
Capítulo 14
Lejos de ti.
Después del día con mi hermano tuve competición. Lo llevé conmigo para que conociera a Max. Deseaba que viera el ambiente del gimnasio y se pensara volver al menos a karate. No quería hacerlo, por mucho que le intentara convencer que tenía dotes para ello. Él quería un modo de vida menos violento. Me parecía extraño esos cambios en mi hermano, pero supongo que cuando eres niño haces lo que ves en tus hermanos y padres... luego creces y haces lo que realmente amas.
Al entrar al gimnasio había varios preparándose para la pelea. El gimnasio estaba lleno en la zona de competiciones, había de todo desde novias y familiares hasta los que apostaban de forma ilegal. Max se encontraba colocándose bien su ropa mientras apretaba y cerraba las manos. Llevaba unas vendas de protección para los nudillos, esas vendas siempre quedaban manchadas de sangre de uno mismo y de otros.
-Hola Hizaki.-dijo saludándome como siempre, con una enorme sonrisa y con los cabellos totalmente alborotados.-¿Y ese pequeño tú es tu hermano?-preguntó estirando leve su mano.
-¿Vas al instituto con él?-dijo Hero mientras estrechaba su mano.
-No, yo ya soy algo mayor para institutos.-rió bajo para luego alborotar sus cabellos.
-No lo pareces, seguro que te estás tirando un farol.-comentó mi hermano mirándolo de reojo.-¿Qué edad tienes?
-Trenta y tres.-dijo haciendo señal de victoria.-Soy el mayor de todos los mocosos que rondan por aquí.
-¿Y eso no te hace sentir viejo?-preguntó confuso rascándose la mejilla.-No sé, yo tal vez no me sentiría orgulloso.
-Anda Hero ve a mirar un poco la competición de las chicas.-dije empujándole leve para que fuera donde estaba una de mis amigas.-Enséñale como lucháis.
-¡Sí jefe!-dijo como broma haciéndome un saludo militar.-¡A su orden!-ella rió y yo dejé dos besos en su mejilla.
-Ven pequeño.-escuché como tiraba de él para sentarlo en sus faldas.
-Tu hermano es un maldito afortunado se ha ido a sentar con la más atractiva.-comentó Max apoyándose un poco en mí.-Eso sí tiene una bocaza como la tuya, pensé que al ser la versión mejorada ese fallo de fábrica vendría arreglado.-reí al escuchar aquello y terminamos carcajeándonos sin remedio.-Oye dime algo.-dijo tirando de mí.-¿El tipo de la otra noche era tu pareja?
-¿Qué?-pregunté extrañado.
-Conmigo hay confianza, sé que eres bisexual y sé que ese tipo de tios te gustan.-comentó sentándose en uno de los bancos que habían para los luchadores, para que pudiéramos ver como competían otros mientras nos tocaba turno.
-Max no es mi novio.-dije encogiéndome en el banco.-Aunque me gustaría.
-Lo sabía, se notaba en la cara de baboso idiota que ponías cuando lo mirabas. Ese destello de he visto a un ángel y lo tengo a mi lado, ese destello que se ponía en tus ojos cuando hablabas de Lexter.-tocó un tema delicado y algo peliagudo, pero lo tocó.-Creo que vuelves a estar enamorado.
-¿Y tú?-pregunté mirándolo de reojo.-¿Y tu Víctor?
-No me hables de ese mocoso.-dijo en un gruñido bajo.-Le di techo, ropa, comida, le entregué todo lo que tenía... incluso le entregué mis sentimientos y terminó marchándose con otro porque decía estar confuso.-murmuró abriendo un botellín de agua que tenía en su bolsa.-No sabes lo que he pasado intentando olvidarme de él, intentando rehacer mi vida como tantas veces he hecho.
-Lo sé, es duro.-mascullé.
-Pero he vuelto a las andadas, no volveré a permitir que me enamore de una cara bonita y unos ojos infantiles. Era un mocoso de diecisiete y yo un capullo de más de treinta años, las cosas así no funcionan y sin embargo me empeñé Hizaki. Creí que apostaba al caballo ganador y aposté a un caballo viejo que parecía potro.-dio un trago a la botella y me miró a los ojos.-Pero ese tipo tan fino, tan europeo, tan todo... lo he visto en alguna parte.
-Es diseñador, hace unas semanas se anunció a bombo y platillo que venía a la ciudad. Sus diseños son impactantes porque tienen elegancia, además de sus espectáculos en la pasarela son algo más que chicas desfilando.-suspiré y miré el rin.-No sé que hacer, es un paso hacia delante y tres hacia atrás. No consigo que confié en mí y su historial no es nada glamuroso.
-¿Drogas?-interrogó.
-No, él no tomaría drogas.-le estaba recriminando algo que ni sabía, pero ponía la mano en el fuego por él y por su salud.-Su ex le golpeaba, le dejó secuelas físicas y emocionales. Para colmo tiene cierto aire a mí, era asiático y el tipo estaba forrado al parecer.
-Un pez gordo.-gruñó.-De esos que me gusta golpear durante horas por creerse mejor que otros, por escupir en la cara de las chicas que le acompañan porque tiene tanto dinero que sabe que puede encontrar a otra y a otra. Esos niños ricos que no soporto porque son tan niños de papi que no ven a dos metros la realidad.-sonrió de lado y me miró.-Tienes suerte de no ser como ellos, porque entonces creo que tendrías el cuerpo lleno de magulladuras.
Lejos de ti.
Después del día con mi hermano tuve competición. Lo llevé conmigo para que conociera a Max. Deseaba que viera el ambiente del gimnasio y se pensara volver al menos a karate. No quería hacerlo, por mucho que le intentara convencer que tenía dotes para ello. Él quería un modo de vida menos violento. Me parecía extraño esos cambios en mi hermano, pero supongo que cuando eres niño haces lo que ves en tus hermanos y padres... luego creces y haces lo que realmente amas.
Al entrar al gimnasio había varios preparándose para la pelea. El gimnasio estaba lleno en la zona de competiciones, había de todo desde novias y familiares hasta los que apostaban de forma ilegal. Max se encontraba colocándose bien su ropa mientras apretaba y cerraba las manos. Llevaba unas vendas de protección para los nudillos, esas vendas siempre quedaban manchadas de sangre de uno mismo y de otros.
-Hola Hizaki.-dijo saludándome como siempre, con una enorme sonrisa y con los cabellos totalmente alborotados.-¿Y ese pequeño tú es tu hermano?-preguntó estirando leve su mano.
-¿Vas al instituto con él?-dijo Hero mientras estrechaba su mano.
-No, yo ya soy algo mayor para institutos.-rió bajo para luego alborotar sus cabellos.
-No lo pareces, seguro que te estás tirando un farol.-comentó mi hermano mirándolo de reojo.-¿Qué edad tienes?
-Trenta y tres.-dijo haciendo señal de victoria.-Soy el mayor de todos los mocosos que rondan por aquí.
-¿Y eso no te hace sentir viejo?-preguntó confuso rascándose la mejilla.-No sé, yo tal vez no me sentiría orgulloso.
-Anda Hero ve a mirar un poco la competición de las chicas.-dije empujándole leve para que fuera donde estaba una de mis amigas.-Enséñale como lucháis.
-¡Sí jefe!-dijo como broma haciéndome un saludo militar.-¡A su orden!-ella rió y yo dejé dos besos en su mejilla.
-Ven pequeño.-escuché como tiraba de él para sentarlo en sus faldas.
-Tu hermano es un maldito afortunado se ha ido a sentar con la más atractiva.-comentó Max apoyándose un poco en mí.-Eso sí tiene una bocaza como la tuya, pensé que al ser la versión mejorada ese fallo de fábrica vendría arreglado.-reí al escuchar aquello y terminamos carcajeándonos sin remedio.-Oye dime algo.-dijo tirando de mí.-¿El tipo de la otra noche era tu pareja?
-¿Qué?-pregunté extrañado.
-Conmigo hay confianza, sé que eres bisexual y sé que ese tipo de tios te gustan.-comentó sentándose en uno de los bancos que habían para los luchadores, para que pudiéramos ver como competían otros mientras nos tocaba turno.
-Max no es mi novio.-dije encogiéndome en el banco.-Aunque me gustaría.
-Lo sabía, se notaba en la cara de baboso idiota que ponías cuando lo mirabas. Ese destello de he visto a un ángel y lo tengo a mi lado, ese destello que se ponía en tus ojos cuando hablabas de Lexter.-tocó un tema delicado y algo peliagudo, pero lo tocó.-Creo que vuelves a estar enamorado.
-¿Y tú?-pregunté mirándolo de reojo.-¿Y tu Víctor?
-No me hables de ese mocoso.-dijo en un gruñido bajo.-Le di techo, ropa, comida, le entregué todo lo que tenía... incluso le entregué mis sentimientos y terminó marchándose con otro porque decía estar confuso.-murmuró abriendo un botellín de agua que tenía en su bolsa.-No sabes lo que he pasado intentando olvidarme de él, intentando rehacer mi vida como tantas veces he hecho.
-Lo sé, es duro.-mascullé.
-Pero he vuelto a las andadas, no volveré a permitir que me enamore de una cara bonita y unos ojos infantiles. Era un mocoso de diecisiete y yo un capullo de más de treinta años, las cosas así no funcionan y sin embargo me empeñé Hizaki. Creí que apostaba al caballo ganador y aposté a un caballo viejo que parecía potro.-dio un trago a la botella y me miró a los ojos.-Pero ese tipo tan fino, tan europeo, tan todo... lo he visto en alguna parte.
-Es diseñador, hace unas semanas se anunció a bombo y platillo que venía a la ciudad. Sus diseños son impactantes porque tienen elegancia, además de sus espectáculos en la pasarela son algo más que chicas desfilando.-suspiré y miré el rin.-No sé que hacer, es un paso hacia delante y tres hacia atrás. No consigo que confié en mí y su historial no es nada glamuroso.
-¿Drogas?-interrogó.
-No, él no tomaría drogas.-le estaba recriminando algo que ni sabía, pero ponía la mano en el fuego por él y por su salud.-Su ex le golpeaba, le dejó secuelas físicas y emocionales. Para colmo tiene cierto aire a mí, era asiático y el tipo estaba forrado al parecer.
-Un pez gordo.-gruñó.-De esos que me gusta golpear durante horas por creerse mejor que otros, por escupir en la cara de las chicas que le acompañan porque tiene tanto dinero que sabe que puede encontrar a otra y a otra. Esos niños ricos que no soporto porque son tan niños de papi que no ven a dos metros la realidad.-sonrió de lado y me miró.-Tienes suerte de no ser como ellos, porque entonces creo que tendrías el cuerpo lleno de magulladuras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario