo, como lo había deseado toda la noche.-Si supieras que cuando estaba en París los de Nina Ricci contactaron conmigo.-prestaba atención a todo lo que decía a pesar de que manejaba por la autopista.-Quieren que les diseñe un pret a porter masculino de entre temporadas y yo les dije que tenía una única conducción.-sonreía sintiéndome orgulloso de él.-Pero tengo que confirmar a mi modelo principal.

-Vaya, eso es bueno. Me gustan tus diseños, los que hiciste para mí.-sonreí moviendo mis dedos por encima del volante, al son de la música.-Espero que des con el chico apropiado, para eso hay que tener cuidado.-para cualquier trabajo había que tener cuidado.-No queda igual un traje en un hombre que en otro.-paré en un semáforo y sonreí tarareando parte de la letra.-¿Lo tienes ya?

-Vieron mis diseños... los que hice para ti... y les gusto ...-suspiró bien alto, pero calmado.-Y yo les dije que no haría el resto de la colección... sin la inspiración.-se sonrojó mirándome y me di cuenta.

Había salido de la autopista y entrado en poblado, di gracias que había parado en un stop y pude señalarme mientras me reía. No entendía porque quería que yo fuera su inspiración, él tenía talento para tener mejores modelos.

-¿Yo?-al sonreír se veía en mí una cara de muñeco manga descolocado por una petición algo insólita. Pensaba que le molestaba cuando trabajaba, pero sin embargo no lo hacía.-Tienes a tu modelo contratado, gratis.-regresé a la carretera conduciendo de forma lenta, temía que se mareara.-Si quieres voy más decente a tomarme medidas, así no tienes que verme medio desnudo por tu casa.

-No, no y no.-negaba con la cabeza mientras repetía una y otra vez que estaba equivocado.-Tendrás una paga, Ricci paga muy bien y bueno, ya tengo las medidas, y la mayoría de los modelos.-eso era trabajo adelantado.-Así que sólo será para uno o dos trajes, los principales de la colección.-sonrió.-No sera tanto lo que tengas que hacer.

-Perfecto, me vendrá bien para todos los gastos que tendré. Pienso estudiar para ser actor, cueste lo que cueste y...-sonreí quedándome callado unos segundos.-¿Quieres ir a verme actuar en la representación de fin de curso de mi instituto? Se representa el Tenorio, el el venticuatro de Junio... ¿vendrás?

-Claro...-respondió de inmediato.-Pero será raro que esté ahí yo, usualmente se invita a la familia y la verdad no sé que pasaría si me topara con tu madre.-murmuró.-allí a mi lado, no sabría que decirle...

-Hay una parte para familia y otra para amigos. Te puse en la otra zona con mi padre, mi amigo Max que no sé si vendrá y mi profesora de baile.-quería que entendiera que las personas cercanas a mí irían, y él lo era a pesar de no ser de la forma que yo quería.-No pasará nada, pero quiero que me veas haciendo lo mío... algo que amo. Tú diseñas, me has permitido ver tus diseños y ver la pasión que desprende tu mirada cuando ves a las modelos desfilar con tus creaciones.-suspiré profundo y aparqué.-Quiero que veas lo que deseo ser... lo que amo... soy don Juan... me logré a pulso serlo.

-Ok, de acuerdo iré.-no podía negarse.-Pero si tu madre de pronto tiene un colapso nervioso, el que la lleva al hospital seras tú.-comentó con una sonrisa.-¿Debo llevar flores para el protagonista?-interrogó de broma mientras salía del coche para abrirle la puerta. Él salió y sonrió observándome. Yo en ese momento me contuve, porque realmente deseaba besarlo allí sin que tuviera escapatoria.

-Con que estés ahí me vale.-entonces el móvil empezó a sonar de forma insistente..-Espera.-dije girándome para ver quien era, resoplé al ver el número de mi padre.

-Hizaki ¿a qué hora tengo que ir mañana?-preguntó directamente.

-Hay que hablar con el notario a las diez de la mañana, estar en el piso a las diez y media con el notario para que las escrituras pasen a mi nombre a eso de las once. Lleva el cheque, no trasfieras nada hasta que sea mío.

-No soy idiota, soy tu padre... no un niñato.-de fondo se escuchaba a mi hermano balbucear.

-Dale un beso al mocoso de mi parte.-respondí.

-¿Dónde estás?-preguntó de la nada.

-Pues ...-no sabía que decirle, ya que no veía bien que yo estuviera intentando conquistar a Olivier. Creo que pensaba que debía mantenerme frío, distante de cualquier distracción, y centrarme en lo que sería mi nueva vida. Pero yo quería centrarme en Oly.

-¿Con quién?-noté su tono serio, ese que me taladraba el cráneo y terminaba temblequeando como un niño pequeño.

-Papá que no te tengo que contar con quién estoy o con quien no estoy.-susurré.-Y estoy con un chico, no molestes más.-dije en un tono bajo para luego colgar.-El viejo infartado, que no se acuerda ya a qué hora quedé con él para mañana... tendré piso propio.

-¿Por qué no le has dicho que estabas conmigo?-preguntó con la mirada pegada al asfalto.-No soy precisamente su persona favorita al ser amigo de Clarissa ¿verdad?

No sabía como explicarle todo lo que podía cruzar por la cabeza de mi padre, pero él no esperó mi respuesta y simplemente se encaminó solo hacia la entrada del edificio.

-Espera.-dije prácticamente corriendo hacia él.-Nunca le digo con quien estoy.-susurré tomándolo del rostro tras plantarme frente a él.-No desde que tengo diecisiete, mi vida es mi vida y yo la hago como quiero.-no entendía porqué se ponía así, no debía hacer tanto drama.-Además, ya sabe que nos vemos... sólo quería que dejara de preguntar...-de preguntar si al final sí o no estábamos, cuando le expliqué como era se le pasó el drama de que era el amigo de mi madre.

-Mira... esta bien, no tienes que explicarme nada ¿verdad?-no se detenía, me esquivaba y yo iba como perro faldero tras él.-Tienes razón, es tu vida y tú sabes qué hacer con ella. Me planté de nuevo frente a él y le tomé del rostro para que me mirara a los ojos.-Gracias por esta noche.-dijo apartando mis manos agarrándome por las muñecas y apartarme de nuevo.-Fue una salida muy interesante...-susurró.-Te veré otro día Hiza.-caminó con rapidez hacia la puerta.-Descansa, ya te veré el día de tu presentación.

Se metió dentro del bloque de pisos y yo me quedé allí parado. Escuché pasos y un coche arrancar, después supe que era de la prensa amarillista. Al día siguiente había fotografías de todo el encuentro. Di gracias al destino que mi padre no hubiera podido venir a mirar mi piso, que enviara a Phoenix.

No hay comentarios: