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-Bueno... quizás venir con un agregado como un hijo no sea tan malo como otras cosas, cosas que los demás cargamos.-sabía porque lo decía, pero no quería que él viera su pasado como una carga.-Al menos un hijo nunca se esconde.-murmuró.-bueno casi nunca.-rectificó comenzando a juguetear con la comida. Pensaba que no me daba cuenta, pero sólo comía la verdura que venía de adorno.-¿Cual es tu comida favorita? Dijiste una vez que era el sushi que prepara tu ¿tío?-me miró después de un rato jugueteando con un trozo de verdura que se llevó a la boca observándome.-Bueno, que eso te gusta bastante dijiste. Aunque la verdad si te viera diría que eres hombre de steak y vino tinto.
-¿Mi comida favorita?-intentaba hacer memoria.-Me gusta todo, dulce, salado, amargo o de cualquier lugar del mundo ya sea de Asia o de la vieja Europa. Mi plato favorito de todos quizás podría ser el sushi, pero también me gusta las patatas bravas y son españolas, me gustan bastante la pasta y la pizza. Amo la pizza sobretodo con salsas picantes. Pero lo único que odio es el natto. Odio el natto... no sé como Kamijo toma esa porquería sin torcer el rostro.-Había visto al amigo de mi padre comer eso mientras conversaban. Me rasqué la cabeza y seguí pensando.-Bebidas me gustan los refrescos, el vino barolo y el whisky que tenga alta graduación además del sake.-le miré fijamente y eché a reír.-Como bastante, créeme. Creo que eso voy a echar en falta cuando me mantenga solo... comer todo lo que quiera. Porque sé que no me alcanzará el sueldo.
-Bueno, eso es cierto, mantener a un hijo puede ser sumamente caro.-dio un pequeño sorbo a su bebida observándome.-Y aparte de la dedicación.-dejó el baso entre sus manos y yo me quedé clavado en ellas.-Digo aunque quieras tendrás que poner los intereses del bebe antes que los tuyos.-al decir eso yo solo observaba el movimiento de sus manos y luego el de sus labios.-Pero no pensemos en responsabilidades ahora.-apretó una de mis manos por encima de la mesa unos instantes, noté entonces su calidez y suavidad que me hizo sonreír.-Mejor dime cómo estuvo eso de tu aventura de lodo en la playa y que seguro arruinó la tapicería del coche.-rió al decir las últimas palabras porque sabía que amaba mi vehículo.
-Digamos que siempre que vengo con Jun termino con tierra en todo el cuerpo. Se dedica a echarme lodo encima de la cabeza.-sonreí al recordarlo.-Pero el peor es Phoenix, llega y me tira cubos enteros de arena caliente.-me recosté en la silla.-Es divertido, deberías venir un día con nosotros o nosotros dos a la caleta. No hay muchas personas allí, se restringe el paso para conservar ese rincón... el resto de la playa se apelotona con tanta sombrilla.-también con descarados que comenzarían a mirar la mercancía y no me apetecía.
-Me gustaría.-dijo sonriendo mientras se quitaba un mechón de la cara.-Me encanta estar en la playa, aunque no confíes conmigo y un bebé.-comentó acomodándose en la silla.-A mí jamás se me dieron bien las gemelas. Aunque sería rico ir a la playa un día y por ello te quería preguntar si conoces algún club deportivo.-alzó una ceja y sonrió.-Tú sabes que sea discreto, bonito y que no entre mucha gente. Porque quiero inscribirme, al menos el tiempo que siga en la ciudad.
-Yo voy al gimnasio del club, tiene una cuota alta pero también voy al deportivo normal.-me rasqué la cabeza pensando.-Uno más selecto es el de mi madre pero te vas a encontrar a petardas y viejas ricachonas... mejor que no.
Vi de lejos entrar a Max desde un reservado. Vestía de forma informal pero se notaba a leguas que se había arreglado. Pensé que al fin vería a su chico, ese del cual tanto me había hablado y que convivían en pareja. Él me había dicho que estaría por la zona y que tal vez nos veríamos para tomar algo juntos. Yo quería presentar a Olivier y él quería husmear quién era mi pobre víctima, claro que no me había dicho que estaría solo y yo imaginé que debía aparecer por algún lado su Víctor.
-Hola, ¿cómo tú por aquí niñato?-preguntó intentando revolverme los cabellos.-¿Aún te duele el golpe que te di?-rió agarrándome del cuello.
-¿Qué haces tú solo aquí tan temprano? ¿No tenías pareja?-
-Soy ciudadano libre.-observó a Oly y saludó con la mano.-Hola.-la extendió para que la apretara y no esperó.-Oye, felicidades atrasadas. No lo he sabido hasta ayer en la mañana y ya no viniste hoy.-se incorporó bien y una chica vino para jalar de su brazo.-Nos vemos el domingo... en boxeo...-tiró de él hasta la puerta del bar mientras sonreía como un idiota.
-Es uno de los chicos con los que boxeo...-más que eso era mi amigo de peleas, bares y también una persona de confianza.-Él me recomendó el lugar, solía venir aquí con su pareja pero veo que tomó otros caminos.-entonces miré más por el local y vi a dos más.-¿Ves a esas chicas? son las profesoras de aerobic... el gimnasio del club no queda lejos.
-Supongo que el club estará bien.-murmuró.-No es que vaya a estar ahí todo el día.-recargó su cabeza en su mano.-Honestamente no hago ejercicio y sólo quiero un lugar donde pueda estar en el agua un rato.
-Oh, no me dijiste que eras sireno.-dije alzando y bajando las cejas.-Bueno yo amo la piscina del club, soy bueno en natación... he ganado varios premios pero donde más es en Aikido y Kendo.-sonreí con orgullo.-Karate no se da mal, pero lo veo menos elegante que el Kendo y menos mortífero que el Aikido.
-¿Mi comida favorita?-intentaba hacer memoria.-Me gusta todo, dulce, salado, amargo o de cualquier lugar del mundo ya sea de Asia o de la vieja Europa. Mi plato favorito de todos quizás podría ser el sushi, pero también me gusta las patatas bravas y son españolas, me gustan bastante la pasta y la pizza. Amo la pizza sobretodo con salsas picantes. Pero lo único que odio es el natto. Odio el natto... no sé como Kamijo toma esa porquería sin torcer el rostro.-Había visto al amigo de mi padre comer eso mientras conversaban. Me rasqué la cabeza y seguí pensando.-Bebidas me gustan los refrescos, el vino barolo y el whisky que tenga alta graduación además del sake.-le miré fijamente y eché a reír.-Como bastante, créeme. Creo que eso voy a echar en falta cuando me mantenga solo... comer todo lo que quiera. Porque sé que no me alcanzará el sueldo.
-Bueno, eso es cierto, mantener a un hijo puede ser sumamente caro.-dio un pequeño sorbo a su bebida observándome.-Y aparte de la dedicación.-dejó el baso entre sus manos y yo me quedé clavado en ellas.-Digo aunque quieras tendrás que poner los intereses del bebe antes que los tuyos.-al decir eso yo solo observaba el movimiento de sus manos y luego el de sus labios.-Pero no pensemos en responsabilidades ahora.-apretó una de mis manos por encima de la mesa unos instantes, noté entonces su calidez y suavidad que me hizo sonreír.-Mejor dime cómo estuvo eso de tu aventura de lodo en la playa y que seguro arruinó la tapicería del coche.-rió al decir las últimas palabras porque sabía que amaba mi vehículo.
-Digamos que siempre que vengo con Jun termino con tierra en todo el cuerpo. Se dedica a echarme lodo encima de la cabeza.-sonreí al recordarlo.-Pero el peor es Phoenix, llega y me tira cubos enteros de arena caliente.-me recosté en la silla.-Es divertido, deberías venir un día con nosotros o nosotros dos a la caleta. No hay muchas personas allí, se restringe el paso para conservar ese rincón... el resto de la playa se apelotona con tanta sombrilla.-también con descarados que comenzarían a mirar la mercancía y no me apetecía.
-Me gustaría.-dijo sonriendo mientras se quitaba un mechón de la cara.-Me encanta estar en la playa, aunque no confíes conmigo y un bebé.-comentó acomodándose en la silla.-A mí jamás se me dieron bien las gemelas. Aunque sería rico ir a la playa un día y por ello te quería preguntar si conoces algún club deportivo.-alzó una ceja y sonrió.-Tú sabes que sea discreto, bonito y que no entre mucha gente. Porque quiero inscribirme, al menos el tiempo que siga en la ciudad.
-Yo voy al gimnasio del club, tiene una cuota alta pero también voy al deportivo normal.-me rasqué la cabeza pensando.-Uno más selecto es el de mi madre pero te vas a encontrar a petardas y viejas ricachonas... mejor que no.
Vi de lejos entrar a Max desde un reservado. Vestía de forma informal pero se notaba a leguas que se había arreglado. Pensé que al fin vería a su chico, ese del cual tanto me había hablado y que convivían en pareja. Él me había dicho que estaría por la zona y que tal vez nos veríamos para tomar algo juntos. Yo quería presentar a Olivier y él quería husmear quién era mi pobre víctima, claro que no me había dicho que estaría solo y yo imaginé que debía aparecer por algún lado su Víctor.
-Hola, ¿cómo tú por aquí niñato?-preguntó intentando revolverme los cabellos.-¿Aún te duele el golpe que te di?-rió agarrándome del cuello.
-¿Qué haces tú solo aquí tan temprano? ¿No tenías pareja?-
-Soy ciudadano libre.-observó a Oly y saludó con la mano.-Hola.-la extendió para que la apretara y no esperó.-Oye, felicidades atrasadas. No lo he sabido hasta ayer en la mañana y ya no viniste hoy.-se incorporó bien y una chica vino para jalar de su brazo.-Nos vemos el domingo... en boxeo...-tiró de él hasta la puerta del bar mientras sonreía como un idiota.
-Es uno de los chicos con los que boxeo...-más que eso era mi amigo de peleas, bares y también una persona de confianza.-Él me recomendó el lugar, solía venir aquí con su pareja pero veo que tomó otros caminos.-entonces miré más por el local y vi a dos más.-¿Ves a esas chicas? son las profesoras de aerobic... el gimnasio del club no queda lejos.
-Supongo que el club estará bien.-murmuró.-No es que vaya a estar ahí todo el día.-recargó su cabeza en su mano.-Honestamente no hago ejercicio y sólo quiero un lugar donde pueda estar en el agua un rato.
-Oh, no me dijiste que eras sireno.-dije alzando y bajando las cejas.-Bueno yo amo la piscina del club, soy bueno en natación... he ganado varios premios pero donde más es en Aikido y Kendo.-sonreí con orgullo.-Karate no se da mal, pero lo veo menos elegante que el Kendo y menos mortífero que el Aikido.
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